Guzmán, el otro dinosaurio, la columna de Diana Seminario
Guzmán, el otro dinosaurio, la columna de Diana Seminario
Diana Seminario

El candidato , de Todos por el Perú, lanzó su candidatura planteando el cambio, la novedad, el adiós a la “vieja política”, que arrastra consigo nocivas prácticas y una pesada carga de desprestigio. Guzmán supo aprovechar ese espacio de descontento hacia los políticos y a sus malas artes y, según las últimas encuestas, su estrategia le viene dando resultado.

Ahora Guzmán se enfrenta a sí mismo y a su discurso: debe afrontar a los “dinosaurios” de su propio bando. El candidato no puede negar ni ignorar que su candidatura fue elegida por cinco militantes, cuando tenía que hacerla con nueve. Es decir, prácticamente fue designado por sus amigos más cercanos.

Somos un país en el que criticamos la elección a dedo, la imposición de los criterios de las cúpulas de los llamados “partidos tradicionales”, y resultó que Todos por el Perú terminó siendo la más “tradicional” de las agrupaciones.

Nos rasgamos las vestiduras por el cumplimiento de la Ley de Partidos Políticos, batallamos por una reforma electoral donde la democracia interna sea mucho más que un formalismo o un trámite, pero a la hora que el Jurado Nacional de Elecciones evidencia una viveza, alegamos que lo hace porque Guzmán ha crecido, que su candidatura “asusta”. ¡Seamos coherentes! Lo que está mal para unos está mal para todos, y la ley debe cumplirse sin falsas interpretaciones.

Si Guzmán debe salir de la contienda porque infringió las normas, solo queda acatar y aceptar, así lidere las encuestas. Estas son las reglas de la democracia, nos gusten o no. No pretendamos una democracia a nuestra medida.

Antecedentes los hay, y el recuerdo más cercano es el del 2010, cuando Álex Kouri era el candidato a la Alcaldía de Lima y se disputaba el primer lugar con Lourdes Flores. El JNE decidió tachar a Kouri porque no residía en el domicilio legal que consignó. Ni vigilias ni “mano negra”. Kouri quedó fuera, y Susana Villarán –que al momento de la tacha de Kouri no era favorita– supo aprovechar esa situación y fue elegida alcaldesa de Lima. Así es la política, y así son las reglas de juego.

Es evidente que una eventual tacha a la candidatura de Guzmán significaría un reacomodo total de las fichas en juego y quizás Alfredo Barnechea –el candidato de Acción Popular– sería el más beneficiado con esta baja, pues siguiendo la lógica de la “novedad” que alienta Julio Guzmán, Barnechea podría encarnar ese atributo, aunque el partido que lo patrocina sea uno de los “dinosaurios” que tanto critica Guzmán.

Nada está dicho aún. No olvidemos que en el 2011, a estas alturas de la contienda, Toledo iba primero en las encuestas, Castañeda “les ganaba a todos en segunda vuelta” y Ollanta Humala alcanzaba solo un dígito en los sondeos.

La campaña está en plena evolución. Solo es cuestión de esperar.

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