Diana Gonzales Obando


La lonchera perfecta no existe

Las redes sociales pueden influir en la búsqueda de la lonchera perfecta para los hijos, con detalles extra como dejar notitas con mensajes. ¿Son necesarios o generan mayor presión sobre las mamás? “El problema está cuando uno siente que lo hace como una carga”, nos dice Antonella Galli, psicóloga de la clínica Ricardo Palma. “Si una mamá es detallista y no se estresa, no hay problema, pero si lo hace por un tema de competencia o por dar una buena imagen, ahí nace un conflicto interno. Hay mamás detallistas y otras más prácticas, todas son diferentes”. Lo más importante es que la lonchera sea saludable generando siempre buenos hábitos alimenticios. Así como las loncheras perfectas no existen, las mamás tampoco lo son y deben quitarse ese peso.

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Confianza permanente comunicación

Algunas situaciones de ansiedad en los padres se pueden generar al no tener confianza en la educación que reciben sus hijos o por la falta de comunicación con las autoridades y profesores. Estar informados es importante en el momento adecuado y, por ello, se debe asistir a las charlas informativas, reuniones de padres, citas con el tutor cuando este lo requiera. Eso sí, los padres “deben respetar el espacio de los hijos y el profesionalismo de los profesores”, acota Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de Clínica Internacional.

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Si la preocupación es por las amistades de los hijos, Antonella Galli recomienda coordinar una reunión recreativa días antes “para retomar el vínculo que a veces se pierde en el verano”.

Organizarse con toda la familia es clave

Esta etapa del año es competencia de toda la familia. Todos los miembros deben involucrarse incluyendo a los más pequeños. La psicoterapeuta Liliana Tuñoque postula que la clave está en la organización de las tareas y preparar todo con anticipación: “No solo las loncheras, sino todo lo que corresponde a las clases como los uniformes, mochilas, planificar quién los va a llevar y recoger del colegio. La organización es lo más importante para evitar cualquier indicador de estrés. Deben coordinar juntos y delegar responsabilidades y tareas”. Recomienda, por ejemplo, que los más pequeños peguen con stickers una cuenta regresiva en el calendario.

Los papás también son parte del equipo

Los papás no son personajes al margen de la educación escolar de los hijos ni de las preparaciones ante el inminente regreso a los salones. Deben involucrarse al igual que las mamás, estar enterados de quiénes son los profesores, compañeros y no dejar que todo el peso recaiga sobre ellas. “La carga de los hijos es de ambos”, sostiene Tuñoque. “Ojo, hay mamás que son muy todistas y no permiten que los papás se involucren. En casa ambos deben tener responsabilidades. Si no hay papá en casa, se puede involucrar a una figura masculina como un abuelito o tío, depende del contexto. Esto es importante en ocasiones como el Día del Padre, pues la ausencia podría dañar a los niños”.

Cambiar las rutinas con anticipación

Dejar la rutina de las vacaciones como levantarse tarde suele ser duro tanto para los escolares como para los padres. En esa etapa de transición, deben ser pacientes y habituarse a los nuevos procesos. Pero, ¿cómo hacerlo?: “Una semana antes hay que irlos acostumbrando otra vez a dormir sus horas, porque en las vacaciones usualmente se quedan despiertos hasta más tarde o con las pantallas. Tienen que hacer ese cambio a las horas que tendrán durante el colegio para que no les choque el primer día”, sugiere Galli. Tener una buena higiene del sueño es tan importante para hijos como para los padres. Reducir y limitar el uso de pantallas, como celulares, tablets o juegos de video, es otro aspecto por considerar. También recomienda no saturar a los hijos con muchas actividades desde el inicio del colegio.


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