(Foto: PCM)
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Diana Seminario

Ha pasado una semana del nombramiento de Mercedes Aráoz como presidenta del Consejo de Ministros y, por lo visto y oído, parece que se abre una nueva etapa no solo para el gobierno, sino también en la relación Ejecutivo-Legislativo. Son varios los gestos que apuntan a que lo que se viene es una convivencia pacífica, o al menos se avizora una tregua.

Los más aguerridos activistas –que en la mayoría de casos fungen de comentaristas políticos– jamás imaginaron que el fuego que avivaron para que el presidente Kuczynski cerrara el Congreso y llamara a nuevas elecciones tuviera un desenlace inesperado para ellos: el nombramiento de un Gabinete más político con una presidenta del Consejo de Ministros que ya ha sorteado varios embates y se ha mantenido en la brega.

Resulta esperanzador escuchar a Aráoz usar un lenguaje conciliador y salir a tender puentes con la mayoría parlamentaria. Y es hasta tranquilizador verla disculparse con el fujimorismo por los excesos verbales de campaña.

“Ya pasó la campaña que fue hace más de un año. Así como nos sentimos afectados por las frases de la otra parte durante la campaña, también pedimos las disculpas por las frases ofensivas que puedan haber salido de nuestra boca”, dijo.

Y por si fuera poco, descarta que el fujimorismo esté en el juego de la “vacancia presidencial”. ¿Será que se acabaron las asesorías del odio y la guerra? ¿Será que por fin podrá llegarse a un entendimiento de verdad entre el Ejecutivo y el fujimorismo?

Confiamos en que se pase de las palabras a los hechos y que la desconfianza cese por el bien de la estabilidad política que redundará en la recuperación económica. Esperamos también que se deje de observar la política como un campo de batalla con ganadores y perdedores, muertos, heridos y rehenes.

Así como Aráoz se ha propuesto voltear la página, confiamos en que en las huestes fujimoristas sepan aquilatar esta intención, y se encuentren en la misma sintonía.

Además, en una actitud más política que visceral, la jefa del Gabinete se ha pronunciado con prudencia sobre el indulto a Alberto Fujimori. Si bien ha aclarado que no es un tema en agenda y que tampoco le corresponde a ella evaluarlo, ha sido clara en afirmar que apoyará la decisión que tome el presidente Kuczynski.

Se vienen meses en los que hasta la coyuntura puede jugar a favor. Estamos a punto de hacer realidad el sueño de ir al Mundial, y en cuatro meses tendremos entre nosotros al papa Francisco, que trae un mensaje de unión y esperanza.

El escenario está dado para que todo sume, depende de la voluntad de todos.

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