Siempre puede ser peor, por Diana Seminario
Siempre puede ser peor, por Diana Seminario
Redacción EC

Son muchas las conclusiones que pueden desprenderse de . Lo primero es que, por lo menos en apariencia, la figura de la primera ministra se ha visto fortalecida, pues la amenaza de la censura a ella y a su equipo quedó diluida y porque en el duelo con Urresti ella ganó y el verborreico general dejó el Ejecutivo. Ahora Urresti disparará oficialmente y potencial candidato, tal como lo anunció ayer.

Si bien con los cambios el Gabinete recuperó el aire que estaba perdiendo, no todo lo que brilla es oro. En un rápido repaso de los antecedentes de , el remedio podría ser peor que la enfermedad. Por ejemplo, ¿podemos creer que Fredy Otárola tendrá al menos un decoroso desempeño al frente del Ministerio de Justicia? No olvidemos el lamentable papel que jugó en su intento de explicar y defender la ‘ley pulpín’. Además, el ministro de Justicia es el asesor jurídico del presidente. Ya sabemos en manos de quién estamos.

Si a Figallo por su supuesta injerencia en el Caso Belaunde Lossio, la cercanía de Otárola con el ex operador humalista no es poca cosa. Él mismo admitió haber visitado ‘La Centralita’, local desde donde César Álvarez planeaba sus fechorías y espiaba a sus opositores, y lugar donde funcionaba Ilios Producciones, empresa de Belaunde Lossio.

En los últimos días se ha publicado un video en el que Belaunde Lossio aparece entregando a Otárola una medalla por su elección como mejor congresista por Áncash. Ante esto, Otárola rechazó vínculos con el prófugo.

En el Ministerio del Interior, su nuevo titular, , ha marcado un estilo con un perfil menos personalista que el de su antecesor, y empoderará al director de la Policía Nacional, función que Urresti había usurpado y eclipsado.

¿Estamos seguros de que con Pérez Guadalupe bajará la confrontación? Recordemos su papel como carcelero de Fujimori y su fracasado intento de colocar bloqueadores de celulares en los penales. Y ni qué decir que en las cárceles la conexión a Internet es “el mejor servicio” de los reos. Y cómo olvidar la salida de prisión de Antauro Humala para cobrar un cheque.

En cuanto a la ministra de la Mujer, Marcela Huaita, existe una legítima preocupación entre los defensores del derecho a la vida desde la concepción por su designación, pues Huaita estaría a favor del aborto eugenésico y por violación sexual. En un país donde la Constitución señala que el concebido es sujeto de derechos en todo lo que le beneficie, esto resulta inquietante.

El que se lleva las palmas es el ministro de Trabajo, Daniel Maurate, quien en el 2011 estuvo solo siete días como jefe de la Dicscamec al conocerse sus antecedentes que incluyen adulteración de su hoja de vida y defensa de empresas procesadas por lavado de activos y de un juez descubierto recibiendo coima. A lo que se suma su cercanía con Juan Carlos Rivera Ydrogo.

Como se ve, el oxígeno al nuevo Gabinete se puede agotar rápidamente con el peligro de que cada vez sean menos los profesionales de calidad dispuestos a integrarlo. Y siempre se puede estar peor.

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