(Foto: Giovanni Tazza/El Comercio)
(Foto: Giovanni Tazza/El Comercio)
Fernando Vivas

Son dos mundos aparte en una misma nación: la política y sus liderazgos judicializados; el fútbol y sus pasiones hoy triunfantes. Los políticos buscan desesperadamente contagiarse de los envidiables índices peloteros (¡el DT Ricardo Gareca tiene 97% de aprobación, según El Comercio-Ipsos!). Pero saben que no son bienvenidos. Intentan mantener una prudente distancia, pero no pueden con su genio. Y tratan de evitar el desplante de los cracks y el abucheo de la hinchada, mientras maniobran para meter el diente a la pelota y a su federación, como revelaremos más adelante.

Algunos ministros y congresistas fueron al estadio y compartieron sus selfies sin alarde. PPK y Keiko sí decidieron respetar el temperamento antipolítico que prima en la hinchada y se guardaron en casa. La afición futbolera es una de esas cosas compartidas por la inmensa mayoría nacional, un asunto de identidad que une y no desune como la política.

A pesar de todo esto, PPK sí había intentado subirse juguetonamente en la ola antes del 2 a 0. En la edición de la revista Somos del sábado 11, al responder la pregunta “¿qué prometerías para que gane el Perú?”, prometió declarar feriado el jueves. El lunes bajó el tono, declarando el feriado obligatorio para el sector público y voluntario para el privado. El miércoles, PPK apareció en TV rechazando el trascendido de que Marcelo Odebrecht lo habría contratado para una asesoría, y deseando suerte a la selección. Se lo vio incómodo, como pidiendo perdón por mezclar Odebrecht y fútbol en un mismo mensaje a la nación.

El feriado le costó críticas de ilustres. No precisamente de Fuerza Popular, sino del establishment académico: la PUCP y la Universidad del Pacífico publicaron comunicados en los que convocaban a profesores y alumnos a celebrar acudiendo a clases. Fue una velada denuncia al sustento populista del feriado.

Consumado el triunfo, las ganas de posar con la selección fueron irresistibles. Palacio de Gobierno comunicó a la prensa que Gareca y los muchachos irían al mediodía del jueves a ver al presidente. Luego, se informó que la visita se postergaría unas horas y tras ello se canceló. Finalmente, se realizó el viernes al mediodía. Una fuente cercana a la contó que Gareca detesta que lo arrastren a estas obligaciones protocolares y que entre los seleccionados hay quienes acuden sin dar vueltas al asunto y quienes tienen opiniones que disimulan. No había que ser buen observador para notar las sonrisas de circunstancia de Gareca y del equipo incompleto, pues varios muchachos ya estaban volando a los países donde juegan. Tras ir a Palacio, visitaron el Congreso para prodigar a la oposición la misma esforzada y fatigada cordialidad.

—¿Y esos avioncitos?—
Las fuentes de la FPF además comentaron su absoluto rechazo y preocupación ante dos hechos de los que se quejó el DT Anthony Hudson en entrevistas: los fuegos artificiales en las inmediaciones del hotel Marriott, donde su equipo se hospedaba, y los aviones militares que sobrevolaron la zona la mañana del día del partido.

Las primeras se pueden atribuir a hinchas sin dos dedos de frente y policías descuidados que los dejaron cometer el estropicio. Pero el sobrevuelo debe haber sido ordenado por un militar empoderado, y eso merece una explicación del Ministerio de Defensa. Cuentan que los dirigentes estaban molestísimos por ese feo y por suerte fugaz espectáculo ante sus invitados: Fatma Samoura, secretaria general de la , y Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol. Si fueran más agresivas y persistentes, torpezas de ese tipo contra el fair play podrían acarrear sanciones.

—Disolver la FPF
Lo más serio en esta historia de tocamientos indebidos de la política al fútbol está en el papel, en un proyecto de dictamen de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte que preside la fujimorista Paloma Noceda. Este plantea que la FPF, que es un ente privado, se supedite al control del Instituto Peruano del Deporte (IPD), de tal modo que tendría que pedir permiso al ente público para tomar cualquier decisión trascendente. También prohíbe la reelección inmediata de dirigentes y exige a quienes presiden clubes tener título universitario, lo que puede tomarse por ley con nombre propio, pues la actual cabeza de la FPF, Edwin Oviedo, solo tiene secundaria completa.

Mucho se puede debatir sobre el modelo privado que permitió la entronización de Manuel Burga y el megaescándalo de corrupción en la FIFA en el que se lo implicó; pero hoy, con dirigencias renovadas aquí y allá, y lograda la clasificación a Rusia, el proyecto de Noceda es muy inoportuno. Más allá del debate, la FIFA es dueña del Mundial y de las reglas para participar en él. Una de ellas es que los entes que manejen las selecciones nacionales estén, en la medida de lo posible, libres de injerencia gubernamental. Camerún fue desafiliado por desafiar esa regla.

El 26 y 27 de setiembre pasado, Jorge Mowinckel Sagnier, gerente de asociaciones FIFA, y Juan Matute, secretario general de la FPF, visitaron al presidente del Congreso, Luis Galarreta, y a los legisladores Daniel Salaverry, Héctor Becerril, Juan Sheput y Jorge del Castillo. Les pidieron adecuar la legislación actual a los estándares de la FIFA y advirtieron que el proyecto de Noceda y otro similar de Marisol Espinoza iban en sentido opuesto. Noceda dijo a este Diario que el proyecto de dictamen mencionado iba a ser revisado y que de ninguna manera su comisión haría algo que afecte la posición del Perú ante el Mundial de Rusia.

Antes de la visita de setiembre, la FIFA envió una carta a la FPF (ver el facsímil a continuación) en la que le pide alinear sus estatutos a sus estándares y advierte que la legislación vigente es un obstáculo para ello. También promete apoyar a la FPF en ese trance, lo que diplomáticamente quiere decir que la respaldará en cualquier decisión que esta tome contra las injerencias gubernamentales.

FIFA envió una carta a la FPF en julio de este año.
FIFA envió una carta a la FPF en julio de este año.

La propia Noceda contó que Luis Galarreta va a participar en la revisión del dictamen, lo que quiere decir que la cabeza del Congreso se ha hecho cargo del mensaje de la FIFA. Quienes podrían no haber entendido el mensaje y haber alentado el proyecto de Noceda son César Acuña y Osías Ramírez. Ambos tienen equipos, César Vallejo y UTC, y son contrarios a la línea de la federación. Mal momento para una guerra del fútbol que no sea la de Rusia.

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