Diálogo, contra viento y marea, por Federico Salazar
Diálogo, contra viento y marea, por Federico Salazar
Federico Salazar

El presidente del Consejo de Ministros . Algunos políticos de oposición son escépticos al respecto. No proponen, sin embargo, nada a cambio.

La oposición tiene ahora un poder que antes no tenía en el Congreso. Lo demuestra la votación por la que se recomienda investigar a y a su entorno. Fueron 76 votos a favor y 24 en contra.

La oposición tiene razones para sentirse fortalecida. Lo menos recomendable, sin embargo, para alguien que adquiere un nuevo poder es excederse en su uso.

“Antes hemos ido a conversar y 72 horas después el presidente pateaba el tablero”, dice, por ejemplo, Raúl Castro, presidente del PPC. Jorge del Castillo, secretario general del Apra, por su lado, recuerda que ya hubo reuniones sobre seguridad ciudadana y economía, “y no hemos visto ningún ajuste o cambio”.

El diálogo, a pesar de todo, es necesario. Hay una situación sumamente delicada en relación a la primera dama Nadine Heredia. El Gobierno debe reconocer el derecho del Congreso a recomendar la investigación fiscal.

Es por ello decisivo que el Gobierno no use a los ministros para la defensa política de Nadine Heredia. Para eso están los congresistas y los voceros partidarios. Es muy importante que el presidente de la República no caiga en la tentación de defender mediáticamente a su esposa.

¡Pero es su esposa!, dirá un oficialista. Es cierto, y muchas veces funcionó la figura del esposo que defiende a la esposa. En estos momentos, sin embargo, ya no se trata de una imputación política, sino de un encargo de un poder del Estado al Ministerio Público.

Es importante que el presidente no caiga en esa tentación para demostrar que respeta la independencia de los poderes. Es tarea del Congreso fiscalizar. Y lo ha hecho formalmente.

Si el Ejecutivo logra inhibirse en la defensa mediática de la presidenta del partido de gobierno, la oposición también tiene que inhibir sus ínfulas. Sin desmerecer los derechos de cada parte, se puede y se debe “dialogar” en relación a los temas imprescindibles.

Quizá los políticos no se den cuenta. El país necesita una cierta tranquilidad o, al menos, alguna certidumbre de que hay un lugar donde se puede conversar sobre qué hacer para atender a la población.

El oficialismo y la oposición pueden seguir la pendencia política. Tiene que haber, sin embargo, un espacio, separado de ese ruido, donde poder hablar.

Los políticos de la oposición deben darse cuenta de que los pobladores reclaman atención en sus temas urgentes. Y se da cuenta de que hay quienes solo litigan y pleitean, mientras a ellos los asaltan, los extorsionan, les roban o los atropellan.

Así el diálogo parezca estéril, así haya incumplimientos de compromisos, así la tienda de al lado se esté cayendo, hay que estar dispuestos a conversar y escuchar. Si renunciamos a eso, renunciamos a lo esencial de la democracia y la civilidad. Se viene un huayco. ¿Vamos a seguir enredando los pies y las manos en zancadillas y puñetas?

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.: "Ahora dicen que yo concentro el poder" ► — Política El Comercio (@Politica_ECpe)