(Ilustración: Rolando Pinillos Romero / El Comercio)
(Ilustración: Rolando Pinillos Romero / El Comercio)
Fernando Vivas

“ La tiene clara”, me dice, a propósito de , un político de lo obvio. En verdad, no hay que dar vueltas para saber que el combate a la inseguridad es prioridad del nuevo alcalde de luego de que el 3 de agosto del año pasado su predecesor Elías Cuba fuera detenido y sindicado como cabecilla de la banda Los Intocables Ediles.

Por cierto, Cuba es el primer nombre que oigo cuando entro al despacho de Forsyth. Me cuenta que le ha llegado una denuncia de Cuba, pues dio a entender que es un delincuente, sin respetar la presunción de inocencia. Le doy una sonrisa solidaria.

Desde la ventana se ve la plaza Manco Cápac por fin despejada porque tumbó el cerco de un museo que no llegó a hacer Cuba. No es su primera obra, sino lo primero que ha desechado en un distrito con mucho por deshacer.

—Solo un piso paga—
Surfear las olas de la indignación y del hartazgo contra la inseguridad y la corrupción; esa es la receta que llevó a George a una cita con Martín Vizcarra. Se la gestionó el congresista Alberto de Belaunde, y también estuvo el ministro del Interior, Carlos Morán, confirmando que la agenda esencial era la seguridad.

Pero, una vez en la cita y, de nuevo, en la mesa multisectorial que le convocó Vizcarra para el viernes pasado, el alcalde desatado soltó su rollo de La Victoria maltratada y el emporio de Gamarra victimizado.

He ahí, más que en la visibilidad de un bonito y famoso, una razón poderosa para que le hagan caso: el distrito aporta –cito cifras por él proporcionadas– S/2.860 millones y recibe S/5,9 millones; o sea, emblema de emprendedurismo sangrado por extorsionadores y arrinconado por ambulantes informales.

No puede recaudar porque, ¿cómo cobrarles estando tan desatendidos? Para colmo, el catastro es tan viejo que no registra lo construido en décadas. “Solo el primer piso paga”, dice furioso.Para remate, el propio municipio le dio atención preferente al caos, licenciando alrededor de 400 empresas de transporte interprovincial, que saturan el tránsito y tienen grifos ilegales.

Forsyth, ex arquero de Alianza y presidente de la junta de acreedores del club (esta es una saga muy victoriana), recién casado con la popular actriz Vanessa Terkes, ha empezado todo en clave alta. Y sigue así, pura adrenalina edilicia, mientas me enumera las lacras de “Mi rica Vicky” (nombre de un videíto que ha hecho con Vanessa, porque el márketing, la política y el fútbol los lleva mezclados en un combo que hasta ahora funciona bien).

Su asistenta le entrega un papelito, lo lee, suspira y me lo pasa. Susel Paredes está clausurando tiendas en una zona brava y quiere refuerzos. Uf, más adrenalina edilicia. ¿Cuándo se le ocurrió fichar a Susel? “Cuando vi que perdió en Magdalena”, contesta. Susel iba para alcaldesa.

La fiscalizadora choca con los cacos, pero, en rigor, quien se las ve con ellos es otro personaje, el general PNP (r) Edison Salas, nuevo gerente de seguridad que ha reclutado a nuevos serenos, porque los había al servicio de Los Intocables Ediles. Un grupo llegó a subir hasta el segundo piso de la municipalidad gritando contra George. A andarse con cuidado.

—¿Emergencia? Nones—
Fui al Ministerio del Interior para ubicar, con frialdad, a La Victoria en el mapa del delito. Hablé con los generales Gustavo Hananel, subcomandante general de la PNP, y Mario Arata, jefe de la región policial Lima, preocupados porque la campaña de George está levantando las cejas de la percepción del crimen.

No les gusta, por ejemplo, que el alcalde haya hablado de ‘25 mafias’. Se lo han dicho. Forsyth me lo confirmó, así que no soy infidente. La PNP ha identificado a cuatro o cinco y no hablo más, porque es reservado. Lo demás es, básicamente, delincuencia asociada a la sobreabundancia del comercio ambulatorio que –explican los generales– se puede atacar con ordenanzas.

La guerra contra la inseguridad no se juega solo en La Victoria. A la PNP le preocupa más el incremento del crimen en el cono norte, pero está comprometida en apoyar a La Victoria sin desatender a otros distritos. George se ha ganado su respaldo en Palacio y, aunque me aclara que ya existen las benditas ordenanzas prohibitivas, sabe que debe reforzarlas y estudiar reubicaciones.

¿Y de dónde salen 25 mafias? Pues de un cálculo de las zonas bravas, más o menos a dos manzanas por mafia. Pero la PNP tiene otra forma de medir al cuco y privilegia –para caerle encima– a los extorsionadores que cobran cupos. Uno de esos, con varios antecedentes, fue detenido por sospecha de andar tras Forsyth, pero fue liberado por el Poder Judicial. El drama recurrente de la justicia.

George tuiteó y declaró –me cuentan que Yeni Vilcatoma fue una de quienes lo alentaron– que La Victoria debía ser declarada en emergencia. Pero ello no está en la lógica de la PNP en este momento.

El alcalde insiste en el pedido tremendista, para seguir dirigiendo nuestra mirada a lacras que hoy lo merodean porque ha querido jugar ese partido contra ellas. Los resultados recién los conoceremos en unos meses.