Urresti dice que si lo sentencian por el Caso Bustíos, “me pondré de pie para que me pongan las esposas”. (Foto: Archivo El Comercio)
Diego Chirinos

enfrenta las semanas previas a las elecciones del 7 de octubre en tercer lugar en las preferencias. Además, está a la expectativa de la sentencia del juicio por la muerte de Hugo Bustíos, en el cual es acusado de coautor. Con ese peso a cuestas, el ex ministro del Interior ensaya sus planes para la capital.

—Ya sea por la estructura u otro motivo, en el debate se escucharon pocas medidas concretas. ¿Cuáles son las suyas?
Lima necesita seguridad y orden. Cerraré los mercados en donde venden cosas robadas. Además, tenemos que instalar 5.000 cámaras de vigilancia interconectadas, mediante fibra óptica, con la policía. Eso costaría US$60 millones más US$90 millones de fibra óptica. Las cámaras son disuasivas y necesitamos una reacción inmediata de la PNP.

—¿El tiempo de reacción de la PNP es competencia municipal?
No, pero hay que darle herramientas. En Lima faltan 2.000 patrulleros y 1.000 motos. Costarían S/300 millones y S/50 millones, respectivamente. La ley permite convenios con la PNP y el Ministerio del Interior.

—En el debate prometió solucionar en un año el histórico problema del tránsito. ¿El peatón tendrá prioridad en ese camino?
La prioridad en el mundo, y debe ser así en Lima, es el peatón, y la segunda, las bicicletas. Las ciclovías deben unirse. El problema está en que eso es de mediano plazo.

—Le pregunto por el peatón, ya que ninguna de las 21 propuestas viales de su plan de gobierno alude a este y solo una menciona a las ciclovías.
Bueno, la prioridad es esa. Si en el plan de gobierno vamos a poner hasta el último detalle y escribir incluso lo obvio y teórico, pues estamos mal.

—La guía para un votante es precisamente el plan de gobierno del candidato.
Nuevamente, lo obvio no lo pusimos. Es obvio que primero es el peatón, siguen las ciclovías, el transporte público, el de carga y el privado. Aquí se incentiva el último y debe ser al revés.

—Usted remarca la importancia de la lucha anticorrupción. ¿Se arrepiente de haber aceptado el apoyo de Susana Villarán en su plancha presidencial del 2016, ahora que ella es señalada por recibir dinero de empresas brasileñas?
Cuando armamos la plancha, queríamos dar una imagen de honradez. He estado con Susana Villarán más de dos meses y toda la gente que la rodea puede dar fe de que vive en un departamento que a las justas tiene adornos, se transporta en un taxi viejo y no se viste con gran pompa. Ahora aparecen evidencias bastante fuertes que nos invitan a prejuzgar y a creer que efectivamente ha recibido dinero y que hubo corrupción. Si se demuestra que realmente ha recibido dinero de Odebrecht, lo que merece es la cárcel igual que los demás.

—Señaló en una entrevista para este Diario que “grupos de poder lograron doblegar a Susana Villarán”. ¿Le pareció injusto el contexto en el cual terminó su período?
Susana Villarán comenzó a hacer cosas que ningún alcalde se atrevió a hacer en muchos años; por ejemplo, sacar La Parada. Ella se metió en el problema, salió mal, pero tomó el toro por los cuernos. Se metió con el transporte para hacer los corredores complementarios, los alimentadores, y empezar a implementar el plan de transporte. Sin embargo, los especialistas del otro lado empezaron a decirle ociosa. Si uno se deja llevar por lo que se hizo popular, seguro cualquiera va a responder que ella es ‘la tía regia’.

—¿La de Susana Villarán fue una buena gestión?
Pudo ser mucho mejor, pero no le permitieron hacerla como se debía. Se ganó muchísimos enemigos y no tuvo la capacidad de enfrentarlos. Cuando lograron hacer la campaña para sacarla, se acabó su gestión. De los cuatro años habrá trabajado dos. Los otros dos años fueron básicamente para defenderse y evitar que la saquen.

—El 4 de octubre se leerá la sentencia del juicio por el asesinato de Hugo Bustíos. Si es condenado, ¿retirará su candidatura?
Si me sentencian, me pondré de pie para que me pongan las esposas y me lleven a la carceleta. Aunque eso no sucederá, porque soy inocente.

—A dos semanas de la elección, concentra el 9% de la intención de voto según la última encuesta de El Comercio-Ipsos. ¿A qué atribuye la dificultad para conectar con la ciudadanía?
No recuerdo una campaña municipal tan difícil como esta. Terminó el Mundial y cuando se suponía que iba a calentar la campaña, salieron los audios, el anuncio sobre el referéndum y, hace poco, la cuestión de confianza.

—Dijo que no irá a un debate con Renzo Reggiardo y Ricardo Belmont si se transmite a la misma hora que el del JNE, pero lo haría en otro momento del domingo. ¿Hacerlo no constituirá también un boicot al JNE?
He logrado que Belmont se comprometa a que este debate bamba no sea a la misma hora. Eso sería una falta de respeto. Si quieren debatir otro día, en otra hora, ahí estaremos.

—¿Quién financia su campaña?
El partido [Podemos Perú] hizo una campaña paralela porque tiene candidatos a nivel nacional. La mía está documentada en mi ‘fan page’. La financiamos regidores, candidatos distritales y yo.

—¿José Luna también ha aportado a su campaña?
Ha dado S/15.000 o algo así. No recuerdo porque eso lo maneja el tesorero. Eso es lo que menos me preocupa. Cuando hablan de José Luna o César Acuña, hablan de campañas de S/3 millones o S/5 millones. ¿Tú crees que soy sonso para que me haga la campaña José Luna y después yo no pueda decir de dónde sale [el dinero]? He gastado S/80.000.