¿Esperando imposibles?, la columna de David Rivera
¿Esperando imposibles?, la columna de David Rivera
David Rivera

Hablemos de actitudes, no de ideas ni de propuestas, ni de si estamos de acuerdo o no con ellas. Las primeras cuatro semanas de la segunda vuelta electoral tienen un claro ganador. no solo ha conseguido revertir los puntos de ventaja que le llevaba y reducir el nivel de rechazo a su candidatura, también que el porcentaje de quienes no votarán por Kuczynski aumente de manera importante. ¿Es posible revertir esta tendencia? Siempre lo es. Pero la candidatura de Kuczynski parece enfrentar problemas “estructurales”.

Si como han afirmado los politólogos, los ejes de confrontación para esta segunda vuelta serían el fujimorismo versus el antifujimorismo, y el de Lima-regiones, izquierda-derecha, PPK no ha logrado construir un discurso sólido ni convertirse en el abanderado de ninguno de ellos. Veamos.

Si bien en el análisis se suele recordar al fujimorismo por las reformas económicas de los 90, su base popular está sustentada por la “derrota de Sendero Luminoso” y por un gobierno que llevó obras y programas sociales a lugares donde ningún representante del Estado había llegado antes. Con este activo de por medio, a PPK se le hacía mucho más necesario y urgente construir un discurso que al menos lograra compensar este hecho. Lo cual implicaba, además, confrontar al fujimorismo cada vez que fuese necesario. Un ejemplo. La semana pasada la bancada fujimorista intentó tumbarse nuevamente la Ley Universitaria. Peruanos por el Kambio tenía una oportunidad para “mostrar” quiénes respondían a intereses económicos particulares. ¿Recuerda usted que se hayan comprado ese pleito? ¿No es este tema electoralmente más importante que tratar de defender la reducción del IGV? Entonces, ¿es el problema uno de lectura de la realidad?

Pero el problema parece ser también uno de falta de convicción respecto a los riesgos que supondría un gobierno de Fuerza Popular, con mayoría en el Congreso, con actitudes como las manifestadas por integrantes del partido ya escondidos, y con todo lo mostrado en las últimas dos semanas por la propia candidata. Eso, falta de convencimiento, es lo que parece estar detrás de la incapacidad para asumir el liderazgo del antifujimorismo. Piense lo siguiente. Podríamos afirmar que el entorno de PPK pertenece a quienes creen que ya con la izquierda fuera de carrera, las dos opciones en camino son las mejores para el país. Y si es así, ¿con qué convicción puede confrontarse al “enemigo”? ¿Podría explicar esta realidad la tibieza con la que cada representante del partido se refiere al riesgo autoritario? Es decir, ¿se lo creen de verdad? ¿O podría ser pura inexperiencia política? Ante la duda, hagámonos otra pregunta. ¿Podría aparecer ahora un video (como el del chifa) que afirme que el Perú corre el riesgo de ir hacia el abismo tal y como el que se lanzó en primera vuelta para frenar la subida de Verónika Mendoza?

Sí, en cuatro semanas es posible revertir una campaña electoral. Pero sin convicción y sin una buena lectura de la realidad, es imposible.

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