

En “María Callas”, el director Pablo Larraín nos sumerge en los últimos meses de vida de la legendaria soprano Maria Callas, interpretada con una intensidad hipnótica por Angelina Jolie. La película no es un biopic convencional, sino una meditabunda exploración de una estrella en su ocaso, atrapada entre el peso de su legado y la inminencia de su desaparición. Con una estética que oscila entre lo teatral y lo onírico, Larraín nos ofrece una historia de soledad, arte y autoaniquilación.
En Saltar Intro de El Comercio ya hemos podido ver “María Callas” y aquí te contamos que nos pareció.
Jolie: Entre la fragilidad y la grandeza
Angelina Jolie encarna a Maria Callas con una presencia avasalladora, logrando captar su altivez, su inseguridad y su tragedia personal. Su interpretación no se basa en una simple imitación, sino en la creación de una versión de Callas que es a la vez majestuosa y patética. Con su voz hablada modulada en una especie de acento nasal anglosajón, sus lentes que magnifican su expresión y su constante descontento, Jolie construye un personaje que es a la vez fascinante y desolador.
Uno de los aciertos más notorios de la película es la forma en que fusiona la voz original de Callas con el trabajo de Jolie. Mientras la actriz no canta, su interpretación física y emocional es suficiente para evocar el esplendor y la caída de la diva. Su Callas deambula por París, oscilando entre la arrogancia y la vulnerabilidad, siempre consciente de su estatus, pero incapaz de detener su declive.

Entre la realidad y la alucinación
El guion de Steven Knight intercala los días finales de María Callas con flashbacks alucinatorios que la transportan a sus momentos de mayor gloria y también a su traumática infancia en la Grecia ocupada por los nazis. Estas secuencias, muchas de ellas impulsadas por el abuso de Mandrax, su sedante de elección, nos muestran a una mujer atrapada en un ciclo de recuerdos y fantasías. En particular, sus diálogos con un supuesto entrevistador interpretado por Kodi Smit-McPhee ofrecen una mirada fascinante a su percepción distorsionada del tiempo y de sí misma.

Uno de los hilos narrativos más intrigantes de la película es su relación con Aristotle Onassis (Haluk Bilginer), el amor de su vida y la fuente de gran parte de su sufrimiento. Sus recuerdos de él oscilan entre la adoración y el resentimiento, añadiendo capas de complejidad a su retrato.
Momentos de brillo y desesperación
Entre los momentos más memorables de “María Callas” está una feroz confrontación con John F. Kennedy (Caspar Phillipson), quien se sienta frente a ella en un restaurante, insinuando la relación entre Onassis y Jackie Kennedy. La Callas de Jolie responde con una mezcla de desdén y tristeza, dejando entrever su amargura ante la traición.
Otro punto culminante es la relación de Callas con su hermana Yakinthi (Valeria Golino), quien la enfrenta con una honestidad brutal sobre su deterioro. Es en estas interacciones que la película logra sus momentos más conmovedores, alejándose de la estética de ensueño para mostrar la cruda realidad de una mujer que ya no puede ocultar su fragilidad.
Una mirada distinta al mito
“Maria Callas” completa la trilogía de mujeres icónicas de Larraín, tras “Jackie” y “Spencer”. Sin embargo, a diferencia de sus predecesoras, esta película carece de la misma estructura narrativa y del sentido de urgencia histórica. Mientras “Jackie” exploraba la creación de un mito y “Spencer” se sumergía en el tormento de una princesa atrapada, “Maria” es un estudio de la decadencia, de una figura que sigue siendo grande a ojos del mundo, pero que se ha vuelto impotente ante su propia realidad.

La película también se distancia del sentimentalismo, evitando retratar a Callas como una víctima pura. En cambio, nos muestra a una mujer complicada, a veces cruel, siempre consciente de su legado, pero incapaz de reconciliarse con su presente. Esta falta de concesiones puede hacer que “María Callas” sea difícil de digerir para algunos espectadores, pero es precisamente lo que la hace tan absorbente.
Conclusión: Una ária de autodestrucción
“María Callas” no es una película fácil ni para todos los gustos. Su ritmo pausado y su estructura fragmentada pueden resultar desconcertantes, incluso para los amantes de la ópera. Sin embargo, es una obra que captura con elegancia y crudeza los últimos días de una leyenda, explorando la paradoja de su existencia: ser una diosa a los ojos del mundo, pero sentirse completamente sola y perdida.
Angelina Jolie entrega una de sus actuaciones más matizadas y enigmáticas, llevando a Callas a la pantalla con una mezcla de grandeza y miseria que la hace imposible de ignorar. “María Callas” es un retrato fascinante de la autodestrucción de una artista que, a pesar de todo, nunca dejó de ser una estrella.
“María Callas” se estrena en las salas de cine de Perú este 13 de febrero.
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