Liliana Rojas-Suárez
Liliana Rojas-Suárez
Jaime de Althaus

hace un balance de la economía de países de América Latina, sobre todo del Perú. Cree que es un buen momento para negociar reformas en el país, “dada la posición política que tienen los diferentes jugadores”. Para realizarlas, recalca la economista peruana, se necesita liderazgo.

—¿Cómo el contexto económico global puede influir o afectar nuestras economías en los próximos meses?
En este momento, la economía internacional tiene un alto nivel de incertidumbre, que se manifiesta en la volatilidad de los mercados de acciones y en la volatilidad del dólar también, aunque se está apreciando significativamente. La parte positiva es que las economías avanzadas se están recuperando en forma constante, tanto Estados Unidos como Europa. Pero lo que más nos afecta a los países de América Latina es lo que está sucediendo con el dólar. Del lado de la reserva federal, es clarísimo que las tasas de interés ahora sí van a seguir subiendo por la recuperación de la economía y presiones inflacionarias escondidas en las presiones salariales, y eso hace que disminuyan los flujos de capital a los países emergentes o se vayan de ellos.

—¿Eso es lo que está pasando en Argentina?
Como Estados Unidos está subiendo la tasa de interés y el dólar se aprecia, eso afecta a aquellos países que tienen mucha deuda en dólares, porque en la medida en que la moneda local se deprecia la deuda puede volverse impagable. Y esa es la razón por la que Argentina fue la primera víctima de este proceso. Ahora, con Argentina tenemos una lección importantísima para los países emergentes y especialmente para América Latina. Macri heredó del gobierno de Kirchner unos desbalances enormes tanto en la cuenta corriente como en el déficit fiscal, y dijo: Yo sé cómo solucionarlos, pero tengo un gran problema, que políticamente no voy a tener suficiente apoyo. Sabía que tenía que ajustar fuertemente el déficit fiscal.

—Tenía que haber hecho un ajuste total, no gradual...
Mucho más fuerte, pero Macri ganó las elecciones por un margen muy pequeño y había otra elección importante seis meses después. Y entonces, como tenía que negociar con el Congreso y no tenía el apoyo al 100%, decide hacer un ajuste muy gradual. Hace cosas muy buenas: retira los controles de precios, que los había por todos lados. Libera el mercado financiero, unifica el tipo de cambio... Pero en la parte fiscal se demora demasiado. El problema con esto es que Argentina, como muchos de nuestros países, tiene un sistema financiero y un mercado de capitales muy pequeño. Y si tienes déficit fiscal, tienes que financiarlo. Para eso podrías pedir prestado a largo plazo en el mercado interno. Pero no tienes mercado interno. Entonces lo financias en el mercado internacional o emites dinero. Y eso es lo que pasó, que ha venido financiando el déficit emitiendo deuda en los mercados internacionales. ¿Cuál era el mecanismo? El gobierno emite deuda, recibe dólares, esos dólares se los vende al banco central. En contrapartida, el banco central le da pesos al gobierno. Pero como eso es muy inflacionario, entonces el banco central trata de esterilizar esos pesos y para eso emite bonos en moneda local para retirar los pesos. El gran problema es que no hay mercado. Y entonces este bono, que fue siempre a 30 días, de cortísimo plazo, terminaba siendo tan líquido como los pesos. O sea, no lograba el propósito de esterilizar. En realidad, estaba aumentando la liquidez en la economía. Entonces, ni podía controlar la inflación ni podía controlar el endeudamiento externo.

—Claro, y la inflación es como de 25%...
Sí, la inflación es de 25% y la tasa de interés es 40%. La inflación bajó y ha vuelto a subir. Pero la lección para América Latina es que la solución económica muchas veces se sabe, pero si no tienes el liderazgo suficiente, pues a la hora de la hora te quedas sin soga ni cabra. Ahora Macri está yendo al Fondo Monetario y la población odia al Fondo Monetario. Por no comprarse un pleito político ahora lo va a tener peor, porque los Kirchner le están diciendo: “Nosotros le pagamos toda la deuda al Fondo Monetario y ahora Macri vuelve otra vez a endeudarse con el Fondo Monetario”. Está perdiendo soga y cabra. Él tuvo que haber tomado al comienzo una decisión mucho más fuerte y elegir la parte económica sobre la parte política.

