Jubilarse no siempre significa detenerse; para muchos, es el comienzo de todo. Así le sucedió a Armando Pérez Barreto, un ex informático que, tras retirarse, decidió cumplir un sueño: emprender. Hace poco más de tres años fundó “Mi Bodega Armando", ubicada en el Cercado de Lima, a media cuadra del local del Jr. Antenor Orrego del Ministerio de Transportes. Con esfuerzo y el respaldo de , ha levantado un negocio que no se detiene... ni siquiera durante una entrevista.

Me gusta interactuar con el público, me hace sentir bien”, cuenta mientras atiende a un cliente. Usó parte de su jubilación para iniciar el negocio. “Aunque soy informático, quería hacer algo que me mantuviera activo. Adapté mi casa y así nació esta ”, recuerda.

Y es que Armando —según nos cuenta— ama estar en contacto con el público, hablar con sus vecinos, escucharlos y apoyarlos. “Me gusta mucho este negocio, me mantiene activo. Una bodega, a diferencia de las tiendas de conveniencia, es compartir con la gente, es el calor del barrio”, afirma con una sonrisa.

Desde sus inicios, ha sido un aliado clave. “Apenas abrí, llegaron sus representantes. Me apoyaron desde el primer día con una sombrilla de Loa y unas mesitas. El primer producto que vendí fue Fruvi. Me impactó su sabor natural; es mi producto bandera”, recuerda con entusiasmo.

Con el tiempo, la relación se fortaleció. ISM no solo le ofreció productos de calidad, también promociones constantes, distribución directa, respaldo continuo y una marca peruana en la que confía plenamente. “Si compro un paquete, me regalan otro. Siempre están apoyándonos”, comenta.

Los productos con mayor rotación en su tienda son las bebidas de Kola Real, en todos sus tamaños y sabores. “Las KR son muy pedidas, sobre todo las de piña y naranja. Se venden bastante bien en el barrio”, señala mientras acomoda unas botellas.

Además, Armando forma parte activa de la Asociación de Bodegueros del Perú (ABP), un espacio que le ha permitido capacitarse, compartir experiencias y hasta ser jurado de concursos. “La asociación nos une y nos da herramientas para seguir creciendo”, sostiene con orgullo.

Su sueño no termina ahí. Planea delegar parte de la operación de su bodega para abrir nuevas puertas. “Para crecer hay que confiar, formar equipo y salir a buscar nuevos horizontes”, dice convencido. Para él, trabajar con Industrias San Miguel representa la oportunidad de seguir avanzando. “La relación con ellos ha sido muy buena. ISM es una empresa peruana que apuesta por las bodegas, y eso marca la diferencia”.

Como Armando, son muchos los bodegueros que siguen creciendo de la mano de ISM. A través de iniciativas como el programa , la empresa impulsa negocios de barrio con capacitaciones, equipamiento y más. Si quieres conocer más sobre esta empresa peruana, visita el y descubre cómo miles de emprendedores peruanos están transformando su futuro.

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