
Si existe un carro con el que podemos tomar ciertos riesgos en rutas complicadas, ese es el Ford F-150. El pick-up más vendido en EE.UU. tiene una carrocería fuerte y una mecánica muy potente. Con este vehículo llegamos al Mirador de Rajuntay, que se encuentra en plena temporada de invierno. Allí superamos una trocha con nieve para llegar a nuestro destino final. Aquí te contamos nuestra experiencia.
El Ford F-150 recientemente se renovó para ofrecer un diseño y equipamiento más acorde a las últimas tendencias, pero conservando el ADN de la marca. En el Perú están disponibles tres versiones: XLT, Lariat y Lariat HEV, todas con tracción 4x4. Nosotros manejamos la versión Lariat a secas.
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Lima-San Mateo
Nuestra historia de viaje con este pick-up grande inició el mismo día que nos lo entregaron para la prueba. La entrega fue en la tarde y al cabo de un par de horas partimos hacia San Mateo con el objetivo de pasar la noche allí y aclimatarnos un poco antes de subir al nevado Rajuntay (5.400 metros).
Al salir de Lima, encontramos un tráfico severo en un tramo de la carretera central perteneciente a Ate. En ese atasco, la imprudencia de otros conductores siempre fue un factor que nos preocupó porque se pone en riesgo nuestras vidas y también la de un vehículo que vale US$61.990.

Manejar un pick-up de casi 6,0 metros de largo, 2,0 metros de ancho y 1,90 metros de alto, tiene sus ventajas y desventajas en el tráfico. Un aspecto positivo es que al ser más grande y robusto que un pick-up mediano u otros, el resto de los vehículos te “respeta” más. En cambio, hubo situaciones donde el pick-up no cabía, ya que el carril era muy angosto u otro vehículo estaba al límite de su carril, no permitiéndonos avanzar. Lo que más nos preocupó fue golpear o raspar los espejos, ya que el ancho podría llegar hasta 2,30 o 2,40 metros si es que sumamos estos elementos al ancho de la carrocería. Por suerte, todo salió bien.
En Chosica también encontramos tráfico intenso, pero fue más ordenado. Después, la carretera central se empezó a liberar y comenzamos a conducir a una mayor velocidad. Por esta vía transitan los tráileres con mercancías y convoyes mineros que ralentizan nuestra ruta, por lo que es necesario adelantarlos o sobrepasarlos.
En nuestro caso, adelantamos con gran autoridad y potencia, gracias al motor de 3,5 litros V6 GTDI EcoBosst que desarrolla 400 hp a 6.000 rpm y 678 nm a 3.500 rpm. Considerando que el Ford F-150 tiene un peso neto alrededor de 2.500 kg, la relación peso-potencia es 6,25 kg/hp. Además, al acelerar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, no solo es divertido de conducir, sino que también es seguro porque necesitas menos segundos para realizar el adelantamiento.

Por otro lado, ni siquiera percibimos que el motor esté esforzándose mucho. La transmisión automática de 10 velocidades permite que las revoluciones casi siempre estén por debajo de las 2.500 rpm, lo cual se traduce en una suavidad al conducir.
Este carro tiene como siete modos de manejo: Normal, Eco, Deportivo, Remolcar/Arrastrar, Resbaladizo y Todoterreno. En el tráfico de Lima lo manejamos en modo Eco, saliendo de Chosica lo cambiamos en el modo Normal y para adelantar camiones utilizamos el modo Deportivo.
En cuanto a la frenada, es sólida como consecuencia de los frenos de disco ventilado en las cuatro ruedas. De todas formas, hay que tomar en cuenta que es uno de los carros más pesados dentro del segmento de livianos. Por ende, a diferencia de otros vehículos más compactos que hemos probado, percibimos que se requiere una mayor cantidad de metros para frenarlo.
Otro aspecto muy importante fue el cómo tomamos las curvas en la Carretera Centra, ya que puede suponer una situación de riesgo cuando se conduce un vehículo con un centro de gravedad más alto como el Ford F-F150.

