Se da la largada..., por Mariella Balbi
Se da la largada..., por Mariella Balbi
Redacción EC

Como en la hípica, se da la largada del período (¿carnaval?) electoral. Y lo inaugura nada más y nada menos que el Partido Nacionalista. Quién lo hubiera creído. El ex ministro del Interior Daniel Urresti se inscribirá en el partido de gobierno y manifestó su decisión de dedicarse a la política. Cosa que era evidente ante los ojos de quien quisiera ver.

Pero la premura de su lanzamiento es lo que nos deja atónitos. Sobre todo porque hemos escuchado de modo insistente a la señora Nadine Heredia criticar a los grupos opositores porque hacían politiquería electoral. Cuando hubo una rebelión contra la ‘ley pulpín’, incluyendo a sus correligionarios, Heredia escribió en el tan recurrido Twitter que el gobierno trabaja en forma incansable “a pesar de tanto ruido electorero”.

Cuando la oposición buscaba la censura de la primera ministra Ana Jara declaró que esta “es una práctica democrática, está bien. Pero cuando se utiliza en vísperas de una campaña ya toma un manejo político y politiquero”. Ni qué decir del presidente Humala, quien a raíz de las investigaciones por lavado de activos contra su esposa reacciona con agresividad y denuestos contra los opositores en cada inauguración de obras a la que asiste.

El estilo presidencial es muy parecido a la estridencia y a los insultos que manifestó Daniel Urresti cuando era ministro. El rumor escuchado cuando asumió la cartera del Interior, de que sería el candidato oficialista, era un plan diseñado. Tuvo su tropiezo cuando disparó graneado contra toda la clase política. Probablemente lo seguirá haciendo, con mayor libertad y sin el freno de la primera ministra.

Preocupa en exceso que en sus frenéticos viajes al interior del país el presidente, que se supone es de todos los peruanos, ataque ardorosamente –ejerciendo un poder que no corresponde a su mandato– a la prensa, y de qué manera. Somos poco menos que mentirosos, con objetivos electorales, cuando solo el nacionalismo inició su campaña y con la ventaja de tener el Estado bajo su mando.

La acre crítica presidencial contra ‘algunos medios’, no contempla que a la prensa le llegan denuncias de sus ex correligionarios y son una verdadera bola de nieve. Que Martín Belaunde Lossio, el ‘mecenas’ del nacionalismo, consiguió favores pesqueros del Ministerio de la Producción, que el supuestamente ex contador del partido denuncia que le falsificaron su firma e involucra a congresistas oficialistas con gordas donaciones hechas a mano, sin intermediación bancaria.

El presidente y su esposa deben entender que, con todo lo que aparece y no les gusta, nos sentimos en un terreno pantanoso y vemos que se descuida el crecimiento económico. La consigna electoral del nacionalismo es: el Apra y el fujimorismo son corruptos, ladrones, se tiraron la plata de las escuelas. Quieren disolver los programas sociales. Como si el partido de gobierno (inexistente por cierto) hubiera fundado la república, las instituciones. Por eso las encuestas muestran desaprobación presidencial. No hay transparencia y la necesitamos a chorros.