Han pasado 45 años desde que nació la británica Louise Brown, en 1978. Fue la primera bebe probeta o concebida por fecundación ‘in vitro’ (FIV) en el mundo. La noticia de su nacimiento acaparó las portadas de la prensa y la opinión pública se dividió. “¿Están jugando a ser Dios?”, se preguntaban en aquellos años. Hoy, el universo de la fertilidad es cada vez más amplio y diverso. Cada día el tabú que lo rodea se va diluyendo y las dificultades para concebir son un tema de conversación más frecuente. Las redes sociales ayudan mucho en la normalización de esta información.
“Hay dos cosas que se están haciendo y que tienen que ver con reproducción: tratamientos de fertilidad o tratamientos de reproducción asistida (como es el nombre técnico) y tiene que ver con la mujer y el hombre. Y, lo que está creciendo cada vez más, la preservación de la fertilidad, que tiene que ver —en la mayoría de casos— solamente con la mujer”, indica el Dr. Luis Ernesto Escudero, especialista en fertilidad de la clínica Inmater. ¿Cuáles son las tendencias y avances? Sin duda, congelar los óvulos (criopreservarlos) es la opción con más demanda en mujeres que promedian los 35 años y no tienen planeado tener hijos en un futuro cercano.
Según cifras de la clínica Miraflores, una de las más antiguas en el rubro, en 2022 la congelación de óvulos en este local aumentó en un 130% en referencia a 2015. Muchas de estas mujeres son solteras a la espera de una pareja, están cursando una maestría, viajando o, simplemente, quieren sentirse seguras antes de ser madres. Una ventaja es que no tiene tiempo de caducidad, los óvulos pueden estar 10, 20, 30 años a -196°, sin alterarse. “La fertilidad en la mujer tiene que ver con el óvulo. Está ahí, listo para ser usado desde que nació. Una mujer de 39 años está usando óvulos de hace 39 años, obviamente, no funcionan igual”, comenta el Dr. Escudero. Lo mejor es congelarlos cuando los óvulos son jóvenes, idealmente entre los 25 y 30 años”.
Años atrás, al descongelarse los óvulos se ‘rompían’, pero ahora eso no sucede. Eso sí, si bien resisten varios años, siempre se debe tener en cuenta la edad del útero al momento de la implantación. Otro tratamiento cuya demanda va en aumento en parejas constituidas —también de unos 35 años de edad cada uno— es congelar embriones. A diferencia de congelar óvulos donde solo interviene la mujer, en este caso se requiere la autorización de la pareja. “Cuando quieran tener hijos, los descongelan, se lo ponen a la mujer y de esa manera no se sienten presionados”, agrega el Dr. Escudero. La tecnología ha avanzado tanto que es posible identificar al mejor embrión antes de implantarlo con una biopsia (toman un poco de tejido) realizada en unas incubadoras (Embryoscope) que permiten evaluar al embrión sin sacarlo de ese espacio. También, según nos cuenta Ernesto Escudero de Inmater, se está realizando otro tipo de análisis actualmente. “El estudio del embrión sin tocarlo, solamente revisando el líquido donde creció y libera sustancias. Es un estudio genético no invasivo que es útil para elegir al mejor embrión”, sostiene.
Como en otros ámbitos, la inteligencia artificial (IA) también viene explorando posibilidades en el campo de la fertilidad. “Un software llamado Violet permite conocer la calidad de los óvulos y tener un pronóstico de estos para un futuro embrión”, dice el Dr. Augusto Ascenzo Aparicio, ginecólogo y experto en fertilidad de la clínica Miraflores. De esta manera, se mejoran los ciclos de criopreservación de los óvulos. Además, se está viendo que la IA permita determinar cuál de los embriones es mejor y tener una mayor probabilidad de embarazo. Estudiarlos después del ‘in vitro’ y antes de implantarlos, puede evitar posibles pérdidas.
