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La preparación de una moción de censura estaba en camino. Así lo había señalado el congresista Jorge Montoya (Renovación Popular), un día antes de conocerse la renuncia de Héctor Béjar a la Cancillería, luego de la polémica que desataron sus declaraciones sobre el terrorismo y la Marina de Guerra del Perú. Algo insólito en la historia de Torre Tagle, considerando que la última vez que se buscó censurar a un canciller fue en 2013, y la última vez que se logró fue en 1910.
Más allá de las posibles interpretaciones de la frase de Béjar que atribuye a la Marina de Guerra del Perú el inicio del terrorismo en el país –el mismo Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de un comunicado, indicó que los dichos fueron “sacados de contexto”– lo cierto es que las polémicas opiniones del ahora renunciante canciller respecto de distintos temas, entre ellos los regímenes cubano y venezolano, el origen de Sendero Luminoso y la Comisión de la Verdad y Reconciliación, ya habían generado una ola de cuestionamientos en su contra.
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La salida de Béjar ocurre nueve días antes de la cita que el premier Guido Bellido tiene en el Congreso de la República, en la que pedirá a los legisladores el voto de confianza para su gabinete. ¿Cómo cambia el tablero político con la crisis y la posterior renuncia del canciller? Tres analistas responden.
1. ¿Soluciona la renuncia de Béjar la crisis política generada a raíz de sus declaraciones?
- José Carlos Requena (analista político): No. De hecho, creo que la renuncia es un primer golpe que podría complicar aún más al gabinete. Ello debido a que, si otros ministros que tienen similares cuestionamientos presentan resistencia en sus respectivos sectores, probablemente terminen con un desenlace similar al de Béjar antes de la presentación del presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido en el Congreso. Creo que puede ser un primer golpe después del cual vendrán más. Yo no creo que se termine de solucionar la crisis.
- Katherine Zegarra (politóloga): Si bien la renuncia de Béjar calma los ánimos respecto de la moción de censura que se había conversado, creo que esto no necesariamente significaría una disminución en la tensión entre el Ejecutivo y el Legislativo. Si bien por parte de los parlamentarios parecía haber una decisión unánime respecto de que Béjar tenía que salir del gabinete, hay quienes consideran que aún hay otras personas dentro del gabinete Bellido que tienen que salir. Entonces, no creo que signifique la solución a la crisis política. Aún hay cosas que pueden pasar.
- Mauricio Zavaleta (politólogo): De hecho, la renuncia de Béjar mejora las condiciones en las cuales el premier Bellido se va a presentar al Congreso a pedir el voto de confianza. Sin embargo, ya se ha generado un clima de confrontación y de molestia en parte importante de la oposición. Entonces, por más que Béjar haya renunciado, el clima está muy cargado, y eso hace que los costos para establecer una negociación se incrementen. Lo que nos permitiría salir de la crisis es establecer un diálogo con la oposición, y lamentablemente aún no vemos esa iniciativa por parte del Ejecutivo. Tienen que ponerse a negociar. Y, quizás, negociar quiere decir que hay que cambiar a algunos ministros. Estamos hablando en términos de supervivencia política.
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2. ¿Cómo cambia la relación Ejecutivo-Congreso la salida de Béjar? ¿Se fortalece o debilita el gobierno?
- José Carlos Requena (analista político): Es un gabinete con bastantes flancos. Yo creo que, en balance, la renuncia muestra una precariedad mayor. Ello porque se han bajado a un ministro antes del pedido de confianza [por parte del premier Guido Bellido] y sin que haya habido un acto del Congreso como tal más allá del pedido de interpelación, que ni siquiera se había votado. Esto podría terminar envalentonando al Congreso para que pida más cosas similares.
- Katherine Zegarra (politóloga): La relación entre el Ejecutivo y el gobierno ha sido compleja de por sí. El partido de gobierno ha tenido algunas derrotas, como el no tener presencia en la Mesa Directiva del Congreso y que el partido de gobierno no presida comisiones de su interés. Creo que, en general, estos retrocesos demuestran debilidad en el gobierno. Además, el gobierno tiene una popularidad relativamente baja a nivel comparado, teniendo en cuenta que es su primer mes. Sin embargo, hay buenas luces en el hecho de que se estén escuchando ciertas demandas.
- Mauricio Zavaleta (politólogo): Ya sabemos que estamos ante un gobierno dividido, en el que el oficialismo solo tiene 37 asientos en el Congreso y la bancada está fragmentada en, al menos, dos facciones. Entonces, creo que esta crisis complica más la relación entre el Ejecutivo y el Parlamento y, evidentemente, debilita al gobierno. Ello debido a que ha perdido un ministro antes, incluso, de haberse presentado el gabinete en el Congreso, y a menos de cumplir un mes de gobierno. Entonces, sin duda, esta crisis y la respuesta poco rápida que se tuvo han debilitado notablemente al Ejecutivo.
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3. ¿La renuncia hace más factible que el gabinete Bellido obtenga el voto de confianza?
- José Carlos Requena (analista político): Creo que, más bien, fortalece la posición de aquellos que se animaban a negar la confianza, porque encuentras un flanco en un gabinete en el que hay más ministros con cuestionamientos similares. En el caso del propio Guido Bellido, con tantas declaraciones que ha dado en campaña, si encuentras algo similar [a la situación de Béjar] terminas volviéndolo más vulnerable. Además, no es que Bellido haya mostrado actitudes satisfactorias del todo.
- Katherine Zegarra (politóloga): Creo que le gabinete Bellido llega un poco debilitado al pedido del voto de confianza. Sin embargo, es importante saber quién será el reemplazo de Béjar. Ahora, me da la impresión de que los congresistas no necesariamente buscarían en este momento no darle la confianza al gabinete. Ello va a depender no solamente de quién va a ser el reemplazo de Béjar, sino también del convencimiento de Bellido hacia sus colegas parlamentarios.
- Mauricio Zavaleta (politólogo): Ya sabemos que es un gabinete débil, apoyado principalmente en Perú Libre y en partidos de izquierda que tienen muy pequeña representación en el Congreso, o que no la tienen. En ese sentido, el pedido de confianza está en la cuerda floja. Si bien los congresistas son conscientes de que no deben denegar la confianza al Ejecutivo para evitar un cierre del Congreso, creo que el presidente Castillo y el premier Bellido van muy débiles a la sesión.
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