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Claudio Pizarro (del Bayern al Chelsea, 2007)
Desde la actuación de Hugo Sotil en el Barcelona de los años 70, los jugadores peruanos no aparecían en proyectos ambiciosos como el Chelsea de mediados de los 2000. En el momento de su traspaso, Claudio Pizarro había marcado precisamente 100 goles con el Bayern, por lo que el salario londinense de £50.000 semanales correspondía con el talento del delantero.
El Chelsea ofreció a Pizarro un contrato de cuatro años, pero pasó mucho menos tiempo allí, ya que el cambio de entrenador se lo impidió. Pizarro quería ver a José Mourinho en Stamford Bridge, pero el portugués abandonó el club tres meses después del traspaso. Su lugar lo ocupó Abraham Grant, que confió en Didier Drogba y dejó de reserva a Pizarro y Andriy Shevchenko.
Jéfferson Farfán (del PSV al Schalke, 2008)
En el momento de su traspaso, Farfán estaba considerado uno de los mejores jugadores de la Eredivisie. Con el PSV ganó 4 títulos de liga y marcó más de 60 goles en todos los torneos, mientras que su velocidad, técnica e impacto hacían de Farfán una oferta tentadora para clubes de las 5 mejores ligas.
La puja por el extremo peruano la ganó el Schalke, que se marcó un objetivo claro: proclamarse campeón de Alemania. A Jéfferson le quedaba un año de contrato con el PSV, y el club de Gelsenkirchen logró ficharlo por sólo €10 millones. En su primera temporada, Farfán marcó 12 goles en todos los torneos, y durante 7 años en el Schalke marcó 53 goles, convirtiéndose en el favorito de la afición. No consiguió llevar al club a la victoria en la Bundesliga, pero en 2011 ganó la Copa de Alemania y la Super Сup y también ayudó al equipo a alcanzar las semifinales de la Champions League por primera y, de momento, última vez en la historia.
José Paolo Guerrero (del Hamburgo al Corinthians, 2012)
Otro fichaje de esta lista está vinculado a Alemania. Guerrero pasó 10 años en este país y no logró entrar en el núcleo del Bayern, pero en 6 años en el Hamburgo se convirtió en uno de los líderes del equipo. A sus 28 años, el delantero podría haber seguido jugando en Europa, pero decidió emprender un nuevo reto en su continente natal y fichar por el Corinthians brasileño.
En aquella época, el club era el vigente campeón de la Copa Libertadores y buscaba un refuerzo para el Mundial de Clubes. Ese refuerzo fue Guerrero, por el que pagaron €6 millones del fútbol brasileño. Y demostró su valía: el jugador marcó en semifinales contra el Al-Ahli y, en la final, anotó el gol de la victoria contra el Chelsea. Nunca antes se habían visto tales actuaciones individuales de peruanos en torneos de esta categoría, ni tampoco 1xBet problemas.
André Carrillo (del Sporting al Benfica, 2016)
Sporting y Benfica son acérrimos rivales de la capital portuguesa, por lo que este traspaso merece una especial atención. La Culebra, como se conoce a Carrillo, no fue un pilar principal en su última temporada en el Sporting, lo que seguramente contribuyó a su decisión de fichar por un rival directo. Este traspaso no le costó nada al Benfica: el jugador fue fichado como agente libre.
En el Estadio Da Luz, el extremo consiguió lo que quería: ganó el Campeonato, la Copa y la Supercopa de Portugal en su primera temporada. Llamó la atención de los ojeadores de la PL y fue cedido al Watford. Después acabó en Arabia Saudí, donde ingresó €13,5 millones por su cesión y posterior traspaso al Al Hilal, club que lo consiguió gratis.
Juan Pablo Freytes (de Alianza al Fluminense, 2025)
Es el único traspaso de la lista que no se centra en un jugador peruano, sino que está directamente relacionado con la Primera División peruana. El fichaje del central Freytes se convirtió en el traspaso más caro de la historia de la liga. Los €3,3 millones por el 70% de los derechos del jugador que el Fluminense pagó a Allianza son un indicador perfecto del nivel de los mejores jugadores de la Primera División peruana.
Freytes buscó su promoción personalmente y ayudó a Alianza a obtener un ingreso decente; de hecho, el club pagó sólo €610 mil por él. Alianza no ganó ningún título con el argentino, pero demostró ser un ejemplo de éxito en el negocio del fútbol.
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