Luego de leer esta historia de Facebook, será inevitable que llores. Rookie es un pequeño perro que vive en una granja de Corea del Sur y estaría viviendo el momento más triste de su vida, ya que la vaca que lo crió cuando era un cachorro, será vendida por sus dueños.
El adorable perrito, a pesar de tener familia que lo quiere, no todo fue felicidad. Cuando nació, perdió a su mamá y a raíz de esto, sus dueños pensaron que no sobreviviría, pero la vaca de la granja le dio cobijo y lo adoptó como si fuera su propio ternero, así lo cuentan en el video de Facebook.
Fue así como la vaca se convirtió no sólo en su amiga y protectora, sino en su verdadera madre, que lo crió y cuidó. Rookie aprendió a quererla como tal, al punto que no concebía su vida sin estar al lado de su enorme amiga.
Lamentablemente, un día sucedió lo que todos temían. Los dueños de Rookie, de bajos recursos económicos, se vieron en la necesidad de vender su vaca para poder subsistir y el pequeño perrito al enterarse de esta noticia, no pudo controlar las lágrimas.
El pequeño animal miraba desesperado cómo se llevaban a su amiga y madre, sin poder hacer nada al respecto. Por su parte, sus dueños pensaron que esto se trataba de algo momentáneo, pero se dieron cuenta que Rookie no podía vivir sin la vaca, ya que estaba muy deprimido y hasta dejó de comer.
Días después de lo sucedido, el perro decidió ir en busca de su vaca preferida, así que se valió de su olfato para llegar hasta ella. Gracias a Dios, los nuevo dueños del mamífero no vivían lejos de su casa, así que al fin se volvieron a encontrar, pero la felicidad no fue completa por que la vaca tenía que trabajar y ya no podía pasar tiempo con Rookie.
Los dueños del perrito, entendieron que habían cometido un grave error y si la vaca seguía lejos, Rookie iba a morir con el corazón roto, así que hicieron de todo para recuperar al animal de granja y lograron traerla de nuevo.
En el video de Facebook, se ve que el perrito, vuelve a romper en llanto al ver que su adorada amiga, estaba de regreso en la casa y que ahora sí, nadie los iba a separar.