Entre la amplia gama de tratamientos estéticos actuales, uno llamado enzimas recombinantes se ha hecho popular entre las mujeres de 30 y 50 años. Instalada en el Perú desde hace aproximadamente 5 años, su uso está enfocado sobre todo en disminuir la grasa localizada y también para casos de quemaduras así como tratamiento de cicatrices.
Pero ¿qué lo hace diferente a otros tratamientos que también combaten zonas de grasa difíciles de quitar? ¿Es realmente conveniente para todos? ¿En qué casos es mejor no usarla y optar por otros procedimientos? De estas y todas las interrogantes posibles alrededor de este tema, conversamos con Joana Bernedo, médica en dermatología estética, Edith Martinez, médico cirujano especialista en medicina estética facial y corporal, Doris Elizabeth Fonseca Altamirano, médico cirujano y especialista en medicina estética antiaging y regenerativa y Cinthia Liliana Benites Gutierrez, especialista en dermatología, cirugía dermatológica y dermato-oncología en Ciudad de México.

“Altamente específicas y sin efectos adversos”
“Las enzimas son proteínas que permiten que ocurran reacciones en el cuerpo, reacciones químicas a una mayor velocidad y con un menor consumo de energía; y tienen una ventaja, que son altamente específicas sobre un sustrato. ¿Qué quiere decir? Que van a actuar sobre la grasa. Si yo lo inyecto en el músculo, no le va a hacer nada, si yo lo inyecto en la piel, no le va a hacer nada. O sea, son específicas sobre lo que yo quiero que actúe. Esto te va a permitir que no tengas efectos adversos. Porque, por ejemplo, existen otros lipolíticos como la fosfatidilcolina que si tú la inyectas en el músculo o piel puedes generar necrosis. Tienes que inyectarla justo en la grasa para que trabaje. Entonces, imagínate un producto que te de una seguridad que no importa si inyector se equivoco, el producto no te va a generar ningún tipo de efecto adverso. Entonces, esa es una ventaja como producto que actúa bajo este sistema de llave y cerradura, donde va a ser específica donde tú la quieras poner”, explica Joana Bernedo.

En ese sentido, Edith Martinez confirma lo “inofensivo del producto” y descarta su toxicidad. “No es como un hialurónico que puede destruir un vaso. Inclusive en pacientes que puedan tener algún tipo de patología es bastante focal. Obviamente hay que hacer un buen tipo de drenaje en general para cada paciente porque recuerda que esa grasita se va vía linfática, vía urinaria, al final”.
Sobre la fosfatidilcolina (PC) como la lipasa PB500, mencionados por Bernedo y Martinez, la dermatóloga Benites Gutierrez explica que ambos compuestos, utilizados en el ámbito de la estética y la medicina, especialmente en tratamientos para la reducción de grasa localizada, tienen mecanismos de acción distintos.

