Antonio Zegarra estudió medicina, pero finalmente se dedicó a las artes gráficas. (Foto: Karen Zarate)
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Jorge Chávez Noriega

Antes de dedicarse a las artes gráficas, el destino de Antonio Zegarra parecía estar trazado por la medicina estética. Su padre, el cirujano plástico Walter Zegarra, veía en él la continuidad de una tradición familiar, en la que varios de sus miembros ejercen esa especialidad médica.

Siendo un niño aprendió el proceso al que se somete una persona que va a pasar por el quirófano. De esa época, lo que Antonio más recuerda son las caras de los pacientes. Cada surco o cicatriz de sus rostros le generaba distintas sensaciones. Detrás de cada marca, siempre había una historia. Y él se imaginaba redibujando esas historias, como lo hacía su papá.

Cuando terminó el colegio viajó a México a estudiar medicina en la Universidad Autónoma de Guadalajara. Terminó la carrera, pero todo cambió cuando regresó al Perú para hacer sus prácticas en el Hospital 2 de Mayo. Era el año 1993 y el país vivía una de sus épocas más convulsionadas. Las medicinas escaseaban. Los enfermos no tenían camas. “Todo eso que vi me deprimió. Tenía 21 años y me sentía asfixiado, sin salida. Ya no quería estar más ahí”, recuerda.

En contra de los planes de sus padres, Antonio dejó su trabajo y se distanció de ellos por un año. En ese trance, sin saber bien qué hacer, empezó a estudiar diseño gráfico en el Instituto ‘Toulouse Lautrec’. Luego obtuvo un máster en Web & Multimedia y fue director de arte en la agencia Classis Crop.

El 2006 presentó su primera muestra individual, ‘ImaginArte’, donde comenzó a emplear la técnica de vectorización de imágenes en alta resolución, que le permite darle a sus creaciones un acabado similar al de cualquier pintura.

VIVOS RETRATOS

Con el tiempo, Antonio Zegarra plasmó en su trabajo artístico el interés que desde chico había desarrollado por los rostros. Para diferenciarse de algunos de sus colegas del medio, que en su mayoría apostaban por personajes locales, él decidió en un principio retratar a artistas del extranjero, como Freddie Mercury o Liz Taylor.

Tras varias exposiciones individuales y colectivas, Antonio sentía que le faltaba hacer algo relacionado con el Perú. Por eso, cuando lo convocaron para la Expodeco 2019, tuvo la idea de representar a personalidades de la música, la cultura y la literatura de nuestro país. Así nació la exhibición ‘Arte Interactivo’ en la que Mario Vargas Llosa, Eva Ayllón, César Vallejo, Susy Díaz, Miguelito Barraza, Yma Sumac, Fernando de Szyszlo, entre otros, son retratados en lienzos impresos de 1.10 x 1.10 metros.

“Yo no elijo a los personajes al azar. Lo hago porque me comunican algo. Susy Díaz, por ejemplo, me encanta por su autenticidad”, explica el artista. La instalación, además, cuenta con la imagen de un personaje reconocido, donde el público asistente puede jugar con este elemento que mide 2 x 2 metros, a modo de rompecabezas, con el propósito de descubrir su identidad.

El próximo mes de julio Antonio viajará a Cerdeña, en Italia, a exponer lo mejor de su obra. “Muchos pensaban que en mi trabajo solo presionaba un botón en la computadora y no es así. He sido constante, he llorado, he sufrido. Pero todo por lo que pasé ha valido la pena”, finaliza. //

Más información: La Expodeco 2019 va hasta el 19 de mayo en el C.C. Corporación E. Wong (Av. Raúl Ferrero 229, La Molina).

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