Desde hace un buen tiempo el nombre de Juan Minujín ha sobrepasado las fronteras de su natal argentina gracias al éxito de proyectos como “100 días para enamorarse”, “Los dos papas” o “El marginal”. Precisamente esta última producción estrenó esta semana su quinta y última temporada en Netflix.
Sereno al hablar, Juan se ha caracterizado por ser un actor camaleónico. Se mueve bien en el drama pero también lo hace en la comedia. Y desde que la pandemia lo permite, no ha parado de enganchar un proyecto tras otro, cada uno de diferente género.
Tras el final de la serie carcelaria, Juan estrena, también en Netflix el thriller policial “La ira de Dios” junto a Diego Peretti y Macarena Achaga. De este par de producciones y de lo que viene más adelante, entre ellas, la posibilidad de hacer una serie en Perú, conversamos con el actor argentino.
-Hola Juan, ¿Cómo estás? Bienvenido al Perú, de alguna manera...
El Perú es un país que me gusta muchísimo. He viajado muchas veces a Lima por el Festival de Cine y un par de veces a pasear. Miraflores, El Malecón son lugares que me gustan mucho.
-Se estrenó el final de “El marginal”. ¿Te dejó satisfecho el cierre que se le dio?
La verdad que sí. Es una historia que trabajamos mucho. Yo por suerte, en la temporada 5 estuve de productor asociado y también de co-director de algunos capítulos y participé también de las modificaciones y correcciones del guion, sobre todo en la línea de Pastor. Entonces, sí, estoy muy contento con este cierre de una serie que ninguno de nosotros que estábamos desde el principio nos imaginamos que iba a tener este nivel de repercusión, así que estoy muy contento.
-Volviendo a la cuarta temporada, las primeras escenas fueron brutales, al margen de los desnudos. ¿Cómo fue para ti prepararte para semejante momento?
Fue arduo porque es una situación que yo nunca transité. Se supone que había que encontrar como cosas análogas que pudieran contar esa dimensión emocional en la que se encuentra el personaje en donde está tan abusado, tan sometido a esas reglas tan tenaces y tan absurdas, injustas, perversas. Entonces era ver cómo llegar a ese arco, allá dentro donde Pastor termina diciendo: ´Me voy a suicidar, mi vida no tiene más sentido´. Y en el medio, después, encuentra una esperanza nueva un poco mística que es lo que lo ayuda. Fue difícil de preparar, yo ensayo mucho las escenas previamente con un coach. Trabajó hace doce años con la misma persona y después, obviamente, con todo el equipo de directores, de arte, maquillaje.
-Me pasó algo con la temporada 4, la sentí como un puente hacia la quinta. Hubo muchos personajes nuevos que finalmente desaparecieron y en esta última, siento más la esencia de los primeros capítulos.
Bueno, la cuarta y la quinta temporada se pensaron un poco juntas y entonces por eso algunos personajes que no tienen tanto desarrollo en la cuarta sí tienen un gran desarrollo en la quinta. Por ejemplo, el personaje de Bardo (Ariel Staltari) es un personaje que en la cuarta ya estaba pensado cuál sería su desarrollo en la quinta. Y la última temporada siempre se la pensó como un cierre que pudiera como ver en qué lugar, sobre todo con el caso de Pastor, qué vuelta de tuerca darle a todo esto que le pasó. Ya no es una temporada en la que él se quiera escapar sino lo contrario. Lo que quiere es asentarse, no está huyendo más y eso es un cambio importante en el personaje.
-En junio vuelves a Netflix con “La ira de Dios”. ¿Qué nos puedes contar o adelantar sobre esta película?
Es un policial negro muy bien escrito, muy bien dirigido por Sebastián Schindel que a mí me resultaba muy desafiante y muy atractivo. Y sobre todo Diego Peretti con quien no había trabajado. También está Macarena Achaga y es una película basada en una novela de Gustavo Martínez que es un escritor argentino. Esta se llama “La muerte lenta de Luciana B.”. Creo que es una película que va a tener mucho impacto porque tiene un impulso narrativo muy bueno.
-No has parado de rodar. Ahora mismo estás rodando “Matrimillas” con Luisana Lopilato, también para Netflix
No, terminamos de rodar el viernes pasado. Fueron siete intensas semanas. Así que la película está recién empezando su camino de post producción.
-Ahora que hablamos de Netflix, el 2020 fue un año muy difícil para el arte en general debido a la pandemia. Cerraron productoras, las tiras desaparecieron y creció mucho el streaming. ¿Tú crees que ahora se debe apuntar con más fuerza al streaming o la televisión abierta todavía tiene un nicho?