“La fosfatidilcolina actúa como un emulsionante, descomponiendo las membranas de los adipocitos para liberar grasa, la lipasa hidroliza los triglicéridos en ácidos grasos y glicerol, facilitando la eliminación de los depósitos de grasa. Ninguno de estos productos genera toxicidad sin embargo sí pueden tener efectos adversos como: efectos locales como ardor, enrojecimiento, calor, inflamación, hinchazón, dolor, hematomas, náuseas, vómitos, mareos, reacciones alérgicas, manchas postinflamatorias, alteraciones de la sensibilidad, infecciones en la piel”.
Asimismo, aclara que está contraindicado en embarazo, lactancia, alergias a alguno de los componentes del producto y ciertas condiciones médicas específicas.
En cuanto al ácido hialurónico, Benitez aclara que este es completamente diferente, no es lipolítico ni tóxico, sin embargo, existen productos combinados con lipasa, liasa y ácido hialurónico que también se utilizan para este fin. “Estos productos se colocan a nivel de tejido celular subcutáneo. Es un tratamiento conservador, una opción si no queremos someternos a liposucción o procedimientos invasivos. El protocolo varía de la zona a tratar y de la respuesta del paciente. La aplicación va de 7 a cada 21 días, mínimo son 3 sesiones, y lo máximo recomendado es hasta 8 sesiones”.
Sobre si hay algún riesgo con su uso, la dermatóloga sostiene que el hialurónico es confiable y seguro cuando es realizado por personal médico capacitado. “Lo más habitual es que sean dermatólogos, cirujanos plásticos o médicos estéticos los que realizan este procedimiento”, explica.
Procedimiento
Compuestas por colagenasa G y H, las enzimas trabajan específicamente sobre las fibras de colágeno amorfas, es decir, sobre aquellas envejecidas por la edad. “Cuando nosotros envejecemos, nuestras fibras de colágeno envejecen junto con nosotros y el cuerpo ya no produce esas fibras fuertes como cuando éramos jóvenes por diferentes motivos, porque nuestro cuerpo se cansa, porque ya no lo metaboliza igual, porque no absorbemos los nutrientes necesarios, por estrés, falta de sueño. Entonces, las enzimas entran y rompen todo el colágeno deforme del cuerpo según donde lo inyectes. No toman tus fibras sanas, solo las que están enfermas, amorfas, envejecidas”, explica Bernedo.

En el Perú aproximadamente desde 2019-2020, el procedimiento con enzimas consta de 2 tipos, los de primera y segunda generación. Los primeros vienen en forma de pomos separados y están compuestos por colagenasa, lipasa y hialuronidasa. Y los segundos, más potentes, vienen en una sola caja, y pueden ir desde Low, Medium y High.
“En el primer caso, esos tres productos, que son las enzimas recombinantes, tú los puedes combinar de acuerdo a la necesidad de cada paciente porque podemos trabajar, quizás, volumen, grasa netamente y así vamos combinando, quizás colocamos más lipasa en algunos casos, pero siempre con la combinación de colagenasa”, señala Martinez.
Normalmente lo que se hace es, primero, definir la zona que se va a trabajar, al igual que como haríamos para operar. Según sea el caso, se puede aplicar un producto más que otro o solo uno de ellos. El protocolo dependerá del caso del paciente. Por ejemplo, en el caso de fibrosis, de todas maneras tiene que ser una combinación de lipasa, colagenasa y hialuronidasa porque no solamente es fibrosis sino también grasita que por ahí puede quedar, pero ya más endurecida por la fibrosis. Entonces, hacemos una combinación. Pero quizás para una cicatriz solamente necesitamos colagenasa con hialuronidasa”, explica la doctora, quien aclara que el producto solo abarca un área de 20x20 (una palma de la mano).
Respecto a este asunto, Bernedo manifiesta que cada paciente necesita cierta cantidad de enzimas para que actúen sobre cierto espacio de su cuerpo. “No puedes poner una caja en todo el cuerpo, porque no va a funcionar. Si tú usas una caja para inyectar todo un cuerpo, no van a cerrar”, aclara. En ese sentido, la especialista suele recurrir a otros métodos paralelos a la aplicación de enzimas.

