Cateriano: "Le debo lealtad al presidente, no a Vargas Llosa"
Cateriano: "Le debo lealtad al presidente, no a Vargas Llosa"
Redacción EC

MARTÍN LEÓN ESPINOSA 

La empresa Airbus Defense and Space garantiza poner en órbita el satélite submétrico que el Perú le compró.
Así es, pero no solo la empresa. Una de las razones por las cuales se propició que este mecanismo [acuerdo] sea de gobierno a gobierno es que el Estado de Francia nos garantiza el trabajo que Airbus hace y que el satélite esté en órbita.

Se ha visitado las instalaciones de la empresa en Toulouse. Pero cuando uno hace esas visitas siempre se muestra lo bueno y bonito.
Muestran lo bueno y lo bonito. Es obvio, pero los periodistas [que lo acompañaron] han tenido la chance de conocer, cara a cara, a técnicos y directivos de la empresa e interrogarlos. Precisamente, ese es el interés del Ministerio de Defensa: que la prensa conozca, que se informe directamente. Es un mecanismo de transparencia. En todas partes se cuecen habas.

El representante de una de las empresas que buscaron vender el satélite fue muy crítico a la compra. También se supo que hubo presión de Chile para evitar la adquisición. Se entiende que fue porque tienen uno de menos tecnología.
No quisiera calificar. No tengo evidencias de lo que dice.

De las compras que ha hecho su sector (aviones, helicópteros), la del satélite es la que más polémica generó.
Hay varios aspectos que influyen. Como el Estado no tenía acceso a sus imágenes propias, había un negocio detrás. Ese es un punto. Otro es el de los intereses creados. No voy a mencionar el país, pero hace poco estuve [en una reunión] con un colega, un homólogo, y me dijo en tono de broma: “Ahora me vas a observar”. Sí, pues, eso ocurre. La información en el mundo de hoy constituye un gran poder. Lo que hay que saber es usar esa información de forma adecuada y responsable.

Ya nos “observaban”...
Naturalmente.

¿Qué garantiza que el proceso salga bien? ¿El Gobierno Francés?
No. Nosotros también debemos empeñarnos en que todo salga bien. Que el proyecto se maneje con criterios técnicos. No con padrinazgos políticos. En ese aspecto, hay una preocupación del presidente Humala. No habrá cupos para determinado sector. Si caemos en eso, sería fatal.

El lanzamiento debe hacerse antes de que Humala deje el poder. ¿No hay temor de que se haga en el próximo gobierno?
El Estado es una continuidad en el tiempo. Y los gobiernos honramos los compromisos. El señor Alan García firmó un acuerdo de gobierno a gobierno con Canadá para adquirir aviones. Esos aviones no los ha pagado el gobierno de Alan García, sino el de Ollanta Humala. Somos un Estado serio. Ya no somos un Estado ‘perromuertero’, como en el pasado, cuando dejábamos de pagar la deuda externa.

El contrato del satélite se firmó el pasado 24 de abril. Debería lanzarse en abril del 2016. ¿No se va a apurar que el lanzamiento sea durante este gobierno? Es una gran publicidad para Humala.
No deberíamos enfocarlo en si le va a convenir o no al presidente. Yo creo que sí, y que el éxito se verá en el futuro. El paso que hemos dado con la adquisición, como han dicho los franceses, es el club de la observación para acceder a la información. Este es un aspecto fundamental para la toma de decisiones.

Usted ha estado los últimos dos años en el cargo y...
Todavía no cumplo dos años.

Bueno, el 23 de julio.
En política no hay que adelantarse.

Ha pasado por tres jefes del Gabinete y ha sido muy criticado, sobre todo desde el fujimorismo. Igual continúa en el cargo. ¿Cuál es la fórmula?
La fórmula ha sido el trabajo. Seguramente también he hecho cosas acertadas. Y el presidente se da cuenta de ello. Aunque hay cosas que no son de dominio público, y el mandatario, quien designa a los ministros, seguramente en cada período que hace cambios, evalúa todo en su conjunto.

Se ha dicho que usted es el representante de Mario Vargas Llosa en el Gabinete. Quizá por eso está tanto tiempo.
Eso no tiene sentido. A mí me recomendó Juan Jiménez. Si yo fuese el garante de Vargas Llosa... él está en contra del servicio militar. Puedo tener muchas coincidencias, pero en este aspecto debo lealtad al presidente, no a Mario Vargas Llosa. Naturalmente, es un querido amigo, tengo una gran relación con él. Me dio la oportunidad de participar en la cosa pública, de ser diputado por Lima, pero mi lealtad es con el presidente.

Quizá el que lleve tanto tiempo en el cargo es porque ya tenía experiencia política.
Bueno, cuando voy al Parlamento no me aburro. A veces me divierto mucho.

¿Le gustaría la Presidencia del Consejo de Ministros?
Usted es bromista. Si algo he aprendido en política, y creo que el golpe del 5 de abril de 1992 me ayudó, es que hay que vivir el presente intensamente. En la política, el futuro es muy inestable. El presente es importante. Uno debe entregarse al presente. Y para un ministro en el Perú, un año y meses en el cargo es la eternidad.

Hablando del autogolpe del 5 de abril, alguna vez usted dijo que ese hecho salvó al ex presidente Alan García de la cárcel. Ahora está el debate los informes de la megacomisión, y García ha salido a decir...
Usted quiere que no salga la parte del satélite y sí la parte política. Bueno, el país no conoce el dictamen fiscal de Nelly Calderón ni la resolución del vocal de la Corte Suprema, Hugo Sivina, que imputaron gravemente a García sobre hechos ilícitos. Al señor García no se le pudo sentenciar porque la Constitución no permite condenar al ausente. Y luego se aplicó la prescripción. García tiene una gran facilidad para fabular. Pero otro día hablamos de las riquezas políticas del señor Alan García. Y no me refiero a sus ‘riquezas políticas’, ciertamente.