A sus 31 años, Marianne Bachmeier hizo justicia con sus propias manos mientras Klaus Grabwski, -asesino de su menor hija- era juzgado el 6 de marzo de 1981. La mujer realizaría ocho disparos a quemarropa donde dejaría completamente en shock a las personas que estuvieron presente. ¿Qué más se supo de este caso? Aquí, todos los detalles.
Según detallan los documentos, Bachmeier ingresaría a la sala del tribunal para cometer tal homicidio. No obstante, de manera enérgica, señaló: “¡Cerdo! Mató a mi hija... Quería dispararle en la cara, pero le disparé por la espalda... Espero que esté muerto”.
El acusado fue sometido con un arma Beretta M1934, cayendo al piso y muriendo en el acto para gran sorpresa de todos. Aquel momento quedaría grabado en la memoria de los alemanes.
La mujer intentó defenderse que pasó por un estado de trance; sin embargo, no le creyeron. Fue sentenciada a seis años de prisión.
¿POR QUÉ FUE ASESINADA LA HIJA DE MARIANNE BACHMEIER?
Todo ocurrió cuando la hija de Marianne Bachmeier fue secuestrada a sus cortos 7 años por su vecino Grabowski. Tal y como se reveló, el asesino la atrajo con engaños a su casa para abusar de ella y finalmente, asesinarla. En tanto, Marianne reconoció que le dio permiso a su menor hija para que salga a jugar al parque con sus amigos.
Según el peritaje realizada por la Policía y confesión del asesino a su entonces pareja, se determinó que el cuerpo de la víctima fue violada y estrangulada. Posteriormente sería sepultada en un canal.
¿CÓMO PLANEÓ SU VENGANZA MARIANNE BACHMEIER?
Tras lo sucedido, la madre afectada planeó durante un año cómo tomar venganza con sus propias manos y cobrar justicia. ¿Cómo lo hizo?
Se hizo presente durante todas las audiencias como una ‘simple’ espectadora mientras que escuchaba las declaraciones de su futura víctima. Hasta que un viernes 6 de marzo de 1981 ingresaría a la sala con un reluciente abrigo blanco donde sacaría el arma que escondió sutilmente para cometer tall acto delictivo.
Las balas tocarían la espalda de Klaus Grabwski mientras veía directamente al juez, abogados, fotógrafos, testigos y algunos policías presentes.
Los ensordecedores disparos alarmaron por completo a la audiencia, quedándose en shock por el impensado acto de la mujer. Eso sí, lamentó no haberle disparado en el rostro.
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