La fiscalía avanza silenciosa desentrañando la presunta compra de votos para salvar a Pedro Pablo Kuczynski (PPK) de la vacancia. Brevísimo resumen: el 20 de marzo, tres días antes de votar una segunda moción de vacancia contra PPK, Fuerza Popular lanzó los ‘mamanivideos’ que empujaron al presidente a renunciar. Al día siguiente, el titular del Congreso, Luis Galarreta, fue a entregar las pruebas al entonces fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, en una excepcional colaboración entre keikistas y el Ministerio Público (poco antes FP había buscado defenestrar a Sánchez).
El 27 de marzo, el MP anunció que abría investigación por cohecho (soborno) y otros delitos a los congresistas Kenji Fujimori, Guillermo Bocángel, Bienvenido Ramírez y al ex ministro de Transportes Bruno Giuffra, protagonistas de los audios y videos. Empezó el lento desfile de investigados y testigos y algunas pocas filtraciones que revelaron que Moisés Mamani recibió una manita: una de las grabaciones no fue hecha por él sino por su colega Modesto Figueroa y al final de otra se ve el rostro de Eduardo García (trabajador del área de comunicaciones del Congreso que controla FP) ayudándolo a desprenderse de los gadgets.
Pero la operación tuvo tal trascendencia política, que es impensable que Mamani fuera el hombre orquesta que nos presentó FP, que escribió el guion, produjo, dirigió y grabó todo, con apenas una ayudita técnica. Tuvimos acceso al testimonio de Fredy Guido Aragón Valdez, del 7 de mayo del 2018, ante el fiscal Ulises Requejo Armas, del área de Enriquecimiento Ilícito y Denuncias Constitucionales. Allí se dan a conocer otros personajes que lo acompañaron, otros ojos que lo vigilaron.
¿Quién es Aragón? El abogado y entonces gerente de políticas de la Sucamec, que en el más crudo ‘mamanivideo’ dice: “Imagínate de una obra, hermano, de cien millones que te caiga 5% no más, puta hermano, tienen cinco palitos sin mover un dedo, sin hacer daño a nadie”.
Como era de prever, Aragón fue más comedido y menos locuaz ante el fiscal Requejo. Tuvo un corto interrogatorio en el que estuvo sin abogado y el fiscal le dio poca batalla. Fue, más bien, una pregunta de la procuradora anticorrupción Bertha Bengoa Barrera la que provocó una respuesta que nos llenó de curiosidad: “En la primera reunión en el Starbucks [con Mamani y dos personas que se le dijo representaban a los congresistas Modesto Figueroa, Carlos Ticlla, Dalmiro Palomino y Yesenia Ponce, que también cambiarían su voto], me di con la sorpresa de que había sido invitado Alberto Bautista, a quien yo conocí cuando laboraba en el Congreso […], percibí que las dos personas instruían permanentemente al congresista en voz baja y con señas”.
—Moisés y el Bautista—Aragón era un viejo conocido de Mamani. Sobre eso, le respondió al fiscal: “Desde el año 1999-2000 cuando trabajé en Juliaca, Puno, en la Universidad Néstor Cáceres Velásquez [era docente], lo conocí en una reunión social […] Hasta que aproximadamente en agosto del 2016 [recién instalado como congresista] recibo una llamada en la cual se identifica Moisés Mamani y me dice que nos habíamos conocido en Puno”. Aragón prosigue su relato y dice que se llamaban de vez en cuando, “hasta la primera vacancia en la que también conversamos y me pidió que lo asesorara y que él no quería votar por la vacancia”.
Aragón comparece aquí como testigo porque, al no ser funcionario con inmunidad, como los congresistas y Giuffra, es investigado en otra fiscalía. Queda claro que no tenía los contactos de alto nivel para hablar de obras como le reclamaba Mamani. Recordó, según su testimonio, su amistad con Alberto Borea, defensor de PPK, y lo buscó. Fue Borea, en otra reunión que quedó registrada, quien dijo que no sabía de obras, pero se ofreció a poner en contacto a Mamani con Giuffra y, luego, este lo llevó donde PPK. Aragón quedó fuera de ese juego, pues su relación con el ppkausismo no llegaba a esas alturas.
Sabemos, por el testimonio de Aragón, que retomó contacto con Mamani en el 2016, así que es probable –es una hipótesis por investigar– que ambos hubieran planeado, como congresista y funcionario ppkausa, algunas ‘joint ventures’ no necesariamente santas y regulares en Puno.
Aragón no dijo al fiscal la razón por la que llegó a la Sucamec. Contó que fue llamado a un puesto de confianza (gerente de políticas) por el jefe de ese ente, Rubén Rodríguez Rabanal, ex oficial de policía que falleció en diciembre pasado. Pero no dijo si alguien del gobierno lo recomendó a Rodríguez. Llamé a Aragón para preguntárselo, pero no quiso colaborar con esta crónica. Una fuente del Mininter me contó lo siguiente: alguien del ppkausismo pidió a Rodríguez contratar a Aragón. Este había colaborado en la capacitación de personeros ppkausas y le agradecían el respaldo con un empleo.
¿Y quiénes acompañaron a Mamani en sus reuniones con Aragón, Borea y Giuffra? Aragón identifica a una de ellas como un ex uniformado a quien le decían ‘El Mayor’ y al otro como Alberto Bautista Merino, a quien Mamani presentó como asesor de los congresistas ausentes.
Bautista tiene historia. Fue abogado de Susana Higuchi en tiempos de conmoción, cuando peleaba y denunciaba maltratos de Alberto. Cuando Higuchi fue elegida congresista del FIM, se convirtió en su asesor hasta el 2006. Luego, lo fue del nacionalista Isaac Mekler. Se profesionalizó en el oficio parlamentario, y alguien se lo recomendó a la ‘avenger’ Maritza García, a quien abandonó alrededor de agosto del año pasado. Desde octubre está en la planilla del Congreso, como asesor de Mamani.
Localicé a Bautista y no quiso ser entrevistado para esta crónica. Pero sí pude hablar con alguien que lo conoce bien y le planteé la hipótesis de que él haya acompañado a Mamani, de parte de Keiko Fujimori y la cúpula de FP. Me replicó que no es fujimorista ni podría serlo con el historial que les relaté. Que es asesor profesional y no sabía –¡cuesta creerlo!– que Mamani registraba todo con un propósito político. Que quien sí sabía y ayudaba a Mamani a grabar todo –prosigue la fuente cercana a Bautista– era un ex oficial llamado Mario Fernández. No conseguí localizar a este personaje.
Si algo permite intuir el testimonio de Aragón, es que Mamani y, presumiblemente, FP concibieron un plan con dos subtramas. En una, buscaron registrar a importantes figuras del gobierno ppkausa aludiendo vagamente a una presunta compra de votos. En la otra, más importante aunque con personajes de menor calibre como los ‘avengers’; sí se hablaba de prebendas específicas (sabemos que la fiscalía ha identificado y está investigando algunas de ellas). Al forzar la unión de las dos tramas, la película se volvió explosiva.