Quién es el hombre que naufragó y sobrevivió casi 500 días en el mar. (Foto: Referencial)
Quién es el hombre que naufragó y sobrevivió casi 500 días en el mar. (Foto: Referencial)
Redacción EC

En el año 2001, en medio de grandes estrenos cinematográficos, una película causaría revuelo a nivel mundial: “El Náufrago”, protagonizado por el célebre . El estadounidense se metió en la piel de Chuck Noland, un ingeniero de Federal Express que hace de todo para sobrevivir durante años en una isla completamente desierta. Quien diría que esta , con algunos matices diferentes, podría ocurrir en la vida real. A continuación, te contamos este increíble relato lleno de valentía y perseverancia.

MIRA AQUÍ: La expedición que encontró unas cámaras abandonadas hace 85 años en un glaciar de Canadá

Quién es el hombre que naufragó y sobrevivió casi 500 días en el mar

Según, Salvador Alvarenga, experimentado pescador mexicano de tiburones hondureños, pasó un verdadero calvario para mantenerse con vida. Todo comenzó un día que parecía normal. Junto a su novato compañero Ezequiel Córdoba, zaparon en su humilde barco desde las costa de Chiapas, en México.

Alvarenga sabía que se avecinaba una tormenta tropical y que su embarcación estaba hecha de fibra de vidrio, pero, pese a ello, decidió seguir adelante. Esto terminó convirtiéndose en el error que desataría su peor pesadilla.

MIRA AQUÍ: Perdió su anillo de bodas antes del huracán Ian y luego lo halló entre los escombros

“El problema no fue la tormenta -recordó Alvarenga en su libro ‘Naufrago’- Mi motor se apagó”, expresó Alvarenga en su momento.

Aunque Alvarenga contaba con gran experiencia, la tormenta fue tan fuerte que terminó arrojándolo al mar. Fue su asistente quien lo pudo salvar. Durante siete días tuvieron que soportar los peores envistes de endemoniados ventarrones y de un mar turbulento que los remecía de un lado a otro.

“Al principio no pensábamos en el hambre -recordó- Pensábamos en la sed. Tuvimos que tomarnos nuestra propia orina después de la tormenta. No fue sino hasta un mes después que finalmente tuvimos un poco de agua de lluvia”, comentó Alvarenga.

Debido a que la pesca no fue buena, no tuvieron mejor idea que alimentarse de los pájaros que se posaban sobre el barco. Con sus propias manos desmembraron las aves para comerse todo menos sus estómagos, pues estaban llenos de plástico y basura. “Cortábamos sus gargantas y bebíamos su sangre. Nos hizo sentir mejor”, contó.


“Escuché sobre dos mexicanos que hicieron esto antes -explicó Alvarenga- ¿Cómo lo hicieron? ¿Cómo se salvaron? ‘No tengo que ser cobarde’, me decía a mí mismo. Rezaba mucho. Y le pedía a Dios paciencia”, agregó Alvarenga.

¿Qué le pasó al compañero de Alvarenga?

Pese al esfuerzo por sobrevivir los dos juntos, Córdoba no logró soportar las duras condiciones por las que tuvieron que pasar y, después de pasar por un cuadro de depresión, terminó falleciendo.

“Nos despedimos. Él no sentía dolor. Estaba tranquilo. No sufrió”, recuerda Alvarenga con tristeza aquel acontecimiento.

MIRA AQUÍ: Veronika Lindberg, la mujer finlandesa que tejió su propio vestido de novia

¿Cómo se salvó Alvarenga?

Cuando Alvarenga ya había perdido la fe y no sabía qué hacer para que pasara el tiempo, después de 14 meses que parecieron eternos, pudo notar que se encontraba cada vez más cerca de una pequeña isla. La reacción fue inmediata: se tiró al mar y nadó con las pocas fuerzas que le quedaba.

Al llega pudo darse cuenta que se trataba de una isla con gente. Eran las islas Marshall ,y fue así que pisó tierra el 29 de enero de 2014. “Toqué tierra primero. Luego llegó mi barco. Sentí las olas, sentí la arena, y sentí la costa. Estaba tan feliz que me desmayé en la arena. No me importaba si moría en ese momento. Estaba tan aliviado. En ese punto sabía que no tenía que comer más pescado si no quería”, contó.

MIRA AQUÍ: Por qué hablar con extraños puede hacernos más felices

Una vez que se encontró con otras personas, Alvarenga se dio cuenta que no hablaban su mismo idioma, por lo que solo pudo comunicarse a través de señas y gestos. “Estaba tan asustado. Le tenía miedo a las personas. No podía encontrar las palabras correctas después de estar solo tanto tiempo”, rememora con nostalgia y todavía con miedo.

La historia de Alvarenga no tardó mucho en dar la vuelta al mundo por ser un relato lleno de inspiración, resiliencia, valentía y superación.

Contenido sugerido

Contenido GEC