Mordovia Arena, el escenario del debut mundialista peruano.
Mordovia Arena, el escenario del debut mundialista peruano.

El charter de la selección llegó al aeropuerto de Saranks el jueves a la noche y sus integrantes se hospedaron en hotel Admiral situado apenas a 10 minutos en bus del Mordovia Arena, el escenario del debut mundialista peruano. La seguridad que se ha establecido es de una enorme rigurosidad y se impide el acceso al hotel a hinchas y periodistas. Ese rigor en el control obedece no solamente a las reglas FIFA que se ponen en práctica en los mundiales sino también a que el gobierno ruso ha establecido estrictas normas de seguridad no solamente para las delegaciones mundialistas sino para todos los que participan en el evento. Es un control tan riguroso que llega a ser sofocante pero guarda relación con uno de los objetivo: la previsión de atentados y que no exista ningún incidente que afecte la tranquilidad del evento. Este nivel de seguridad le viene muy bien al estilo impuesto por el técnico Ricardo Gareca: aislamiento para concentrarse a pleno en el trabajo y nada más que en el trabajo. 

El charter de la selección llegó al aeropuerto de Saranks el jueves a la noche y sus integrantes se hospedaron en hotel Admiral situado apenas a 10 minutos en bus del Mordovia Arena.
El charter de la selección llegó al aeropuerto de Saranks el jueves a la noche y sus integrantes se hospedaron en hotel Admiral situado apenas a 10 minutos en bus del Mordovia Arena.

En este sentido, la organización que tiene la selección es impecable. Los horarios se cumplen con naturalidad como si cada detalle ya estuviese incorporado en el quehacer de todos aquellos que trabajan. Los entrenamientos cumplen con el protocolo FIFA de permitir el acceso a la prensa en los primeros quince minutos de la práctica que son los momentos del calentamiento. Después se retiran todos y empieza el trabajo en estricto privado. Tras la práctica de esta mañana que se inició a las diez y concluyó al mediodía, los jugadores retornaron al hotel para almorzar y descansar. Después de una breve siesta vino la charla técnica para reafirmar conceptos que ya están internalizados en un equipo que, desde el repechaje con Nueva Zelanda, empezó a trabajar en base a un sistema y no en función de individualidades. Y ese concepto de equipo es el que primará en la alineación que salga mañana al césped del Mordovia Arena, un estadio que merece párrafo aparte. 

Es un estadio de una belleza singular. Por fuera semeja una nave espacial de color naranja que se ha estacionado en la ciudad. Hacia el final de la tarde, su color se mezcla con el sol del atardecer y deja una postal realmente hermosa. En la sala de prensa de este estadio, en la mañana de hoy se desarrolló la conferencia que Ricardo Gareca brindó a los medios que dan cobertura a la selección nacional. Un punto resaltante es que no solo congregó a los medios peruanos y daneses, como era de esperar, sino a diversos medios internacionales de envergadura. El enviado del The New York Times generó sonrisas cuando le preguntó al técnico qué le parecía que la Plaza Roja se haya convertido en un símil de la Plaza Mayor limeña por la cantidad de hinchas peruanos congregados. La respuesta de Gareca fue propia de un refinado diplomático al invitar a todos a compartir la alegría peruana. Luego, al responder a un periodista danés que le consultó si el Orejas Flores le había dado información sobre el fútbol danés en el cual milita, el técnico dejó muy en claro cuál es el estilo de trabajo que lidera, pues, señaló que el nivel de información con que cuenta sobre el seleccionado danés no se limita a la versión de un jugador sino que es mucho mayor a tal punto que "usted no puede imaginar el nivel de información con que contamos". La respuesta tiene una consistencia: Gareca y los hombres que trabajan con él, han analizado desde hace semanas cada uno de los detalles del seleccionado de Dinamarca con un alto nivel de meticulosidad. 

Pero el detalle de fondo de la conferencia de prensa tiene que ver con un tema sobre el que vale detenerse. La gran mayoría señala que Ricardo Gareca "no dice nada en las conferencias de prensa". Es la opinión de quienes pretenden que un hombre sensato y razonable dispare frases para generar titulares. Ese estilo es ajeno a un profesional que hace de la sobriedad un culto. A Gareca hay que saber leerle la entrelinea, hay que tratar de descifrar los sutiles mensajes que envía. Esta mañana ocurrió uno muy decidor: llevó a la conferencia de prensa a Alberto Rodriguez. Si entendernos que Gareca privilegia al equipo y no a los nombres, que sus decisiones se basan en lo que exige el rival y no las aspiraciones individuales y si entendemos que para el conductor de la selección peruana siempre estará en primer lugar el análisis de cómo enfrentar los partidos, la presencia de Rodríguez tiene un anuncio que tal vez mañana sorprenda a muchos, acaso a demasiados: es muy probable que el capitán ante Dinamarca sea el Mudo y eso significa que Paolo Guerrero vaya al banco de suplentes. Esta decisión va a sorprender a todos aquellos que piensan como fanáticos de tribuna pero Gareca está por encima de cualquier presión y para élcuenta el estudio que realiza rival por rival y va definiendo sus alineaciones en función de aquello que considera fundamental para el buen desempeño del equipo. 

El partido contra Dinamarca exige un juego asociado para abrir las dos líneas de cuatro que pondrán los daneses y la única manera es lograr generar espacios y pases filtrados que se obtienen con posesión del balón y con el juego a un toque. En cambio, la presencia de Guerrero exige los pelotazos de cuarenta o sesenta metros que obligan a dividir el balón y, además, no existirá espacio para ese estilo de juego. 

A muchos podrá parecerles inaudito pero no se sorprendan si mañana Paolo Guerrero va al banco y Farfán se ubica de nueve. Si así ocurre habrá que entender que se trata de una decisión producto de una coherencia indiscutible: Gareca es inmune a los factores externos, es ajeno a las subjetividades. Su personalidad es la de un hombre que piensa en un objetivo, que trabaja para ese objetivo y lo hace formando un equipo y no fijándose en individualidades. Si así ocurre los peruanos deben entender que en Rusia 2018 nos representa un seleccionado en el cual Guerrero es una pieza, importante, pero no imprescindible.

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