¿Cómo ser escritor y no quedarse en el intento? Leonardo Ledesma Watson, nacido en Matute y criado en el aliancismo, explica por qué este oficio es 1% de inspiración y 99% trabajo

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Una vez que la lectura empieza a convertirse en compañía diaria, llega la necesidad de darle forma a esa pulsión de crear. Aquí entran los talleres de escritura, las maestrías en creación literaria y los espacios donde puedes mostrar tus textos, recibir críticas honestas y escuchar otras miradas. No te convertirán en escritor de la noche a la mañana, pero te ayudarán a pulir tus borradores, descubrir tu tono y darle solidez a tu estilo.

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En una primera instancia, se aconseja escribir de lo que conoces, te inquieta o inspira. “Para mí, claro, es incluso algo fundamental comenzar a escribir sobre lo que uno tiene al frente, o sobre lo que uno más ha explorado. Porque es un terreno del que nadie te va a poder sacar, del que nadie te va a poder desestabilizar”, nos dice el periodista y escritor Leonardo Ledesma Watson.

Existen algunos ejercicios simples que nos pueden ayudar a soltar mano, darle rumbo a la creatividad y hacer de la escritura una actividad constante. Por ejemplo, describe un día de tu infancia, transforma tus recuerdos en cuentos, inventa diálogos para darle vida a un momento que sigue rondándote, o juega con finales alternativos para esa película que te marcó.

Cuando el relato tome forma, es momento de pensar en darle un camino para encontrar a sus lectores. Si quieres ir por la vía tradicional, investiga qué editoriales publican tu género, arma una presentación clara y no te desanimes por un primer “no”. Cada negativa es un paso hacia la puerta correcta. Si prefieres ir por tu cuenta, la autopublicación ofrece herramientas cada vez más prácticas para darle vida a tu obra y mantener el control absoluto del proyecto.

“Si tu texto de repente es una novela corta de ciencia ficción, o de terror, tienes que identificar qué editorial va más o menos con lo que estás proponiendo. Si es una cuestión mucho más urbana, mucho más aterrizada en la corriente del realismo, puedes contactarte con gente que haya publicado libros parecidos al tuyo, que te pueden ayudar como una primera guía”, comenta Ledesma.

Ser escritor no es una carrera de velocidad, sino un camino donde cada palabra escrita, cada texto leído y cada revisión te acercan un poco más a esa versión de la historia que quieres contar. “Hay gente que recomienda guardar el borrador algún tiempito, un par de meses, dejarlo reposar, dejarlo descansar, y luego darle una lectura tratando de separarte un poco, como si estuvieses leyendo a un extraño, tomando cierta distancia. Es ahí cuando te das cuenta que eso que escribiste merece ser publicado, o si queda decir con humildad que aún le faltan cosas”, sostiene el autor del libro de cuentos Barrio Laberinto.

Por último, ir a la Feria del Libro puede ser una experiencia que encienda esa chispa de creatividad que tanto necesitabas. Rodearse de historias, escuchar otros autores y perderse entre estantes y páginas es, quizás, la mejor manera de seguir alimentando nuestra curiosidad por la escritura. //

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