Familia de a cuatro
Muchas mujeres postergan su maternidad por diversos motivos, lo tienen todo planificado, pero cuando se sienten preparadas para embarazarse, encuentran un problema inesperado. Eso lo sabe bien la conductora María Paz Gonzales-Vigil, modelo y ‘youtuber’ del canal Pazita. Tres años después de su primer hijo, decidió junto a su esposo, el conductor de televisión Jesús Alzamora, ir por el segundo. Su sueño era una familia de cuatro: “Tenía 35 años y, quieras o no, las mujeres sí tenemos el reloj en contra”, nos dice. Pasó el tiempo y no tenían resultados de la forma natural. Trataron con inseminación en cuatro oportunidades: “Te empiezas a cuestionar, soy yo, es él, aparece el estrés, dudas de tu propio cuerpo. Moría de miedo”.
Por recomendación de una amiga, acudió a un especialista en fertilidad. “Tenía una gran cantidad de óvulos, pero no calidad, además del síndrome de ovario poliquístico que evitaba que quede embarazada”. Entonces, se preparó para la fecundación ‘in vitro’. Después de un tratamiento hormonal, que dura alrededor de 15 días, inyecciones intramusculares, otras inyecciones en la barriga, y vitaminas llegó el momento de aspirar los óvulos. “Me aspiraron unos 25, se fecundaron 16, pero sobrevivieron 2. Cuando me dieron el resultado, me asusté bastante porque era poco”. Uno de ellos fue implantado en María Paz. Tiene como nombre Lorenzo y el día de esta entrevista cumplió su primer añito. “Cuando hice la prueba y vi la palabra ‘embarazada’, mi corazón se salía de mi cuerpo de tanta felicidad”, nos dice.
Otro es el caso de la actriz Karina Jordán, una de las protagonistas de “Soltera codiciada”. Desde hace dos años, vive en Alemania solo con su esposo, el también actor Diego Carlos Seyfarth. Ella reflexionó mucho sobre la maternidad antes de empezar el tratamiento. Llevar un embarazo sin una red de cuidado, en país ajeno, le preocupaba. Sin embargo, sentirse atravesada por el mandato social de ser mamá y, a sus 38 años, con el reloj biológico haciéndole tic tac al oído, decidió informarse.
“Mucha gente posterga el matrimonio y la maternidad para más adelante. Yo estoy a favor de eso porque los tiempos han cambiado y, obviamente, las metas y necesidades son distintas a las de antes”, dice. En Lima, la pareja realizó los exámenes de fertilidad y todo caminaba bien. “Nosotros hicimos un tratamiento de criopreservación para el congelamiento de embriones. Nuestro primer intento no ha funcionado”, cuenta. Karina continuará probando. Sabe que cualquier cosa puede pasar: “Solo estás congelando probabilidades”, nos dice. Aconseja con énfasis informarse mucho y llevar acompañamiento psicológico y nutricional. “Es un bombardeo hormonal, un proceso intenso donde las mujeres ponemos cuerpo y mente”.
El nacimiento de los ‘snowbabies’
En este recorrido de posibilidades, hay un sinnúmero de casos y opciones para lograr el anhelado embarazo. Por ejemplo, al ser congelados los embriones quedan detenidos en el tiempo como si fuera el primer día. Los blastocistos (embriones de 5 o 6 días) ingresarán a tanques de nitrógeno, pasen los años que pasen. Al nacer, serán conocidos como los ‘snowbabies’ o bebes de nieve. Y no es ciencia ficción. El año pasado nacieron unos gemelos cuyos embriones fueron congelados hace 30 años. También, hay parejas que congelan embriones, pero quedan embarazados de manera natural y, después, se implanta el embrión guardado. Este sería el hijo menor a pesar de haber sido gestado primero.
¿Las parejas lésbicas pueden acceder al tratamiento? Claro que sí, basta con acudir a un banco de esperma. Se aconseja que lleve el embarazo la mujer más joven para garantizar un proceso viable hasta el final. El Dr. Ascenso señala que también usan el esperma del hermano en la pareja o una de ellas da el óvulo y el embrión se introduce en la otra, como para compartir el embarazo. Esto se llama el método ROPA. Aunque hay mucha información, todavía hay temores y mitos alrededor de los tratamientos de fertilización asistida. Se piensa que la estimulación ovárica puede producir cáncer porque usa hormonas o es dolorosa, por ejemplo. Los especialistas insisten en acudir al consultorio para despejar toda duda, asesorarse psicológica y hasta legalmente en todo este proceso que puede ser largo y desgastante. Los resultados, no obstante, siempre valdrán la pena. Y, en algunos casos, también el gasto. //
Acompañamiento 360
Por Héctor Lazo, psicólogo de SANNA Clínica Sanborja y El Golf
El proceso de reproducción asistida conlleva importantes alteraciones emocionales. Estrés y miedo ante la espera; y, claro está, a la incertidumbre hay que sumarle la sensación de derrota cuando las cosas no van bien. Todo esto, genera un caldo de cultivo de desgaste físico y emocional y, por supuesto (si el resultado no es favorable), la gestión de la sensación de fracaso, de la meta no cumplida, o del duelo ante las pérdidas perinatales que pueden acontecer.
