
Arana saltó la valla, una crónica de Fernando Vivas sobre el voto de confianza al primer ministro
Resumen generado por Inteligencia ArtificialNo tiene la altanería de Alberto Otárola ni la pompa fruncida de Gustavo Adrianzén; Eduardo Arana, el vocero oficial del gobierno es de pocas palabras cuando responde por las cuitas de Dina con una sutil mueca de fastidio -te deja la duda de si la dirige hacia su jefa o hacia el preguntón- como dando a entender que en lugar de hablar de frivolidades palaciegas debiera hablar de políticas públicas, pero ‘gracias por la pregunta, se la voy a responder, no hay ningún motivo para la vacancia, no la dejan gobernar, bla, bla, bla’. Ese es el tono monocorde de sus intervenciones en las conferencias pos consejo de ministros; ese fue el mismo tono de su pedido de confianza de este jueves. Tampoco se podía esperar mucho en un insoportable y prescindible ritual de la patria (¿cuándo se lo vuela una reforma constitucional?, si ya es suficiente con que haya censuras). La única ventaja es que pudo hablar de políticas públicas omitiendo a Dina.