MDN
Perú perdió ante Costa Rica, en el amistoso por la fecha FIFA jugado en Arequipa.
Miguel Rocca

Seamos sinceros. Si a ustedes les dieran la posibilidad de elegir para la un año en el que alarguemos nuestro invicto por más de año y medio, juguemos contra las dos selecciones que jugaron la final del mundo (Croacia y Francia), compitamos en ese torneo, que nuestro capitán reaparezca y anote un gol, que juguemos amistosos contra potencias como Alemania y Holanda, que nos convirtamos en la mejor hinchada del mundo, que Gareca se quede 4 años más en la selección y que goleemos a nuestro clásico rival y vigente campeón de América, ¿lo firmarían o no?

Más allá de que duele y molesta la forma en la que la selección peruana culmina el 2018 (0-2 contra Ecuador y 2-3 contra Costa Rica), creemos que es más lo ganado que lo perdido en este año que se va. Que hay cosas por mejorar, sí, definitivamente, pero, y vuelvo al breve repaso inicial, ¿acaso no nos pasaron cosas muy buenas en este 2018?

Pasó mucho en el 2018. Jugamos en marzo contra Croacia e Islandia y vencimos en ambos partidos. Jugamos previo al Mundial 3 amistosos más y mantuvimos nuestro invicto, ganándole a Escocia, goleando a Arabia Saudita y empatando con Suecia.

En el Mundial la historia fue otra, dos partidos perdidos y ya teníamos el boleto de regreso comprado. Dinamarca y Francia nos derrotaron, y aunque queda la sensación de que los daneses no fueron más que Perú, ya está. Eso es el Mundial. Una victoria en la última fecha ante Australia le dio una alegría a los más de 50 mil peruanos que se desplazaron hasta Rusia, y de paso, a nuestro capitán Paolo Guerrero, que tras una larga disputa judicial, logró participar en el certamen, anotando el 2-0 final.

Nos convertimos también en este 2018 en la mejor hinchada del mundo. No porque lo digamos nosotros, sino porque la FIFA, en su premiación "The Best", le otorgó a los fans peruanos el premio a la mejor hinchada. Todo esto, claro está, por los miles de peruanos que recorrieron Rusia. En Moscú, Saransk, Ekaterimburgo y Sochi, fuimos locales. Y por mucho. También fuimos locales cuando jugamos en Austria y en Suecia, o acaso ese puñado de peruanos, que alentaban sin parar en las calles y estadios, ¿no nos hicieron sentir como en casa? También hubo peruanos en Alemania, en Holanda y en Estados Unidos. El cierre del año nos tuvo en Perú, con Lima y Arequipa como sedes de los últimos partidos de la selección.

Duelos de primer nivel en todo el año: Alemania, Francia, Croacia, Holanda, Ecuador, Islandia, etc. Una goleada por 3-0 a Chile que ha dejado varios sinsabores en el vecino país. Seguimos creciendo, pero sobre todo, seguimos compitiendo, no nos pasan por encima. Y, aunque hay muchas cosas por mejorar (dejo una: la defensa), pareciera que estamos en el camino correcto.

¿El 2019 puede ser mejor?
Debería. Hay muchos ingredientes para pensar que el próximo año puede ser mejor. Amistosos en marzo y luego la Copa América en Brasil, una competencia que permitirá ver una mejor versión de la selección peruana frente a sus rivales en el continente. Un examen de otro rigor y al que Perú puede ir con al ambición necesaria -no sé si de ganarla- pero sí de superar lo hecho en las tres últimas Copas América.

Para la segunda mitad del año el inicio de las eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Pareciera que falta mucho, pero está a la vuelta de la esquina. El argumento principal tiene que ver con el tiempo: 4 años de rodaje, el mismo comando técnico, una selección que se recita, una Sub 20 que ilusiona. A partir de ellos -no borrándolo- construir un equipo que juegue y pelee. Confiemos, lo mejor puede que esté por llegar. El equipo de todos, sigue siendo de todos.//

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