Redacción EC

El chofer Rosendo Ávila Vargas, quien tramitó la concesión minera Luyando 10 y que luego transfirió a la empresa Cemento Amazónico, negó ser testaferro de la ministra de la Mujer, ,

“Yo no soy testaferro. Yo trabajo para la empresa y para la familia (Dyer). A mí la familia me dice ‘sabes que Rosendo quiero que vayas a hacer este trámite’ y todo se ha hecho legalmente y aquí no se ha hecho nada oscuro”, manifestó en el programa “Cuarto Poder”.

En esa línea, dijo que solicitó la concesión minera por un pedido hecho por William Dyer.

“Él me comentó que quería ese proyecto. Me dijo: ‘Rosendo tú que viajas a Huánuco y que conoces la zona, por qué no vas y averiguas”, añadió.

El 30 de marzo de 2012 el a través de una resolución otorgó el título de la concesión minera no metálica Luyando 10 a Ávila Vargas.  El área cedida tiene una extensión de 700 hectáreas.

Tres meses después se creó la empresa Cemento Amazónico en la que figura como accionista  mayoritario, Luis Dyer Ampudia. Según este documento  cinco de los hijos del empresario conforman el directorio, así como el ex ministro Clodomiro Sánchez  y  la hoy ministra Omonte con el  10% de  acciones.

Poco después de constituida la empresa, la sociedad conyugal conformada por Ávila Vargas y Elsa Balbín Medina  ende por un valor de 50 mil dólares  la titularidad de la concesión a los representantes de  Cemento Amazónico.

EMPRESA PAGÓ TRÁMITE
Según Ávila, para obtener una concesión minera “no se necesita de muchas cosas”, sino solamente de un geólogo que visite la zona que se requiere.

Agregó que la familia Dyer, con la que trabaja desde 1999, le dio el dinero necesario para solicitar la concesión minera.

También señaló que él no es un pobre chofer, como dice Bruce, sino una persona de confianza del ex esposo de Carmen Omonte, Luis Dyer.

“Por supuesto que conozco a Carlos Bruce, él en el año 1999 era director de las empresas de la familia Dyer y ahora dice que soy un pobre y triste chofercito”, acotó.

OMONTE NIEGA INTERVENCIÓN
Por su parte, la ministra de la Mujer negó que haya intervenido para favorecer a la familia Dyer con algún negocio con el Estado u otros.

“Yo creo que es ridículo pensar que yo tendría un aprovechamiento. Utilizar mi poder para beneficiar a un grupo familiar que tiene empresas hace mucho tiempo”, concluyó.