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Paolo Benza

En el 2015, Pedro Pablo Kuczynski () empezaba a preparar la campaña que lo llevaría a la presidencia. Disuelta la alianza que había formado para las elecciones del 2011, su objetivo era convocar figuras ‘de peso’ que articularan un mensaje atractivo para la gente. Para ello necesitaba de una organización.

En octubre del año anterior había inscrito su nuevo partido, Peruanos por el Kambio (PpK), pero este estaba más vinculado al movimiento de ‘juventudes ppkausas’ que a la tecnocracia de élite en la que él se había aprendido a mover.

Entonces ideó un esquema para conciliar ambas formas de hacer política. En el 2009, PPK había creado el ‘think tank’ Perú 5000, que con el tiempo había mutado su nombre para convertirse en el Instituto País (iPaís). Allí decidió meter a los técnicos.

, su aliado en la creación de PpK, sería el puente entre ambos mundos. En el 2015, asumió la vicepresidencia tanto del partido que había ayudado a fundar, como del Instituto País. Así, dos grupos muy distintos –los tecnócratas invitados y las bases militantes– quedaron amalgamados por un objetivo común: llegar a ser gobierno.

El búnker
Este instituto funcionaba en una residencia de 920 m2 en el 275 de la calle Barcelona, en la zona conocida como ‘Linsidro’. Hasta allí se instaló el comando de campaña a finales del 2015.

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En Barcelona tenía una amplia oficina el exministro de Trabajo Alfonso Grados, quien administraba los fondos del partido. Allí también se coordinaban las vocerías del plan de gobierno bajo la dirección de la politóloga noruega Thea Tuv –descrita por sus excompañeros como ‘eficientísima’–, y se tomaron todas las decisiones estratégicas respecto al rumbo de la campaña.

Con mayor o menor frecuencia, acudían a esta casa todos esos invitados que habían inundado la lista de candidatos al Congreso: Pedro Olaechea, Gino Costa, Guido Lombardi y Mercedes Araoz.

También asistía Susana de la Puente, quien dice haber sido solo “una voluntaria que apoyaba en actividades puntuales”, pero a la que las cinco fuentes que declararon para este artículo le atribuyen un rol central. “Era una locomotora. Empezaba a las 7 y trabajaba hasta las 11”, dice una.

Y por supuesto, también asistía . El acceso de los miembros del partido, en cambio, se limitaba casi solo a sus cabezas: Jorge Villacorta y el joven José Labán. Ambos, luego, serían asesores presidenciales.

Una casa vacía
“La cosa era bien caótica”, dice una fuente sobre la dinámica interna de Barcelona. Es una afirmación que puede extenderse –asegura– a la dinámica de la campaña. La casa hoy está vacía y se alquila por debajo de su valor de mercado.

Todas las figuras ‘de peso’ que la rondaron han tomado caminos antagónicos. Según las fuentes, la principal razón ha sido esa dicotomía entre militantes e invitados. Entre la élite y los demás.

De allí que Violeta haya formado una bancada propia opositora al gobierno, Contigo, explican las fuentes. Labán y Villacorta, quienes se quedaron con Violeta, han seguido intentando reflotar la organización partidaria con el nuevo nombre.

Pero incluso los invitados –dice otra fuente– no constituían un grupo homogéneo. “Un conjunto de gente se agrupó porque quería participar en política, pero sin una mirada mínimamente cohesionada”, explica.

Por eso el ala más liberal de los invitados –entre ellos, Costa y Lombardi– formó una bancada propia bajo esa denominación. En cambio, Juan Sheput, otro invitado asiduo a Barcelona como coordinador político de la campaña, se quedó en Contigo. Y Olaechea optó por una opción todavía más conservadora: la bancada de Acción Republicana.

Thea Tuv es ahora funcionaria de la Embajada Británica. Grados ha terminado de dar la vuelta a la puerta giratoria regresando al grupo Intercorp. Y Susana De la Puente ha preferido seguir dirigiendo sus negocios fuera del país– aunque no se han dictado medidas restrictivas en su contra–, luego de que Jorge Barata la mencionara en una de sus delaciones.

Para lo demás solo hace falta echar un vistazo a la prensa: Vizcarra ahora es presidente, mientras Araoz ejerce una vicepresidencia distante, pese a la cercanía que tuvieron en campaña, y PPK cumple arresto domiciliario. Barcelona es ahora apenas un recuerdo.