La situación es sencilla de entender. Cuando se ingresa a una curva medianamente cerrada a 80 km/h con un sedán compacto, seguramente no se percibirá que la fuerza lateral te “empuje” fuera del carril. Esto sucede porque el sedán es un vehículo de centro de gravedad bajo y la fuerza mencionada se hace menos notoria.
Cuando nosotros tomamos la curva a 80 km/h, teníamos la sensación que tal fuerza nos “empujaba”, pero era una situación controlable por la electrónica del F-150. Pero, a medida que entrábamos a las curvas a una mayor velocidad, existía ese riesgo de derrapar o perder el control del eje trasero. La solución ante ello es simple, disminuir la velocidad.

Esta versión Lariat que manejamos, incluye un paquete off-road con diferencial trasero bloqueable (control de descenso en pendiente, suspensión off-road y protectores interiores). El diferencial trasero no lo utilizamos porque no tuvimos una situación muy complicada en donde necesitáramos hacer girar las ruedas a la misma velocidad. Lo que si notamos es que ofrece un recorrido de suspensión largo, evitando que se pierda tracción en terrenos irregulares.
Antes de llegar a San Mateo, el cluster digital de 12″ LCD nos señaló que el F-150 tuvo un consumo medio de 20 litros/100 km o 19 km/galón. Este es un consumo alto, pero está dentro del promedio, considerando que es un vehículo enorme y que estamos subiendo hacia los Andes.
San Mateo-Mirador de Rajuntay
Al día siguiente realizamos el tramo San Mateo-Casapalca por la Carretera Central, para luego ingresar al desvío que nos dirige hacia el Mirador de Rajuntay. Este último es un tramo corto de 13 kilómetros, pero que esta temporada del año está cubierto por la nieve. Para afrontar esta situación sin ningún mayor contratiempo, hicimos el cambio del modo 2H al 4H, asimismo seleccionamos el modo todoterreno. Cabe resaltar que no fue necesario desactivar el control electrónico de estabilidad, ya que queríamos mantener las ayudas electrónicas.

En algunas partes, la nieve ya se estaba derritiendo producto del aumento de la temperatura y también por el paso de los volquetes 6x4 provenientes de las minas cercanas a la zona. En la F-150 no pasamos ningún apuro, ya que siempre obtuvimos tracción. Lógicamente, nuestra máxima velocidad en esas condiciones fue entre 40 y 50 km/h. Cuando involuntariamente tomábamos mayor velocidad, el eje trasero ladeaba mínimamente. No obstante, esto sucede en cualquier pick-up por no contar con peso en el eje trasero. Por esa razón es que algunos conductores le agregan sacos de arena u otro elementos pesados.
En este tramo la temperatura era dos centígrados, por lo que un buen abrigo es recomendable. En el interior del Ford F-150 puede encontrar el climatizador con la calefacción y, si todavía tienes mucho frío, tiene la función de calentar los asientos. Por otro lado, también deseamos destacar que ofrece múltiples puntos de conexión, incluso conectores que soportan hasta 400 W.
Rajuntay-Marcapomacocha-Yantac-Lima
El regreso no lo hicimos por la Carretera Central, sino que fuimos en dirección hacia Marcapomacocha con la intención de tomar la carretera hacia Canta. Era mediodía y la nieve se había descongelado, formando pozos de agua de regular tamaño, que los cruzamos sin dificultad. En cualquier caso, el retorno fue una ruta más tranquila. Llegamos a Marcapomacocha y paramos para almorzar, después conocimos Yantac y posteriormente llegamos a la carretera hacia Canta.



Estando a 4.600 metros de altitud, iniciamos el descenso que fue muy beneficioso para la economía del combustible. Sin antes dijimos que nuestro consumo medio fue 19 km/galón, en la bajada alcanzamos los 24 km/galón. Ya llegando a Carabayllo, nuestro consumo nuevamente comenzó a aumentar por el tráfico limeño. Finalmente, el consumo mixto entre el manejo de carretera y la ciudad fue 22 km/galón.








