Desde que apareció por primera vez en la pantalla chica, hacia la década del sesenta, gracias a la sugerencia de su madre y su suegra (ambas grandes cocineras), nunca hubo marcha atrás. Los peruanos aprendimos junto a ella a armar el menú diario.
Desde que apareció por primera vez en la pantalla chica, hacia la década del sesenta, gracias a la sugerencia de su madre y su suegra (ambas grandes cocineras), nunca hubo marcha atrás. Los peruanos aprendimos junto a ella a armar el menú diario.
Nora Sugobono

¿Qué cocinaría hoy Teresa? Quizá una cremita de verduras, algún plato con quinua -ingrediente que usaba en sus programas, incluso cuando no era popular- o un rico puré. La mujer más transcendental en la historia de la gastronomía peruana supo darnos lecciones desde el comienzo, quizá sin haberlo planeado. Teresa Ocampo (Cusco, 1931) empezó su carrera dictando clases privadas para mujeres, en las décadas del cincuenta y sesenta. Fue maestra, pero jamás hubiese podido sospechar cuál sería su destino: terminaría enseñándole a cocinar a todo un país.

Contenido Sugerido

Contenido GEC