Parthenope
2025
Solo en cines
Director:
Paolo Sorrentino
Actores:
Celeste Dalla Porta
Género:
Drama
Duración:
Clasificación:
18+
"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino. Celeste Dalla Porta y Gary Oldman en la imagen.
"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino. Celeste Dalla Porta y Gary Oldman en la imagen.
Leslie A. Galván

Desde la orilla del mar napolitano, una mujer observa su casa familiar. Con un traje de baño y rayos de sol cayendo sobre su torso mojado, su belleza es contemplada por los ojos masculinos, hombres mayores y menores de 18 años de todas formas y personalidades. Su físico la precede, pero la encierra en una jaula de expectativas ajenas. ¿Quién es? La actriz italiana Celeste Dalla Porta acepta ser la musa del director en su película “Parthenope: los amores de Nápoles”. Fue proyectada en el Festival de Cine de Cannes 2024 por primera vez y recién está disponible en cartelera peruana.

“Parthenope” es el tributo de Sorrentino a su ciudad natal, Nápoles, y el nacimiento de una estrella, Dalla Porta. Entre el fulgor del mar y el murmullo de una ciudad distraída, el director italiano de “The New Pope” y “The Young Pope”, filma las calles napolitanas tan prósperas como marginales en un poema de película sobre la humanidad y el reflejo de un pueblo que sueña mucho, sin aterrizar del todo.

El hilo conductor inicia con el nacimiento de una enigmática y bella niña, Parthenope, quien se va encontrando a sí misma en sus amores de la infancia, adolescencia y adultez. Sufre. Ríe. Calla. Todo ello a causa del placer que le proporcionan los hombres de su vida, uno de ellos interpretado por Gary Oldman en el papel de un escritor completamente roto. Ella, bajo la sombra de la mirada masculina, su hermano Raimondo (Daniele Rienzo) y el primer amor Sandrino (Dario Aita), es una mujer marcada por las miradas que la desnudan sin tocarla.

MIRA: Hasta 57% de dscto. en lo mejor del entretenimiento. Conoce todas las promociones aquí

Parthenope es el centro, la musa, el misterio. Los hombres le preguntan: “¿En qué piensas?”, y la mayoría del tiempo no hay respuesta. En cambio, ella está más interesada en el aprendizaje, por eso estudia antropología con el primer personaje más interesante de la película después de ella, su profesor universitario (Silvio Orlando). En otros momentos, la música de Frank Sinatra o Ricardo Cocciante subraya la ironía de un personaje que juega con el incesto o es subestimada, porque en tanto su sangre observa sus curvas otros, como un gangster que se cree Robin Hood (Marlon Joubert) quiere enseñarle el bajo mundo.

"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino.
"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino.

Como en toda película de Sorrentino, la estética es un personaje en sí mismo. La luz, la composición y el sonido revelan la cadencia y el estado de ánimo de su protagonista. Una escena surreal muestran a Joubert y Dalla Porta caminando por un acentamiento humano de Napoles, donde las adicciones, la prostitución, incluso las risas de niños sin padres, reinan sin remedio entre los vecinos. Es una de las tantas veces que Parthenope se quiebra. En otra evocadora, Gary Oldman, el escritor desgarrado, escucha a la joven universitaria entre lágrimas con un discurso aún más lírico que el desarrollo visual de la cinta.

En el momento más complejo para ella, un hecho catastrófico, que por respeto al público no se revelará, marca el punto de inflexión en Parthenope y hace que su faceta más sexual sea también un enigma, porque cada vez está más triste por su insuperado trauma. La película marca contrastes: la decadencia y la juventud, la palabra y el silencio, lo vivido y lo que apenas comienza. Entre idas y venidas, el personaje es la representación de humanidad vacía, cuando se frustra su deseo de ser actriz o los hombres la decepcionan.

"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino.
"Parthenope: los amores de Nápoles", una película de Paolo Sorrentino.

La guerra de Parthenope es silenciosa: se ríen de su inteligencia, la subestiman por su físico, la desean sin comprenderla. “La belleza es como la guerra: abre puertas”, le dicen. Pero, ¿hacia dónde la conducen esas puertas? Ella observa, resiste, se desliza entre las expectativas con la ligereza de quien sabe que el mundo rara vez está hecho para ella. Otros personajes como Silvia de “Jamón, Jamón” o Marilyn Monroe de “Blonde” tienen esa característica de soportar la mirada exterior.

MIRA: Conciertos, obras de teatro, circos, cine y más con hasta 50% de dscto. Descubre tus promos

La película se desliza entre momentos de crudeza y provocación. Hay desnudos que parecen innecesarios, pero que responden a la necesidad de Sorrentino de explorar el cuerpo como parte de su humanismo cinematográfico. Parthenope, al quitarse la ropa ante quienes la juzgan, no se somete, sino que desafía: “¿Es esto lo único que ves de mí?”. Su cuerpo, expuesto, es un arma y una cárcel al mismo tiempo.

Pero la película no es nada sin los simbolismos considerados por Sorrentino desde su trabajo con el guion. La película tiene un final abierto y se deja estar en el limbo para que los espectadores procesen sus sensaciones y emociones. Si hay algo que reprocharle, pasa por la expresión de los desnudos, de ser un director sin deseos de ser sutil al mostrar el punto de un personaje ansioso por vivir su juventud. Pero esta historia no solo se trata de Parthenope, sino de la personalidad contradictoria de Nápoles como si fuera otro personaje, entre otras reflexiones. Sales del cine con ganas de hablar mucho sobre lo que acabas de ver.

Contenido Sugerido

Contenido GEC