Pedro Olaechea fue elegido presidente del Congreso con el respaldo de las bancadas de Fuerza Popular, Acción Republicana, Cambio 21, Contigo y Apra. (Foto: Congreso)
Pedro Olaechea fue elegido presidente del Congreso con el respaldo de las bancadas de Fuerza Popular, Acción Republicana, Cambio 21, Contigo y Apra. (Foto: Congreso)

El congresista inicia su gestión al frente de la Mesa Directiva del Parlamento- a la que llegó con el respaldo de las bancadas de Fuerza Popular, Acción Republicana, Cambio 21, Contigo y Apra- con un 18% de aprobación, según la última encuesta de El Comercio-Ipsos.

Olaechea, quien fue ministro de la Producción en el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, tiene un 15% en Lima y un 20% en el interior del país. Es en el oriente donde tiene un mayor apoyo con 28%.


El nuevo presidente del Congreso es desaprobado, en sus primeras tres semanas en el cargo, por el 55%, mientras que un 27% no precisa.

(Infografía: Pedro Vega Beltrán/ El Comercio)
(Infografía: Pedro Vega Beltrán/ El Comercio)

Arturo Maldonado, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Vanderbilt (Estados Unidos), consideró que pese a que Olaechea registra un mejor inicio que su antecesor al frente del Parlamento, Daniel Salaverry (11% de aprobación en agosto del 2018), no significa un buen inicio.

“Los ciudadanos perciben que Pedro Olaechea es un presidente del Congreso a la medida de Fuerza Popular, muy cercano al fujimorismo. Anteriormente, la opinión pública se pronunció a favor de que la Mesa Directiva no esté presidida por Fuerza Popular”, manifestó el también analista político de 50+1 a El Comercio.

Maldonado recordó que el empresario, al día siguiente de su elección tuvo “frases poco felices”, en referencia a la declaración en la que afirmó que las mujeres solo podían relajarse en la peluquería. Expresiones por las que tuvo que disculparse.

Advirtió que la aprobación del presidente del Congreso “no es alta” y que esta puede irse desgastando en el tiempo, sobre todo si el Parlamento no debate con prioridad el proyecto de reforma constitucional del Ejecutivo que plantea el adelanto de elecciones generales. “Podemos llegar a niveles toledianos, a una sola cifra si es que no se resuelve esta indecisión política, de saber si vamos a las urnas en el 2020 o en el 2021”, remarcó.

Para el analista político Pedro Tenorio, el 18% de apoyo a Pedro Olaechea es una cifra que se puede esperar para un político “que representa a la primera minoría” del Congreso, es decir el fujimorismo y que dirige a un Parlamento que “lamentablemente está muy desprestigiado y que tiene una crisis de credibilidad”.

Tenorio indicó que más allá del tratamiento que la Comisión de Constitución le dé al proyecto sobre adelanto de elección, lo que va a determinar la buena o mala imagen del presidente del Poder Legislativo será “cómo actúe él frente al Ejecutivo, si tendrá una posición de diálogo hacia el jefe de Estado o una actitud que pueda ser interpretada como obstruccionista”.

“Salaverry empieza muy abajo [en su aprobación], luego la mejora porque hasta cierto punto de muestra como alguien abierto y dispuesto a colaborar en algunos temas con el gobierno”, refirió a este Diario.

Un Congreso que no levanta
Otra cifra de la más reciente encuesta de El Comercio-Ipsos señala que la aprobación del Parlamento está en 17%, dos puntos porcentuales menos que el mes anterior. También refiere que este poder del Estado es desaprobado por el 76%, mientras que el 7% no precisa.

(Infografía: Pedro Vega Beltrán/ El Comercio)
(Infografía: Pedro Vega Beltrán/ El Comercio)

El analista político Luis Benavente explicó que estos resultados solo confirman que el Congreso “es una institución desprestigiada”.

“Hay situaciones que no le ayudan a mejorar la imagen. Por ejemplo, Yesenia Ponce, una mujer tan cuestionada, resulta siendo el salvavidas del partido de gobierno para mantenerse como una de las 12 bancadas de un Parlamento atomizado. Los mismos que hoy la reciben con los brazos abiertos, antes la cuestionaron. Y el ciudadano se pregunta, qué es esto”, manifestó.

Benavente criticó que, pese a la crisis por la que atraviesa, el Legislativo no dé señales de querer recuperar el prestigio.
Agregó que para que el Parlamento mejore su imagen debe ser “más rápido” en sancionar a los malos congresistas.

“Hace unos años había una frases que se utilizaba mucho, la del ‘otorongo no come otorongo’, esa es la imagen que hay [en la actualidad], de un Congreso de otorongos que se blindan, que responden a sus lobbies y agendas propias”, acotó.