La verdad como defensa, por Diana Seminario
La verdad como defensa, por Diana Seminario
Diana Seminario

Si bien durante la última semana uno de los temas que se instaló en el debate público fue la explotación del lote petrolero 192 en Loreto, el asunto de las agendas atribuidas a sigue dando que hablar. Sobre todo porque ha sido ella misma, hace exactamente una semana, en su última declaración pública, quien echó más sombras a la hipótesis de que estos cuadernos no solo son suyos, sino que su contenido tiene que ser esclarecido.

Según Heredia de Humala, las reuniones con funcionarios de la empresa constructora brasileña OAS no tienen nada de malo. “Me reuní con todos”, dijo desafiante el lunes pasado. ¿Quiere decir entonces que con esa afirmación está validando las anotaciones de las agendas sobre la empresa constructora OAS?

Pero eso no es todo. Ella afirma que esos encuentros no tenían nada de malo, pues ellos no eran gobierno. Otra vez le da fe al contenido de las libretas.
Como se recuerda, una de las agendas de Nadine Heredia consigna reuniones con empresarios brasileños de la constructora OAS y registra minuciosamente un aporte mensual de 9 mil dólares por parte de su amiga Rocío Calderón.

¡Oh coincidencia! En el mismo lapso que la señora Humala registra estos ingresos, su amiga Chío hacía consultorías mensuales para OAS por 9 mil dólares. Y, por si fuera poco, esta misma empresa empieza a ganar licitaciones con el gobierno a partir del 2012.

Nadine Heredia sabe lo que dice cuando sostiene que ellos no eran gobierno cuando se daba este tipo de reuniones, pero lo que no dice es que en el Perú existen normas que regulan los aportes financieros en campañas electorales, así como el lavado de activos.

Por eso no es coincidencia que la procuradora de lavado de activos, Julia Príncipe, haya entregado las ahora célebres agendas a la fiscalía que investiga los aportes financieros al Partido Nacionalista en el 2011.

En la desesperación de su defensa, Nadine Heredia incurre en más de una contradicción. Primero, dice que no le falta ninguna agenda, para luego denunciar al ex congresista Álvaro Gutiérrez por robo.

Si es como ella afirma, que no le falta ningún cuaderno, ¿por qué no convoca una conferencia de prensa y dice que, efectivamente, los cuadernos exhibidos por la prensa son “truchos” y que ella tiene todas sus agendas consigo y las muestra?

Claro, eso en la hipótesis ideal de que Nadine Heredia ponga por delante de cualquier afirmación la verdad. Si la verdad la acompaña, ¿por qué esta reacción? 
Lamentablemente, hemos oído varias versiones sobre estos cuadernos: la primera fue que al haber viajado hasta Italia pudieron haber sido adulterados, luego que no son suyos y, por último, que le fueron robados.

La única que puede dar una sola y sólida versión de los hechos es la propia primera dama si se decide, de una vez por todas, a usar la verdad como su única estrategia de defensa.

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Un 83% cree que debe someterse a test grafotécnico por presuntas agendas ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)