"Ni la depresión ni los síntomas de autoestima mejoraron en los divorciados en comparación con el resto"
"Ni la depresión ni los síntomas de autoestima mejoraron en los divorciados en comparación con el resto"
Sandro Denegri

Advertencia para el lector: este no es un artículo de autoayuda, es un artículo basado en evidencia científica.

Si buscamos en Google “cómo ser feliz” o “how to be happy” encontraremos 562 millones y 4.700 millones de respuestas respectivamente, al parecer los humanos sentimos curiosidad respecto a la felicidad. Pero antes de entrar en materia, definamos qué es felicidad, para la RAE es un «Estado de grata satisfacción espiritual y física», en mi opinión una definición más acertada es la de Eduard Punset: «La felicidad es la ausencia de miedo» a la que me he permitido agregar «… con un nivel razonable de autosatisfacción».

Ahora sí, a continuación, algunas preguntas y respuestas, basadas en la ciencia, sobre la felicidad.

¿Cuál es el país más feliz?

Incuestionablemente Finlandia, que lleva los últimos cuatro años en el primer lugar del “World Happiness Report” [1].

La última vez que apareció el Perú fue en 2019 y se hallaba en el puesto 65 de 156 países.

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¿El clima afecta a la felicidad?

Según un estudio realizado entre estudiantes universitarios en EE. UU. el clima no es determinante para el bienestar [2]. Esto correlaciona con el “World Happiness Report” donde los países nórdicos -célebres por su clima frío y escasa luz solar- aparecen, todos, siempre en el Top 10 del ranking.

¿A qué edad somos más felices?

Definitivamente la infancia es la edad más feliz, luego nuestros niveles de felicidad comienzan una caída sostenida hasta aproximadamente el inicio de la vejez que es cuando vuelven a subir [3].

Curiosamente, si graficamos esta progresión en un plano la curva que se dibuja es la de una sonrisa.

¿Nacemos programados para ser felices?

El genetista Dean Hammer y su equipo del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos descubrieron el “gen de la felicidad”, que es el gen del receptor D4 de la dopamina -la neurohormona responsable de las sensaciones placenteras- dicho receptor controla la liberación de esta en el núcleo accumbens -centro del placer, y la risa, del encéfalo- [5].

Cabe aclarar que la genética no es determinista, podemos nacer con el gen de la felicidad activado; pero luego factores ambientales hacernos propensos a la depresión.

¿Podemos programarnos para ser más felices?

Ya se estudian formas de inyectarnos el “cuarteto de la felicidad”, los neurotransmisores endorfina, serotonina y oxitocina que sumados a la dopamina son los responsables de las sensaciones placenteras y de bienestar en nuestro cerebro. Este shot químico nos pondrá felices, sin duda [6].

¿Podemos hacer algo para que nuestros hijos sean felices?

Los niños que son más abrazados por sus padres, que tienen más contacto físico con ellos, tienen cuatro veces menos probabilidad de caer en depresión que la media [7].

¿Las personas más inteligentes son más felices?

Las personas con alto nivel de IQ tienen dos veces más probabilidad de deprimirse que las personas con IQ medio [7].

¿El dinero da la felicidad?

Si, hasta cierto punto. Existe correlación entre el nivel económico y la felicidad. Los ricos son más felices, aunque hay un umbral pasado en el cual más patrimonio no significa más felicidad. [3].

Estadísticas sólidas demuestran que ser pobre es deprimente, la pobreza amplifica el sufrimiento de otras desgracias como por ejemplo una enfermedad [4].

¿Divorciarnos nos hace más felices?

En un estudio de la Universidad de Chicago realizado con parejas en crisis, se verificó que solo la mitad de los que finalmente se divorciaron dijeron sentirse más felices cinco años después, mientras que dos tercios de los que superaron la crisis dijeron sentirse más felices. Ni la depresión ni los síntomas de autoestima mejoraron en los divorciados en comparación con el resto [5].

¿Las Redes Sociales nos hacen felices?

Las personas con grandes cantidades de amigos en Facebook tienden a tener la autoestima más baja y ser menos felices [8].

Varios estudios (por ejemplo, Twenge & Campbell, 2018) han encontrado que los adolescentes y adultos jóvenes que pasan más tiempo en los medios digitales tienen un menor bienestar.

¿La felicidad es contagiosa?

Hay ideas encontradas. Nicholas Christakis profesor de Harvard y James Fowler de la Universidad de California estudiaron a 5.209 voluntarios y confirmaron que las conductas sociales como la felicidad son contagiosas –al igual que la infelicidad, fumar y la obesidad- [9].

Pero, en el V Estudio Mundial sobre la Felicidad de Coca-Cola se demostró que una persona al enterarse que su compañero de trabajo gana más que ella se siente más infeliz que ante una subida de impuestos, aunque el sueldo de su compañero no merme sus ingresos y la subida de impuestos si [5].

En la vida adulta uno de los grandes escollos para ser feliz es la manía de compararse con los demás, pues genera frustración e inseguridad.

¿Siempre quisimos ser felices?

Al parecer no, por lo menos la búsqueda obsesiva de la felicidad y la creencia de que es un mandato es un invento reciente.

La felicidad como producto es un invento del marketing norteamericano, no por nada fue un ejecutivo publicitario de EE. UU. el que inventó la carita sonriente; un ingeniero de sonido de ese país quien creó las risas enlatadas para la TV; y McDonald’s, quien creo la Happy Meal [8].

Y… ¿Qué nos hace felices?

En 1938 la Universidad de Harvard comenzó el “Estudio sobre el Desarrollo de Adultos” que contó con 268 individuos, a los cuales se ha seguido por más de 80 años para medir las variables que pueden explicar su felicidad -o infelicidad- entre otras cosas. Es una de las investigaciones más longevas de la historia, continua hasta hoy.

El psiquiatra Robert Waldinger -actual líder del estudio-, dice que los participantes que informaron tener vidas más felices fueron aquellos con 1) fuertes lazos familiares, 2) amistades cercanas y 3) vidas románticas ricas [10].

El primer director e investigador principal del estudio, George Vaillant, en su libro “Triumphs of Experience” resumió más aún: «La felicidad es amor. Punto final» [10].

Termino con la frase central de “El Viaje a la Felicidad” de Eduard Punset: «en la búsqueda, en la expectativa, radica la mayor parte de la felicidad. La felicidad está escondida en la sala de espera de la felicidad».

[1] World Happiness Report .

[2] “Pensar rápido, pensar despacio”. Daniel Kahneman.

[3] “Neuromarketing”. Roberto Álvarez Blanco.

[4] “Por qué somos como somos”. Eduard Punset.

[5] “El viaje a la felicidad”. Eduard Punset.

[6] “Homo Deus”. Noah Yuval Harari.

[7] “Outliers”. Michael Gladwell.

[8] “Small Data”. Martin Lindstrom.

[9] “Viaje al optimismo”. Eduard Punset.

[10] Harvard Adult Development Study

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