Jesus Osorio Calderon

Paula Escobar tenía 20 años cuando pisó por primera vez un gimnasio. No buscaba músculos prominentes ni récords personales, solo sentirse mejor con su físico. Al inicio, su entrenamiento se basaba en ejercicios básicos y una alimentación equilibrada. Pero pronto, las recomendaciones de suplementos alimenticios llegaron. Proteína en polvo para mejorar el rendimiento, quemadores de grasa para acelerar el proceso. Lo intentó todo. Su cuerpo comenzó a cambiar, pero no como ella esperaba. En vez de definir su figura, ganaba masa muscular. Luego, los quemadores le trajeron ansiedad y alteraciones en el sueño. No fue hasta que visitó a una nutricionista que comprendió el error: la combinación de suplementos nutricionales que consumía no era la adecuada.