En cuanto al número de sesiones con enzimas, Bernedo suele aplicar de 2 a 3 sesiones, según sea el caso. Si el paciente tiene un problema de celulitis severo, por ejemplo, normalmente se indican tres sesiones y generalmente se mezcla el tratamiento con aparatología, para abaratar costos.
“Podríamos aplicar solo las enzimas, por ejemplo, si tú haces deporte y solo tienes un poquito de celulitis o algo de grasa en las revolveras. En cambio, si estás llena de celulitis, también podría trabajarlas solo con enzimas, pero saldría muy caro debido al área de 20 x 20 en que trabajan”, aclara.
Lo mismo ocurre si lo que quieres es bajar la grasa del abdomen. Si el área es muy grande, quizás lo que te convenga es otro tratamiento o combinar las enzimas con aparatología.
¿Siempre funcionan?
Sobre el éxito del tratamiento, Martinez sostiene que en sus 14 años en el rubro, hasta el momento no hay un paciente que le haya dicho que no tuvo buenos resultados.
“Ahora, los resultados pueden variar, en el tiempo y en el porcentaje de resultados que se puede obtener en cada paciente. Aclaremos que este no es un procedimiento cuyos resultados ves inmediatamente, no. El paciente lo va a ver a medida que pase el tiempo. En algunos, puede ocurrir a los 3 días y en otros, a las 3 semanas.
¿Efecto rebote?
A diferencia de otros métodos que prometen retirar la grasa de nuestro cuerpo, que en varios casos ocurre el efecto rebote, en el tratamiento con enzimas esto no existe, según manifiestan los especialistas que la practican.
“En el caso de fibrosis y cicatrices, por ejemplo, yo he visto pacientes a los que la grasa no les ha retornado, no es que eso tenga un tiempo de caducidad, no es un hialurónico que se desintegra a los 6 meses”, afirma Martinez.
Contrario a esto, Benitez sostiene que la grasa sí se puede recuperar. “Estos tratamientos siempre deben estar acompañados de dieta sana y actividad física. Hay muchos procedimientos diseñados para eliminar grasa localizada, pero no reemplazan un estilo de vida saludable. Así mismo, se pueden obtener mejores resultados cuando lo combinamos con otras técnicas lipolíticas como radiofrecuencia, criolipolisis, HIFU, entre otros”, señala.
En ese sentido, Martinez también pone énfasis en lo importante que es el tipo de alimentación y estilo de vida que haya tenido el paciente. “Tengo pacientes que inclusive en cualquier otro tratamiento se les va la inflamación en pocas horas en comparación con aquellos pacientes que por consumir más harinas o fumar, el resultado es más lento”.
Otro punto de vista
Para Fonseca, la experiencia con las enzimas no ha sido del todo positiva. “Yo tuve la oportunidad de probar por casi 3 años las enzimas de primera generación y la verdad es que en algunos casos logré ver bonitos resultados pero en otros no logré ver nada. Y eso va a depender de que todos los activos y todos los productos actúan de forma diferente en el cuerpo de cada persona. Esas enzimas, más que todo, son utilizadas con la finalidad específica de resolver algo que le molesta al paciente. Por ejemplo, la lipasa, que es una enzima que ayuda a descomponer la grasa, a reducir esa grasa localizada que puede haber en la papada, o de repente en alguna zona pequeña del abdomen, va a ayudar, sí, pero es algo mínimo, la verdad”.
La especialista atribuye este boom, más que nada a la publicidad y la viralización que se hace de este tipo de procedimientos en redes sociales.
“Jamás se va se va a comparar un tratamiento de enzimas a una liposucción de papada, por ejemplo. O sea, si la paciente tiene una condición de más de 3 centímetros de tejido adiposo, lo mejor es que se opere porque definitivamente por más que te hagan 10, 20, 30 sesiones de enzimas y así haya mejora, por más que lo combinemos con la colagenasa, que es la que va a ayudar a la flacidez de la piel, igual esa piel va a quedar un poco suelta. Entonces todo tiene sus límites”, sostiene.

Como mencionamos al inicio de esta nota, el uso de enzimas no solo se limita al ámbito estético. Según mencionan las tres especialistas, se ha obtenido excelentes resultados en pacientes con quemaduras y cicatrices.
Bernedo, por ejemplo, menciona el caso de una paciente con quemadura de segundo grado donde se comprometió el lado izquierdo de su rostro, del cual perdió la piel y gran parte de sus cejas y pestañas. En esta ocasión, el tratamiento fue hecho el mismo día de la quemadura, y tras un tratamiento con enzimas, ella logró recuperar gran parte de su piel y elasticidad.
Cuando la quemadura ya tiene tiempo, la especialista explica que lo que las enzimas pueden lograr es recuperar el rango de movimiento y elasticidad de esa piel y darle, por tanto, mayor movimiento y funcionalidad.
Sobre esta función, Fonseca se muestra a favor del uso de enzimas. “Las enzimas son especiales y son bien bonitas para lo que son cicatrices o secuelas de acné ya que la colagenasa ayuda a desprender, más o menos ese tejido amarrado de la piel. Con el tema de la fibrosis y celulitis, las enzimas ayudan bastante”, afirma.

