En las últimas décadas, el vínculo entre humanos y mascotas ha dejado de ser una simple relación de compañía para convertirse en un lazo casi familiar. Hoy no sorprende ver parques con áreas exclusivas para perros o edificios que incluyen espacios pet friendly en sus áreas comunes. Más de una persona conoce a alguien que invierte en la salud, el alimento o el cuidado estético de su mascota tanto como —o incluso más— que en sí mismo, irónicamente. Lo que empezó como una tendencia terminó por consolidarse como una regla incuestionable en la que los animales han pasado a ocupar un lugar casi central en los hogares.
En este nuevo ecosistema de servicios y cuidados, una propuesta ha empezado a ganar terreno en Perú: el seguro de salud para mascotas. Lo que antes podía parecer una extravagancia importada de mercados europeos o estadounidenses ahora se presenta como una alternativa real para miles de familias peruanas.
Newsletter exclusivo para suscriptores

Gisella Salmón selecciona notas exclusivas con un enfoque especializado, cada lunes.
Cuestión de prioridad y tranquilidad
Con cerca de cinco millones de perros y 2,9 millones de gatos en el país, según el más reciente estudio de universo animal elaborado por la Universidad ESAN; y con un gasto mensual promedio de 350 soles por mascota, el sector se ha convertido en un motor económico que crece al ritmo del afecto. Pero, más allá del gasto, la pregunta de fondo es inevitable: ¿realmente es necesario brindarles un seguro?
“Es por el tema de prioridad e importancia que ha ido ganando la mascota en los núcleos familiares. Así como tú te cuidas, también hay que cuidar a tus seres queridos y la mascota es uno de ellos. Por ahora, hemos traído al Perú algo muy básico, viendo la demanda del mercado, pero va a ir evolucionando en la medida que veamos cómo las personas van cambiando de hábitos”, explica Andrés Siles, Gerente Comercial de Chubb, empresa que ofrece el servicio.
"Es por el tema de prioridad e importancia que ha ido ganando la mascota en los núcleos familiares".
Andrés Siles, Gerente Comercial de Chubb.
En un contexto donde los riesgos —accidentes, enfermedades, emergencias— son inevitables, el seguro aparece como un respaldo que otorga tranquilidad a los dueños, con un abanico que va desde lo preventivo hasta lo más grave.
“Cubrimos desde cosas más tangibles como hospedaje, el baño, paseo de los perros, inclusive collar con GPS y la parte veterinaria. Tenemos asistencias médicas para temas de enfermedad, desparasitación y vacunas. Hoy en día hay animales que están teniendo enfermedades que uno no imaginaba que un animal pudiese tener como cáncer, apendicitis o VIH”, explica Siles.


Debe ser práctico y completo
Liz Zacarías Ortiz, médico veterinario del Centro IKIGAI, coincide en que un seguro puede marcar la diferencia en los momentos críticos y “puede ser altamente beneficioso en casos de cirugías o estudios médicos mayores, que suelen tener costos significativos. Más que nada en emergencias, donde los gastos pueden superar la capacidad económica del dueño”.
“Muchas personas creen que, al tratarse de animales, los servicios deben ser baratos o incluso gratuitos, y a veces, si no lo son, se cuestiona la vocación o empatía del veterinario. Además, las mascotas deberían recibir chequeos de rutina una o dos veces al año, y no solo cuando presentan alguna enfermedad”, refuerza Arantxa Gisell Álvarez Rendón, especialista en medicina veterinaria de la Universidad Autónoma de México.
"Las mascotas deberían recibir chequeos de rutina una o dos veces al año".
Arantxa Gisell Álvarez Rendón, especialista en medicina veterinaria de la Universidad Autónoma de México.
Zacarías enfatiza en que la clave está en que el seguro sea práctico, tanto para el propietario como para el veterinario, evitando trabas burocráticas que retrasen la atención, en un contexto en el que “las emergencias más frecuentes son diarreas, intoxicaciones y problemas derivados de tratamientos administrados por los mismos propietarios sin supervisión veterinaria, basándose en información de internet”. Para todo ello, el tiempo es primordial.
Ecosistema internacional
El crecimiento de esta industria no es casual. Según un estudio de Euromonitor, en el Perú existen cerca de 4,950 veterinarias, de las cuales al menos el 50% se encuentran en Lima. Estas clínicas ofrecen desde consultas generales hasta cirugías, exámenes de laboratorio y diagnósticos por imágenes, replicando los servicios de una clínica humana; en un ecosistema donde el seguro se inserta como un puente entre el afecto y la necesidad, ofreciendo previsión frente a escenarios inesperados.

Al final, la discusión no pasa solo por la utilidad del seguro, sino por la capacidad del ciudadano de encajarlo en su presupuesto. Se decide en la intimidad del vínculo: cuánto pesa el afecto, cuánto resiste el bolsillo. Cuidar a un animal es también un modo de decir quiénes somos; un gesto que, por pequeño, termina revelando nuestra humanidad. Y si aprendemos a extender esa protección hacia quienes no pueden defenderse, quizá estemos entendiendo que el amor —como la previsión— se practica en cada elección mínima, casi invisible, de la vida cotidiana.
TE PUEDE INTERESAR
- Gobierno Trump revoca el beneficio migratorio TPS para un cuarto de millón de venezolanos
- Gobierno de Donald Trump pone fin a TPS con Honduras y Nicaragua
- El gobierno de Donald Trump revoca el estatus de protección temporal a afganos
- El Gobierno de Trump pide al Supremo anular el TPS para más de medio millón de venezolanos


