En su discurso contra su vacancia, PPK negó haber incurrido en conflicto de intereses con su firma Westfield Capital. (Foto: AFP)
En su discurso contra su vacancia, PPK negó haber incurrido en conflicto de intereses con su firma Westfield Capital. (Foto: AFP)
Redacción EC

El presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (), llegó hoy al Palacio Legislativo para presentar sus descargos frente al pedido de vacancia "por permanente incapacidad moral" ante el pleno del Congreso, que admitió el pasado viernes dicha moción.

En su discurso, PPK dijo ser víctima de acusaciones sin fundamento, en alusión a sus vínculos con la empresa Westfield Capital, que fundó en 1992 y que encargó al empresario chileno Gerardo Sepúlveda cuando asumió como ministro de Estado en el gobierno de Alejandro Toledo.

"Westfield no es un vehículo de cobros ilegales, es una empresa constituida hace 25 años. Todas sus transacciones fueron bancarizadas, pagaron impuestos tanto en el Perú como en EE.UU. y responden a servicios efectivamente prestados", expresó.

PPK reiteró que, durante los años que fue ministro de Estado, Westfield "fue gestionada y dirigida por el señor Gerardo Sepúlveda". Para sustentar ello, presentó dos acuerdos en los que el empresario chileno aparece como gestor de Westfield.

También presentó una carta de Odebrecht del 15 de diciembre del 2017 en la que indican que fue Sepúlveda suscribió el contrato con Westfield y que las consultorías fueron "servicios efectivamente prestados, debidamente pagados y contabilizados".

"Para la propia Odebrecht, cuyos testimonios han servido para apresar y procesar a ex presidentes, empresarios y diversos funcionarios públicos, no existe ningún acto de corrupción en los pagos a Westfield Capital", remarcó PPK.

A partir de ello, el mandatario negó haber violado el artículo 126 de la Constitución, que justifica el pedido de vacancia. "Nunca participé en las asesorías ni realicé ningún tipo de gestión de intereses mientras fui ministro", subrayó.

El mandatario indicó que cuando decidió que Sepúlveda gestionara Westfield mientras él era ministro, exigió que "no hubiera comunicaciones referidas al negocio, es decir, que se creara entre ambos una muralla infranqueable".

"Confieso que no he sido suficientemente prolijo, pero no soy corrupto. Pido a la nación, a ustedes [congresistas], mis más sentidas disculpas con claridad de mente y dolor de corazón, [por ] si no pude empeño para explicar hasta la saciedad mi conducta profesional", sostuvo finalmente.

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