Cuidados y recomendaciones
¿Qué pasa si me hice un tratamiento con enzimas y luego me voy a mi casa y toda esa semana como grasas? Como sostenía Martinez y Benitez líneas arriba, una buena alimentación y estilo de vida sano deben ir de la mano con este tipo de tratamientos.
“Hay que tener en cuenta que las enzimas siguen trabajando en nuestro cuerpo alrededor de tres semanas, por eso es recomendable practicar una vida más saludable en general como hacer ejercicios, comer bien. En nuestro caso, yo le hago un seguimiento al paciente y lo mínimo que les pido es dejar el azúcar y las harinas. No solamente por un tema de que me voy a subir de peso, sino porque la harina y el azúcar van a actuar a nivel intestinal y va a haber una inflamación. ¿Por qué algunas pacientes bajan y otras no? ¿Por qué algunas pacientes desinflaman más rápido y por qué otras no? Justamente tiene que ver con la alimentación y cómo el cuerpo hace su drenaje”, señala Martinez.
Benitez, por su parte, recomienda que si estás planteándote someterte a alguno de estos tipos de procedimientos, debes acudir con un personal médico capacitado que te realice un interrogatorio completo de tus antecedentes, enfermedades y alergias.
“En la actualidad existe mucha usurpación de profesión y en varios países hay lagunas legales en las que no se especifica qué médico debe realizar qué procedimiento. Yo recomiendo que vayan con un especialista que tenga cédula profesional y esté certificado, para que tenga una mayor regulación. Algunos dermatólogos, cirujanos plásticos y médicos estéticos son los que realizan este procedimiento más frecuentemente. Para elegir el mejor tratamiento depende del análisis que te de tu especialista, el decidirá si es un área que puede ser tratada solo con enzimas, terapia combinada con aparatología o bien si requieres un procedimiento quirúrgico”, recomienda la dermatóloga.
Frente a este gran universo estético, que promete infinidad de cambios en tu cuerpo y piel, Benitez aclara la diversidad de ramas y especialidades dispuestas sobre el papel. “La dermatología tiene varias ramas, dermato-oncología, tricología, dermatología estética entre otras. Hay que destacar que esta última no es lo mismo que la medicina estética. Un médico estético, es un médico general que se especializó en medicina estética, un dermatólogo estético es un especialista en dermatología que se especializó en estética con un enfoque dermatológico y que prioriza la salud de la piel. Por tanto, la seguridad de acudir con un dermatólogo para la aplicación de estos procedimientos, es que puede resolver las complicaciones de los efectos adversos mencionados previamente, como las infecciones, eritema o manchas que llegue a generar el tratamiento con lipoenzimas, finaliza Benitez.
¿Y tú? ¿Te has tratado con enzimas o estás pensando en hacerlo? ¿Has averiguado al respecto?
-El tratamiento con enzimas se usa sobre para la disminución de grasas en abdomen, papada, piernas, casos de celulitis, quemaduras y atenuación de cicatrices. No para arrugas, bolsas y ojeras.
-Las enzimas están en más de 60 países alrededor del mundo, no son un producto que recién haya aparecido en el mundo y tienen todos los certificados para ser inyectadas en este país.
-Es importante que si está pensando en someterte a este tratamiento, vayas con un especialista que tenga cédula profesional y esté certificado. Algunos dermatólogos, cirujanos plásticos y médicos estéticos son los que realizan frecuentemente este procedimiento.
-Para elegir el mejor tratamiento depende del análisis que te de tu especialista, el decidirá si es un área que puede ser tratada solo con enzimas, terapia combinada con aparatología o bien si requieres un procedimiento quirúrgico
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