—Entonces ahora va a tener que hacerlo de todos modos porque el Fondo Monetario se lo va a exigir.
Exacto. Por supuesto. Están entrando en lo que se llaman los programas ‘stand by’. Están negociando en este momento en Washington.

—En el caso de Perú, el nivel de endeudamiento que tenemos, ¿es riesgoso o no?
No lo es. El Perú está entre los países emergentes que tiene más bajo ratio de deuda extranjera con respecto a reservas internacionales.

—De acuerdo, pero entonces para el Perú la subida de la tasa de interés y la apreciación del dólar en Estados Unidos es positiva porque va a fomentar las exportaciones...
No, no, no, no es positiva porque aumenta el costo de endeudamiento igual.

—Pero fomenta las exportaciones…
Bueno, claro, solamente si se deprecia el sol. Pero en el Perú el sol se deprecia menos que en otros países de América Latina como Colombia, Chile e inclusive Brasil, porque hay una gran intervención del Banco Central, que puede hacerlo porque tiene bastantes reservas. Además, la depreciación implica que los influjos de capital hacia América Latina están disminuyendo y que es más caro colocar deuda en el mercado internacional. Y afecta a los deudores en moneda extranjera cuyo ingreso es en soles.

—Bueno, si devaluáramos más nuestras exportaciones serían más competitivas. En su defecto, solo queda hacer reformas. Pero acá también tenemos un problema de límites políticos a las reformas. El gobierno da marcha atrás apenas siente la menor presión social... Es un problema serio, ¿no?
Muy serio. Y eso es lo que más me preocupa a mí. El ejemplo de Argentina te dice que si no tienes el liderazgo político, a la hora de la hora terminas perdiendo todo. En el Perú estoy observando lo mismo. Hace ya mucho tiempo, un par de décadas, simplemente se han parado las reformas. El Fondo Monetario proyecta una disminución en el crecimiento potencial del Perú hasta por lo menos el 2022 menor al 4%, por deficiencias en la productividad total de los factores de producción. Yo he demostrado que el Perú no puede darse el lujo de crecer a menos del 4% porque ya solamente al 4% necesitaría como 70 años para converger con los niveles de ingreso de países de la OCDE. A niveles de 3% o menos no converge nunca, nos quedamos atrás para siempre. En el Perú también se sabe perfectamente cuáles son las reformas que se necesitan, pero no se hacen. La única solución a ese mal es que encuentren el liderazgo. Yo no lo veo por ningún lado. Si no toman el liderazgo, al final pierdes todo: no haces bien lo económico y políticamente te va muy mal. Por eso puse el mal ejemplo de Argentina.

—¿El caso está perdido acá?
No necesariamente. No hay tremendos conflictos contra Vizcarra, que todavía está en el período de luna de miel. Este es el momento de tomar ese liderazgo para poner en marcha las reformas que necesitamos, más aun considerando que todavía el problema de la tasa de interés y el retiro de liquidez en Estados Unidos no ha llegado a su máximo grado. Y Europa todavía no ha comenzado a sacar la liquidez, pero ya viene. En el mundo todavía hay mucha liquidez, y por eso siguen invirtiendo en países emergentes. Hay que aprovechar este espacio para hacer las reformas. No van a aparecer momentos mágicos.

—La pregunta es si el gobierno será capaz de tener ese liderazgo.
Es una cuestión de evaluación de costos y beneficios. Los beneficios de negociar con liderazgo las reformas son mucho más grandes que los costos. Este es un buen momento para negociar, dada la posición política que tienen los diferentes jugadores. El Gobierno Peruano es consciente de que los mercados internaciones están mirando la situación fiscal de los países. Por eso, la preocupación del ministro de Economía por corregir el déficit fiscal es correcta. El problema es que no tienen muchos instrumentos para hacerlo. En el Perú el problema fiscal es que no hay suficiente recaudación de impuestos. De afuera se ve la poca capacidad de recaudación como un tema estructural. Allí el Perú se encuentra muy bajo con relación a muchísimos países emergentes, inclusive muchos de la región.

