Elliot Túpac nos muestra una nueva faceta

Elliot Túpac es un hombre práctico. También es ordenado, aunque su estilo sea más bien lo opuesto: el suyo es un trazo redondeado y libre salpicado del más vibrante color. La paleta de los flúor, para ser exactos. Aquella característica le viene de su formación: cada espacio entre sus letras, cada trazo y cada volumen responden a medidas específicas. Todo, absolutamente todo, se hace aplicando un principio que se ha convertido en el sello del artista de origen huancaíno: equilibrio. En el sentido más literal, Túpac es minucioso hasta el milímetro, y su último proyecto es prueba de ello.

El regreso de la técnica letterpress (impresión por presión que permite un acabado más artesanal en cada letra) es una tendencia fuerte en el mundo del diseño tipográfico. Es también su nueva pasión, aunque lo mantenga casi como un secreto: Elliot aún no está listo para mostrar una obra terminada. Pero ya casi.

Son cinco las impresoras antiguas letterpress que ha adquirido para su taller en Barranco. Internet y la ayuda de amigos han sido esenciales en su búsqueda. Una de ellas, la más grande, es una Heidelberg que mandó traer desde Alemania. Las otras cuatro las encontró en Lima, en un taller de Breña. Todas han sido restauradas por expertos. A partir de aquí, empieza el juego creativo.

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