Escucha la noticia

00:0000:00
El colon y las emociones: por qué es el espejo silencioso de tu bienestar
Resumen de la noticia por IA
El colon y las emociones: por qué es el espejo silencioso de tu bienestar

El colon y las emociones: por qué es el espejo silencioso de tu bienestar

Resumen generado por Inteligencia Artificial
La IA puede cometer errores u omisiones. Recomendamos leer la información completa. ¿Encontraste un error? Repórtalo aquí
×
estrella

Accede a esta función exclusiva

¿Alguna vez sentiste “un nudo en el estómago” antes de una reunión importante? ¿O corriste al baño en un momento de mucho estrés? No es casualidad. El , y en especial el colon, tiene una conexión directa con nuestras emociones; algo así como una carretera express de doble vía. A esto se le conoce como el eje intestino-cerebro, y te cuento por qué es tan importante.

LEE TAMBIÉN | Alergias y eccemas: por qué aparecen y cómo afecta la salud intestinal a la piel

Nuestro intestino está rodeado de millones de neuronas que forman el sistema nervioso entérico, capaz de comunicarse directamente con el cerebro a través del nervio vago. Esta comunicación es tan intensa que lo que sentimos en la mente puede expresarse en el colon y, al mismo tiempo, lo que sucede en el colon puede influir en cómo pensamos y sentimos. Por eso, el colon no solo procesa alimentos: también responde al estrés, la ansiedad, la tristeza y hasta la alegría; es decir, tus emociones.

Newsletter exclusivo para suscriptores

Juan Carlos Fangacio
El ejercicio es clave: mejora la motilidad intestinal y también tu estado de ánimo. (Foto: iStock)
El ejercicio es clave: mejora la motilidad intestinal y también tu estado de ánimo. (Foto: iStock)
/ Drazen Zigic

¿Y cómo se manifiestan las emociones en el colon? En líneas generales, cuando hay estrés y ansiedad se suele acelerar el tránsito intestinal, lo que puede causar diarreas, dolor abdominal o urgencia. En caso de tristeza o preocupación, se puede enlentecer el movimiento del colon, generando estreñimiento e inflamación. Y cuando hay emociones intensas como ira o frustración, a veces se desencadenan cólicos o sensación de “mariposas en el estómago”.

Ahora, algo interesante es que la microbiota (sí, ese grupo de bacterias, virus y hongos que viven en nuestro intestino) tiene un rol protagonista en este diálogo. Estas bacterias producen neurotransmisores como serotonina y GABA, fundamentales para la regulación del estado de ánimo. De hecho, más del 90% de la serotonina del cuerpo se produce en el intestino. Por eso, cuando la microbiota está equilibrada, favorece una comunicación más fluida con el cerebro y ayuda a mantener la calma. Pero si se altera por una dieta pobre en fibra, exceso de ultraprocesados o antibióticos, puede generar inflamación y contribuir a cambios en el ánimo, además de malestares digestivos.

Una dieta con frutas, verduras, legumbres y cereales nutre nuestra microbiota. Y cuando esta está equilibrada, favorece una mejor comunicación entre el intestino y el cerebro. (Foto: iStock)
Una dieta con frutas, verduras, legumbres y cereales nutre nuestra microbiota. Y cuando esta está equilibrada, favorece una mejor comunicación entre el intestino y el cerebro. (Foto: iStock)
/ bit245

El colon no es solo un “tubo digestivo”: es un reflejo de lo que pasa en tu interior emocional. Cuando aprendes a escucharlo, entiendes que el bienestar digestivo y el emocional no están separados, sino profundamente entrelazados. Y que cuidar tu colon es también cuidar tu mente. //

¿Qué podemos hacer?

Cuidar el colon es también cuidar las emociones. Aquí algunas prácticas sencillas que puedes empezar a incorporar:

1
Más fibra y prebióticos

Las frutas, verduras, legumbres y cereales integrales nutren tu microbiota. La fibra prebiótica es el alimento de los microorganismos vivos. Así que, para que estén contentos, hay que darles lo que necesitan.

2
Alimentos fermentados

Kéfir, chucrut, kombucha, tempeh y kimchi son algunos de ellos, y aportan bacterias beneficiosas para tu salud digestiva.

3
Respiración y ‘mindfulness’

Sí, la respiración adecuada es una excelente herramienta y un hábito que conviene practicar. Secuencias de respiración ayudan a bajar la respuesta del colon al estrés.

4
Movimiento diario

El ejercicio mejora tanto la motilidad intestinal como el estado de ánimo. Muévete con lo que más te gusta.

5
Sueño reparador

El descanso regula las hormonas del estrés y protege la microbiota. Aquí importa la cantidad, pero también la calidad del sueño. 

Contenido Sugerido

Contenido GEC