Eloy Jáuregui ha publicado más de 25 libros. El último que preparaba era uno de crónicas sobre la pandemia. (Foto: Jesús Raymundo, cedida por Eloy Jáuregui).
Eloy Jáuregui ha publicado más de 25 libros. El último que preparaba era uno de crónicas sobre la pandemia. (Foto: Jesús Raymundo, cedida por Eloy Jáuregui).
Oscar García

Surquillano. Hijo de libreros cultos del jirón Azángaro y de la bohemia de su tiempo. Lingüista y periodista. Ciudadano ilustre del Bar Queirolo. Amigo. Poeta que le tomó el pulso al barrio con los indispensables “Hora Zero”, y que hasta llegó a asaltar un banco para la romántica empresa de financiar los proyectos literarios de sus colegas. Docente. La vida de (Lima, 1953) ha sido siempre como un carrusel, una aventura llena de vitalidad, animada a ritmo de bolero y de valses, que hoy día lamentablemente peligra. Quiso atrapar al, desarmarlo bajo la forma de un libro de investigación, pero el virus lo atrapó a él antes.

¿Cuándo fue que te enfermaste?

Tengo dieciséis días enfermo. Se puede decir que he pasado un pico, pero nunca se sabe. Yo me siento mal. Mi pulmón está hecho puré. Me han hecho una prueba esta semana y ha salido que está destrozado. Entra oxígeno pero no pasa a la sangre.

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Has contado que te contagiaste mientras investigabas para tu nuevo libro.

Sí. Es un libro de crónicas sobre el tema. Para trabajarlo, estuve yendo a las zonas de Ticlio Chico, de “Pasamayito”, al Hospital 2 de mayo y al Loayza. La idea del libro es que sea, si lo acabo, una polifonía de voces que abarquen a médicos, enfermos, personal auxiliar, policías, todos los involucrado en este tema.

¿Qué fue lo más grave que viste durante tu investigación?

La miseria humana. En las salas de COVID-19 estaba con enfermos terminales, entubados, boca abajo, desnudos. Lo más desgarrador fue ver a gente morir en los pasillos. Ver cómo te miran sin hablar, pidiendo oxígeno con gestos, con la mirada. Los gritos de los pacientes te mueven, pero te mueven más los gritos de los médicos. Cómo piden mascarillas, balones de oxígeno. Eso no te lo esperas.

MIRA: Eloy Jáuregui rememora su paso por el movimiento poético de los setenta Hora Zero.

¿Cómo se lidiaba con esa impotencia al llegar a casa?

Llegaba destrozado. Solo quería dormir pero no podía, porque tengo el método de pasar a la computadora todo el trabajo del día. Me ordena. Entonces dormía una hora y de ahí a trabajar.

Tulio Mora, Eloy Jáuregui y Jorge Pimenel, integrantes del movimiento Hora Zero. (Crédito: archivo Hora Zero).
Tulio Mora, Eloy Jáuregui y Jorge Pimenel, integrantes del movimiento Hora Zero. (Crédito: archivo Hora Zero).

Cuéntame de tu primer síntoma

La mañana del 16 de mayo amanecí con un fastidio en la garganta. No podía pasar la saliva. De ahí vino la fiebre. Una mañana se me cerró el pecho. Salí a la ventana a pedir ayuda y no me salía la voz. Ahí sentí la muerte. Me desmayé. Luego me dolía hasta el pelo. El médico dice que fue una crisis y que no se explica cómo me salvé.

¿Qué cosa crees que pasó?

Creo que me salvó Dios. Soy muy creyente. Devoto del Señor de los Milagros. Pertenezco a la cuadrilla 22 de cargadores.

Desde la perspectiva del que cree en Dios, ¿cómo se explica esta pandemia?

Son ciclos que tiene la humanidad, en los que Dios manda limpiar un poco la cosa, ¿no? El planeta. Hay mucha desobediencia hoy, se han perdido valores como la misericordia, el ser respetuoso. En mi niñez eso era lo más importante. Hoy todo es yo, yo, yo. Eso hace que seamos una sociedad violenta. Todo el mundo se achora, y eso no me han enseñado de niño.

Parte de la prolífica producción de Eloy Jauregui como escritor y cronista.
Parte de la prolífica producción de Eloy Jauregui como escritor y cronista.

¿Qué tan asustado estás ahora mismo?

Ya lo he contado. Estoy esperando mi muerte. El miedo es normal. La asfixia es normal. El dolor sí es anormal. Creo que el dolor tiene un tipo de valor en el cuerpo. Es una inflamación de los sentidos. No es una cosa física, es un estado espiritual, y la muerte es eso: el dolor de dejar de ser lo que eres. La vida es un instante entre dos inmensidades. Cuando te mueres ingresas a otra inmensidad. En cualquier momento me voy a pasar a ese lugar.

¿Qué anhelas en estos días?

Anhelo cosas que de repente ya no voy a poder hacer, como ir al Bar Queirolo, que es el lugar más cercano al cielo que conozco. En sus paredes están ahora mis textos. Lo conocí de niño cuando mi padre, que era un librero de viejo, me llevaba a almorzar. Yo me pedía una Coca Cola y una butifarra y él comida criolla y un “Capitán” que es pisco con vermouth. Si me dijeran en dónde quisieras nacer, yo diría “quiero nacer en Lima, entre Camaná y Quilca, en la mesa cinco del Queirolo. Mi mesa”. //

(...)

MIRA LA ENTREVISTA COMPLETA ESTE SABADO EN SOMOS.

Eloy Jáuregui necesita ayuda en estos días para poder costear las medicinas de su tratamiento. Puedenapoyarlo en la cuenta de ahorros soles Scotiabank a nombre de Leoncio Eloy Jáuregui Coronado, DNI 07224437, cuenta número 039-7075854 / Código Interbancario número 009-034 200397075854 08. Desde el extranjero pueden depositar en el Scotiabank, Cuenta Swift: BSUDPEPL Ahorro soles 039-7075854. Dirección del Banco; Av. Dionisio Derteano 102, San Isidro, Lima-Perú.

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