Lionel Messi. (Ilustración: Andrés Edery)
Lionel Messi. (Ilustración: Andrés Edery)

De niño, petisito y flaco, ya jugaba igual que en sus tardes de gloria en los estadios del mundo. Idéntica magia y el misterio de un imán con la pelota. ¿Por qué a los 10 años jugaba como jugaría después a los 20, 25 o 30? Porque es un genio y los genios nacen con el sello de su arte. Cada partido suyo es un paréntesis en la vulgaridad de la vida. Alguien habrá disfrutado viendo a Beethoven o a Picasso ejecutando su maestría. Nosotros tenemos a . Cuando diga adiós, se marchitará el césped de todos los estadios del planeta.

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