Jesus Osorio Calderon

Habían pasado casi 18 meses de completa oposición a las pantallas. Sin embargo, como todo padre primerizo, ya exhausto por la falta de tiempo para uno mismo que es como una condena para quienes somos padres de familia, sucumbir a las bondades tecnológicas no fue difícil. Y es que de un momento a otro, uno se ve inmerso en un universo donde tiburones bailan bajo el agua y un gallo canta al son de un granjero llamado Zenón. La primera vez que pasó lo hice para que ella estuviera tranquila mientras yo intentaba trabajar en algo rápido.