Jeep sorprendió en el último Salón de Nueva York con su Grand Cherokee Trackhawk, pero no necesariamente por su diseño. La sorpresa, en realidad, fue por su gran potencia: 717 caballos de fuerza arrojados por el motor V8 del Charger SRT Hellcat que esconde bajo el capó.
Y si eso te parece poderoso, el preparador Hennessey Performance llevó mucho más allá a la Trackhawk. Gracias a compresor volumétrico de 4.5 litros, colectores de acero, inyectores de mayor caudal, una bomba de combustible mejorada y un mapa motor más agresivo, este ‘monstruo’ Jeep alcanza los 1.012 caballos y un torque de 134 kg.m.
Y hay más, porque si la Trackhawk original necesitaba 3,5 segundos para alcanzar los 100 km/h, la versión de Hennessey apenas requiere de 2,8 segundos. El precio de esta ‘bestia’ aún se desconoce, pero tanto poder jamás será barato.