El principal consejo para afrontar psicológicamente este tipo de procesos es informarse adecuadamente. Es crucial obtener el panorama completo, hasta los posibles resultados y efectos secundarios. Esto ayudará a ambas partes a sentirse más preparados y reducir considerablemente la incertidumbre. Otro pilar importante es no temer el buscar apoyo emocional. No solo en familiares o amigos de confianza, sino también en un psicólogo que te pueda sostener durante el proceso. Ante la opción de reproducción asistida, la pareja también debe procurar mantener una comunicación abierta: hablar honestamente sobre las emociones, expectativas y preocupaciones que podrían estar sintiendo. Trabajar en equipo fortalecerá sus lazos sea cual fuere el resultado. Finalmente, y esto es algo que ocurre en muchos aspectos de la vida, es importante ser conscientes y controlar la comparación constante, cualidad propia del ser humano. Recuerde, cada proceso de reproducción asistida es único e incomparable. //
Panorama legal
Alex Plácido, docente de la carrera de Derecho de la UPC
Mucho se ha hablado sobre el derecho a la fecundación asistida en todo el mundo y de la lucha que compromete a cientos de personas por conseguir la meta de ser padres. En esta línea, es importante considerar que en el Perú, desde el plano legal, no existe ninguna legislación ‘ad hoc’ que regule en su totalidad las técnicas de reproducción humana asistida (Teras). La única mención a ello se encuentra en el artículo 7 de la Ley 26842, Ley General de Salud.
De esta disposición legal, se desprende que el derecho de toda persona a procrear mediante el uso de las Teras se justifica en la ley como tratamiento de la infertilidad. Debe haber un requerimiento del consentimiento previo y por escrito de los padres biológicos, que sugiere la permisión de la donación de esperma y, por tanto, la fecundación con material genético masculino. Por último, y no menos importante, cabe señalar que está prohibida la fecundación de óvulos humanos con fines distintos a la procreación, así como la clonación de seres humanos. //
Más datos
- 3.715 dólares cuesta en la clínica Miraflores un procedimiento ‘in vitro’ incluyendo honorarios, sin exámenes auxiliares que pueda solicitar el médico ni medicinas. Las ampollas para el procedimiento de estimulación ovárica suelen costar entre 4 mil y 5 mil soles, según cada paciente.
- Congelación de óvulos. La aspiración de óvulos —tratamiento que permite su congelación— cuesta S/2.732 incluyendo honorarios médicos, en la clínica Miraflores. Luego, se debe pagar una tarifa mensual para conservarlos en nitrógeno líquido.
- 2.500 es el número aproximado de fecundaciones ‘in vitro’ que los peruanos realizan anualmente, número que ha ido creciendo considerablemente año tras año.
- Maternidad de Lima. El Instituto Nacional Materno Perinatal ofrece tratamientos de reproducción asistida de alta y baja complejidad a pacientes de pocos recursos desde 2014. Es el único hospital nacional que lo realiza.
- Tratamientos. En la Maternidad de Lima, los más populares son inseminación intrauterina, FIV e ICSI. Según sus protocolos, las pacientes deben ser casadas o convivientes. Realizan espermatogramas.
Personalidades internacional y ‘celebrities’ han usado tratamientos de reproducción asistida para cumplir el sueño de ser madres y padres. La actriz de “Friends” Courtney Cox intentó en varias oportunidades quedar embarazada, hasta que realizó la fertilización ‘in vitro’ a los 40 años y por fin lo logró. Michelle Obama, Tyra Banks, Amy Schumer, Celine Dion siguieron el mismo camino y lograron felices resultados. Mariah Carey se sometió a una ovodonación.
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