—Pero ese es el tema de la informalidad…
Exactamente. Por eso es que estamos hablando de reformas. No solamente eso: el nivel de ahorro nacional con respecto al producto en el Perú está entre los más bajos de los países emergentes, con alrededor del 20%. Pero, otra vez, eso está completamente relacionado con el tema de informalidad, el tema de los mercados de trabajo, de la estructura de la tributación.

—¿Qué reformas necesitamos hacer?
Bueno, hay reformas técnicas y hay reformas institucionales. Y las reformas técnicas no creo que pasen si no se dan las institucionales. Entonces, yo siempre destaco la laboral entre la técnica y la judicial entre las institucionales. La judicial, que incluye a las mismas leyes, que a veces son discriminatorias, es esencial. La razón por la que en el Perú la gente se vuelve tan cortoplacista es porque no hay mucha credibilidad en los contratos. No hay credibilidad en que la justicia se va a hacer. Hay tanta corrupción y sospecha –todo el mundo sospecha de todo el mundo– porque no crees que el sistema va a defender tus derechos. Crees que la impunidad va a ganar. Y se dejan pasar pequeñas cosas, pero esas pequeñas cosas son las que marcan el comportamiento del ciudadano. Que además inducen a no cumplir con el resto de las leyes cada vez más importantes. Vas subiendo en la escala. Hay una debilidad institucional enorme. Tantas conversaciones que escucho sobre pequeñas modificaciones en una ley u otra, un incentivo tributario u otro para vencer la informalidad, por ejemplo, que no pueden funcionar simplemente porque no hay incentivos en entrar a un sistema en el que no se respeten los contratos, en el que si yo hago mal, no soy penalizado, en el que yo, por ser chico, recibo más castigo que el grande.

—¿Y estas reformas más técnicas, cuáles serían?
Sin las institucionales, las técnicas no funcionan, como te digo. Te mencionaba la reforma laboral y la uniformidad tributaria, porque tenemos un sistema impositivo recontracomplejo. Pero eso lo sabe el gobierno y ha tratado de avanzar. Pero en la laboral nadie habla del asunto. Porque ante cualquier pequeña voz de que vas a hacer algo, te hacen una manifestación y retrocedes. Así no se puede gobernar. Simplemente no se puede avanzar. A mí me preocupa mucho en el Perú la falta de competencia en general. Cuando hablamos de niveles de ahorro muy bajos, profundización financiera muy baja, básicamente lo que tienes es un sistema que funciona muy bien dentro de un grupo muy pequeño. Ese grupo muy pequeño está dispuesto a pagar impuestos porque va a recibir los beneficios de pagar impuestos. Y tienes una gran mayoría que está al margen y que además no le interesa entrar. Y entonces tienes como una dicotomía en la sociedad. Y mientras sigamos en esa dicotomía, las pequeñas reformas simplemente no van a funcionar. En Brasil, a pesar de todos los problemas económicos y de toda la corrupción que se destapó, el hecho de que los jueces se hayan mantenido implacables y que hayan podido castigar a una gran cantidad de actores, es un avance. Brasil está dando un paso hacia la institucionalidad.

—Acá la reforma judicial es muy lenta y no se ve reforma política…
Hay que saber que todo puede ser bloqueado si no hay institucionalidad. Si no la hay, lo que vamos a ver son simplemente reformitas, buena macroeconomía, porque la macroeconomía sí la verdad que el Perú la maneja bien. Buena macro, pero sin crecimiento. El crecimiento va más allá de la macro y allí no nos movemos.

—Claro, ahora, acá además tenemos un problema serio con el Estado mismo. La descentralización es muy ineficiente, los servicios no funcionan, mucha corrupción en la obra, en los servicios, en todo. ¿Qué hacer con el Estado?
Tienes una descentralización que empezó demasiado rápido. La ciudadanía clamaba por descentralización, pero se generaron demasiadas instancias y gobiernos, con lo cual tienes que negociar con todos. Y tienes demasiada burocracia. Pero es muy difícil revertirlo. Tendrías que ver formas de disminuir el poder relativo de cada una de las partes para poder gobernar, pero teniendo en cuenta que los errores del pasado se debían a que había mucho abuso de la parte central.

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