rabaja como cualquier laboratorio de criminalística policial: identificando pruebas, enlazando sospechosos, víctimas y escenas de crímenes como evidencia. (Foto: YouTube)
rabaja como cualquier laboratorio de criminalística policial: identificando pruebas, enlazando sospechosos, víctimas y escenas de crímenes como evidencia. (Foto: YouTube)
Redacción EC

Con congeladores llenos de cadáveres de animales y escarabajos carnívoros, instalaciones de última tecnología y con un equipo profesional de élite, el United States Fish and Wildlife Service Forensics Laboratory es el único laboratorio del mundo que ayuda a resolver crímenes contra animales, cuenta la serie de Great Big Story.

El laboratorio fue fundado en 1988 por el ex investigador Ken Goddard en Ashland, Oregón. Trabaja como cualquier laboratorio de criminalística policial: identificando pruebas, enlazando sospechosos, víctimas y escenas de crímenes como evidencia. La única diferencia es que las víctimas son animales ilegales, de contrabando o 'protegidos' y no humanos.

"Cuando nuestros agentes obtienen pruebas, en una frontera, centro de costumbre, donde sea, empaquetará la evidencia y lo envía a nosotros", dice Goddard. "Nuestro trabajo consiste en analizar las pruebas, recogerlas para las investigaciones policiales. Nuestro laboratorio apoya principalmente las leyes de la vida silvestre en general, específicamente de las especies en peligro de actuar".

Goddard explica que el comercio de vida silvestre es una enfermedad enorme que mueve entre 17 y 19 mil millones de dólares al año. Las muertes que producen son las más analizadas en este laboratorio forense, pues los investigadores ayudan a resolver los crímenes con la intención de hallar a los criminales por comercio ilegal.

En el centro está la patólogo veterinario Becky Kagan, quien se encarga de las autopsias de todos los animales que llegan al laboratorio. Es la primer filtro, pues de ella depende si el animal muerto que llega falleció por un ataque humano o no: si hubo delito en cuestión.

Johnnie French es el encargado de la enorme colección de 35 ejemplares como muestras del laboratorio. Para analizar la muerte de un animal se compara sus características, plumas, piel, huesos; para determinar si hubo crimen o no. Los animales de comparación fueron obtenidos de donaciones o desde los puestos de aduanas.

"La mayoría de las veces, tenemos que quitar la carne del hueso, con el fin de examinar muestras o para consignarlos a nuestra colección de referencia", explica French. Y para ello, el médico utiliza el método más rápido y fácil de hacerlo: arrojando los restos a una caja llena de escarabajos carnívoros. Tras consumir la carne, los restos son lavados y sus huesos listos para una nueva colección".

Al frente de la sección de genética está la doctora Mary Burnham Curts. Su trabajo ayuda al funcionamiento de todo el laboratorio, estudiando las 40 mil muestras que tiene en las congeladoras. Hasta allí legan las especies cuya muerte y especie no pudo ser identificada para que comparando con uno de las 40 mil muestras de tejido de diferentes animales se pueda llegar a conclusión.

El equipo lo concluye el pintoresco ornitólogo Pepper Trail. Él se encarga de analizar las muertes de las aves y estudiar su fisionomía. Cuenta que recibe todo tipo de cadáveres, desde completos y en buenas condiciones hasta solo huesos. "He identificado más de 750 especies en el curso de mi trabajo", dice.

"La magnitud del comercio internacional de especies silvestres es asombroso", dice Goddard. "Todos los días, a nuestro laboratorio vienen restos de animales muertos de todo el mundo. Y alguien tiene que proporcionar la información necesaria para llevar los crímenes contra los animales ante la justicia de vida silvestre. A veces es triste, pero es un trabajo muy importante y estoy orgulloso ser parte de ella".

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