El sábado pasado el presidente Kuczynski y todos sus ministros se reunieron con el fundador de Facebook, y el ministro de Transportes y Comunicaciones tuiteó: “Hoy nos reunimos con Mark Zuckerberg para dialogar sobre proyectos que permitan ampliar la conectividad en todo el Perú”. El día anterior PPK se había reunido con Shinzo Abe, el primer ministro de Japón, y le había solicitado colaboración en materia de comunicaciones y el respaldo para que el Perú pueda entrar a la OCDE, el club de los países ricos.
Pero parece que PPK y sus ministros no saben que la radio y la televisión, antes que el Internet, el Twitter o el Facebook, conectaron y siguen conectando a todos los peruanos. Parece que tampoco saben que en todos los países de la OCDE la televisión es digital, y que el Japón no solo le ha dado al Perú su modelo de transmisión digital, sino que sus donaciones han permitido que el canal del Estado sea el más avanzado en tecnología y pueda transmitir actualmente cuatro canales de manera simultánea.
El estándar de televisión digital que nuestro país adoptó en el 2009 es el modelo japonés; estamos en el 2016 y aún no se utiliza en toda su capacidad. Hacerlo permitiría que cada canal de señal abierta pueda ampliar su capacidad emitiendo a la vez dos canales HD y uno móvil. Lo que implicaría mayor capacidad de producción y espacios publicitarios, y una calidad de imagen superior a la del cable sin ningún costo para el televidente. La señal móvil, además, permitiría que estos canales lleguen a servicios masivos como el Metropolitano, el metro, los buses y los taxis.
Más canales, más producción y más comercialización: la fórmula que nos sacaría del estancamiento que todos los televidentes repudian y las empresas resienten ante el crecimiento de la publicidad en Internet.
¿Por qué no hemos avanzado?
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones en manos del humalismo sostuvo que no había suficientes televisores digitales en los hogares del Perú como para dar el gran salto, asumió que los canales pequeños se iban a perjudicar frente a los canales grandes, y decidió postergar el cambio de la señal análoga a la digital hasta el 2020 en Lima, y hasta el 2024 en el resto del país.
El resultado fue una parada de borrico en materia de tecnología digital y conectividad, con el consecuente atraso frente a la competencia extranjera o el ‘streaming’ de empresas como Netflix o Amazon.
El humalismo ha dejado a mucha de su gente en el MTC y en otros ministerios. Es probable que aún haya quienes le aconsejen al ministro Vizcarra que siga aguantando el salto tecnológico hasta el 2020.
Un reciente estudio de GFK basado en las cifras de los importadores de televisores a nivel nacional sostiene que de los 6,5 millones de hogares del Perú urbano, 5,6 millones tiene una TV capaz de captar televisión digital. En resumen, en el Perú hay 0,8 televisores digitales por hogar y en Lima la proporción es más grande: 1,1 televisores digitales por hogar. Es decir, en Lima hay más de un televisor digital por hogar, en promedio.
La burocracia del MTC se basa en Ibope, la medidora que tiene el monopolio de ese mercado, y que sostiene, extrañamente, que solo el 14% de televisores en Lima pueden sintonizar la señal digital. Un error que cada uno de los que están leyendo esta columna puede certificar desde su hogar.
El gobierno debe allanar el camino y estimular la competencia como se hizo con la telefonía. ¿Por qué los peruanos tienen que pagar tanto dinero para ver televisión de calidad? ¿Por qué el consumidor de un medio tan popular tiene que esperar años para que llegue la televisión digital a su hogar?
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#PPK despidió a presidente chino #XiJinping tras visita de Estado ►https://t.co/MjxVnIBevk pic.twitter.com/YgMw5VemiD— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 23 de noviembre de 2016