Angie Ferrante
Angie Ferrante

ESPACIO WONG

En su mayoría, los peruanos son personas que aman a los animales. Por eso, más del 60% de los hogares cuentan con una mascota. Sin embargo, hay hombres y mujeres que llevan ese amor a un nivel de solidaridad extrema. Hasta el punto de rescatarlos de incendios, enfermedades y del abandono.

Ese es el caso de Angie Ferrante, de 29 años, quien hace diez meses conoció a Aquiles, un felino callejero de año y medio con una fractura expuesta en la pata. El pequeño estaba internado en una veterinaria y ella se enteró del caso porque la foto del animal se viralizó por las redes sociales. Entonces ella, quien tiene dos gatos en su casa, no soportó verlo sufrir. Aquiles tenía la mirada triste y era flaco como una rama. “Tengo que hacer algo”, se dijo.

Buscó a Aquiles en la veterinaria y convenció a unos amigos para hacerse cargo. Comenzó una campaña a través de su Facebook para buscarle donantes, gente que quiera colaborar con el tratamiento del gato con nombre de guerrero. Ella misma hizo cupcakes y los vendía por Miraflores. Recorría el distrito con su bicicleta y a cada potencial cliente le explicaba el fin: ayudar a la recuperación de Aquiles. Así juntó S/ 3.000. Pero a pesar de su buena intención no sirvió de mucho, Aquiles murió porque también sufría de leucemia.

Compromiso con los animales
“Eso cambió todo. Me gustaban los gatos, pero decidí que tenía que hacer algo por los que estaban abandonados”, dice ahora Angie. Diez meses después ha recogido y dado en adopción a 32 gatos de la calle. Todos enfermos, con fracturas, ciegos, con la mandíbula o las patas rotas. Salvó cachorros que iban a ser ahogados en un balde, gatos adultos con cáncer o Sida, o con la ausencia de algunos de sus miembros.

Para los gatos enfermos les encuentra un hogar temporal, donde reposan mientras ella, con su dinero y con el de otras personas que brindan su apoyo. Además, cuenta con la ayuda de una veterinaria social de Surquillo, que le ayuda con los tratamientos. Una vez recuperados les busca un hogar permanente y los entrega en adopción.

“Los gatos no demuestran dolor y por eso no suelen enternecer cuando sufren. Ellos son cariñosos, agradecidos y quieren dar amor. Son seres indefensos a los que hay que darle calidad de vida y un hogar”, dice quien ahora busca difundir más casos a través de sus redes sociales. Su meta, ayudar a más gatos abandonados. Esta joven de corazón felino, es un ejemplo de solidaridad.

La otra bolsa de valores
​Con el fin de promover las buenas acciones de las personas, Wong ha creado , una plataforma donde la marca realiza un compromiso por mes e impulsa a que las personas también realicen uno. En setiembre, el compromiso es usar las redes sociales para ayudar a las mascotas perdidas a regresar a casa. ¡Súmate!

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