Y es difícil de evaluar. No lo sé. Me parece que la TV abierta tiene todavía, para las ficciones, algo que a mí me gusta mucho y me parece lindo y es la cosa de verlo en vivo, en el horario. Y que, además, apunta a un público en general muy popular y muy masivo. Eso me parece que es interesante y en cuanto a las plataformas, en general están ocupando otro lugar que es el de las series y películas de otro tipo de consumo que no es el de la tira diaria. Eso en cuanto a la ficción porque obviamente la televisión abierta para las noticias y eventos deportivos tienen la riqueza del vivo.
-Han muchas producciones argentinas que han sido adaptadas para otros países y han sido un boom. Pasó con “Mujeres asesinas”, “100 días para enamorarse”, el mismo “El marginal”, por mencionar algunas. Y Sebastián Ortega dijo alguna vez que el tema del acento argentino es un impedimento para llegar directamente a otros públicos. ¿Para ti esto es así? Porque “El marginal” y la reciente “Granizo” han funcionado muy bien en Netflix.
La verdad que no lo sé. No tengo una opinión demasiado formada sobre eso. No sé qué pasa con el público más general y masivo pero a mí me gusta ver ficciones chilenas, peruanas, colombianas, mexicanas, españolas y no tengo problema con eso. Ahora ¿qué le pasa a un oído peruano o mexicano o español cuando escucha el argentino? No lo sé. Yo tiendo a pensar que cada vez más el tema del acento empieza a perder un poco, digo, hay algo tan regional en un sentido que, no sé. Yo hace poco hice una película en la que mi papá era Alfredo Castro que es un actor chileno y no había ninguna explicación. Nadie estaba explicando porqué tu papá es chileno. Parece que ya hay muchas cosas de esas que... de hecho yo estoy en conversaciones para una hacer serie en Perú y nada, también hay cosas que se pueden trabajar del acento. Depende del tipo de proyecto pero a mí me gusta mucho ver los proyectos que me transmiten algo de Perú, o de Colombia”.
¿Y nos puedes hablarnos de este proyecto peruano?
No puedo. Estoy en conversaciones, es un proyecto muy grande y muy interesante. Es un personaje peruano... Yo viví muchos años en México por lo que tengo un acento que manejo muy bien. Es cuestión también de entrenarlo y en un punto, para el público no deja de ser un poco una convención. Por supuesto que los locales siempre se quejan, pasa acá también en Argentina cuando hay alguien que hace de cordobés. Los cordobeses se quejan, bueno... es así.
¿La serie sería grabada en el Perú?
En Perú, sí, pero no te puedo decir ni la productora ni el director ni el nombre. Viste que ahora te hacen firmar una serie de papeles para no decir nada ¡jajaja! Y te lo decía no para hacerme el misterioso sino para decirte, por ejemplo, yo vengo de hacer una película en España, hay pedidos para hacer cosas en diferentes lugares porque a veces el tema del acento tiene mucha importancia porque es la idiosincrasia del personaje y a veces no tanta. Yo creo que va a ir modificándose.
Fuiste parte de “Focus”, la película de Will Smith de 2015, interpretaste a un joven Jorge Bergoglio en “Los dos papas”. ¿Tanteas constantemente el mercado estadounidense? ¿Es un mercado al cual apuntas?
Me interesa el estadounidense como me interesa el español, el inglés, el mexicano y no digo otros porque no hablo otras lenguas pero no es que particularmente esté detrás de Hollywood. Osea, cuando aparecen esas oportunidades y son buenas y tampoco requieren que yo me vaya de mi país tantos meses, las veo con mucho interés. Yo tengo hijas y me importa mucho la vida familiar, entonces trato de reservar mucho tiempo para eso. Algunos proyectos son muy buenos pero toman demasiado tiempo afuera y muchas veces existen posibilidades de hacer cosas para afuera desde acá dentro y eso es muy interesante.
Además de “Matrimillas” tienes otros proyectos en puerta. Había uno con Carla Peterson y Natalia Oreiro. ¿En qué quedaron?
Sí, el primero quedó en el camino. Yo soy muy amigo de Carla y nos gusta mucho cómo trabajamos mutuamente y siempre pensamos en hacer algo pero por ahora eso no es un proyecto que esté con alguna luz verde de algún tipo. Y lo de Natalia Oreiro que dirige Fernán Mirás, esa también está en stand by, por ahora. Pero tengo un proyecto grande a fin de año, a partir de agosto y no es que me vuelva a querer hacer el misterioso ¡jajaja! pero tampoco puedo adelantar nada. Es un plomo, ¡jajaja! pero no se puede comentar nada.
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