Humberto recibi dos puetazos, uno en la espada y otro en el pecho. A Vctor le propinaron dos golpes en la cara. Jess estuvo a punto de quedarse sordo luego de que una cachetada le rompiera una vena del odo derecho. A Miriam, Lourdes y Cecilia las insultan, pero aquello es nada dicen comparado con los empujones y araazos.
Cada una de las agresiones descritas por estas personas, que se desempean como agentes de seguridad, fiscalizadores y orientadoras del Metropolitano, ocurri en estaciones del servicio de buses articulados que une Independencia con Chorrillos.
De acuerdo con Marino Fras, jefe de seguridad de Pro Transporte, entidad que supervisa el Metropolitano, cada mes dos de sus trabajadores son atacados por los usuarios. La mayora de incidentes ocurre en la estacin Naranjal, que recibe a la mayor cantidad de pasajeros en el sistema: 80 mil por da.
Entre las faltas que propician los pleitos destacan el no respetar las filas, querer viajar sin pagar, el uso inadecuado de tarjetas preferenciales o ingresar a un bus con comida, paquetes grandes o en estado etlico.
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El ataque ms reciente ocurri el martes 23, cuando Jos Irwin Torres Snchez atac a correazos a Javier Garca Santos, agente de seguridad que impidi que la esposa de Torres subiera gratis a un bus de la estacin UNI, en San Martn de Porres.
Fuentes del hospital Cayetano Heredia, donde se atendi a Garca, informaron a El Comercio que este sufri una herida contuso cortante en el cuero cabelludo, y que precisa de descanso mdico. En tanto, agentes de la comisara distrital liberaron a Torres, quien ser investigado por agresiones. No es posible que mis 80 inspectores y 400 agentes de seguridad, capacitados para atender bien al pblico, sean atacados por hacer su trabajo, refiri el funcionario.
Fras tambin lament que, pese a existir la figura de flagrancia y la evidencia de las cmaras en las 37 estaciones, an se les exija un certificado mdico para detener a los agresores.
Falta de civismo Aunque las agresiones en el Metropolitano se dan desde el inicio de sus operaciones (2010), Enrique Montalvo, jefe de atencin al usuario, precis que a la fecha no han logrado ninguna sancin por estos ilcitos.
En el caso de una orientadora que fue mordida, est prxima la sentencia. Esperamos que sirva como precedente, dijo.
Para el psicoanalista Julio Hevia, la interaccin entre el pblico y los trabajadores del Metropolitano no es ptima porque se anda a la defensiva, pensando que si uno no ataca ser atacado. Adems, nuestra incultura cvica naturaliza las reacciones hostiles, explic.