Durante mi niñez y adolescencia, al parecer, mis compañeros de clases estaban conscientes de mi sexualidad incluso antes de que yo la asumiera plenamente, y, aunque hoy esté convencido de que la orientación sexual de una persona no es un absoluto problema, las circunstancia que viví durante esa época me empujaron a pensar todo lo contrario.
[...] Mientras mis compañeros se burlaban de mí por mi tono de voz fina y más similar al de las niñas, el profesor no tuvo mejor idea que pararme frente a todos a repetir la frase “compañeros, yo soy bien varón”, lo cual, insistiendo en fragilidad de mi voz y sumado a la vergüenza del momento solo desencadenaría más burlas.
Ese es un fragmento del desgarrador testimonio del ecuatoriano Andrés Ricaurte, quien, desde sus propias vivencias, analiza los retos que afrontan la comunidad LGTBI en la región. Va también más allá: cómo los medios de comunicación, en especial la televisión, promueven una imagen estereotipada de este grupo, lo que fortalece la violencia que se ejerce contra ellas. No es el único, a él se suman doce voces que reflexionan y argumentan la defensa de los derechos de esa comunidad en Perú y América Latina en Libertad y Prejuicio (2021), editado por Yesenia Alvarez y Diego Ato, del Instituto Político para la Libertad (IPL Perú). Un libro más que necesario para un país que representa una “amenaza moderada” (según el informe del Monitor Periódico de Inteligencia de Riesgo y Seguridad en 2019) para esta comunidad; en el que el ejecutivo no tiene al enfoque de género como “prioridad” y con un primer ministro con deplorables mensajes misóginos y homofóbicos.
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El 2020, como bien refieren los autores, fue un año de mucha incertidumbre y limitación de libertades. Se convirtió también en un momento donde finalmente encararon este libro, que venían pensando desde poco antes de la pandemia. “Como instituto veníamos tratando de empoderar a los activistas para que tengan mayores argumentos para sus defensas. Intentamos sacar del parlamento la discusión de la unión civil, matrimonio y llevarla a través del tribunal. Nos faltaron firmas. Eso nos llevó un poco a ponerlo en escrito. Teníamos hablar y discutir más. Invitamos a los autores, les dimos libertad [para escribir] y tratamos de encontrar un hilo conductor que vaya desarrollando un poco a partir de un tema que realmente la gente conoce muy poco”, cuenta Yesenia.
El libro tiene un arranque desgarrador y también evidencia cuánto daño hacen los prejuicios, la desinformación…
El primer ensayo testimonial trata de explicar la violencia que ese mismo autor ha sufrido y que sufren muchas personas. Luego viene mi ensayo, conectando con ese primer testimonio, de que se ha construido esta negación de la diversidad sexual. No se está permitiendo crecer a los adolescentes, a las personas, como deberían crecer en reconocimiento. Estamos siendo causantes de una sociedad homofóbica que no permite a los ciudadanos desarrollarse plenamente. Y termina con una epístola de una conversación precisamente de derribar los prejuicios […] Diferenciamos ahí políticos líderes, que son personas que están organizadas para desinformar y por otro lado, las personas que son producto de las lecciones de una sociedad homofóbica, que les han dicho que la diversidad sexual es una enfermedad, que es pecado. Todos esos grupos que defienden estas ideas antiliberales, antiderechos, son realmente los principales antifamilia porque se encargan de separarla y les enseñan a rechazar a sus familiares que son diversos. Hemos querido desenredar un poco para explicarlo más a la sociedad. Es demasiado lo que se ha construido en cuanto a mitos sobre la diversidad sexual y sus derechos, pero la tarea que hay que hacer es educar para entender la libertad. Por eso hago el libro.
Educación que parte con el enfoque de género, que ha recibido el respaldo del Tribunal Constitucional para que se incluya en el currículo escolar
Eso que se ha dado de forma política -que pueda estar dentro del currículo- también debe hablarse en la ciudadanía. Sabemos que hay otras organizaciones que están trabajando en eso. La idea es invitar a conversar más de estos temas. A convencer a líderes políticos que están obstinados en negar derechos a que puedan dar una oportunidad para hablar. No es solo de la izquierda o de la derecha: para poder llegar a un consenso en los partidos, la derecha necesita construir y la izquierda también (que ha hecho un buen trabajo por años). Lo mismo que le pasa a la izquierda radical, le pasa a la derecha radical. En medida que nos alejemos de esos extremos y hay que hablarlo con los políticos. Entramos a un escenario bien difícil y no debe dejarse de lado los derechos LGTBI. He escuchado este famoso mito: hay cosas más importantes. Eso es manipulación. La violencia generada a raíz de la homofobia, la transfobia, bifobia, puede recaer incluso en personas que no lo son [dos hermanos en Brasil salieron abrazados, los confundieron como pareja, los golpearon y uno de ellos falleció], pero el prejuicio puede más.
¿Cómo ven el panorama de la defensa de los derechos LGTBIQ+ en estos cinco años?
Es bastante crítico. Hay que diferenciar el Ejecutivo del Parlamento. Con él [Castillo] es mucho más difícil de avanzar porque quienes se aliaron con él, no lograron conseguir algo en relación con los derechos. En cuanto al congreso, podría tenerse una mejor esperanza, pese a que es conservador. Hay parlamentarios que podrían ayudar a promover estos derechos. Ahora, el parlamento, así sea conservador, tiene que escuchar. Ellos pueden tener sus creencias religiosas, pero cuando están ahí [en el congreso], están decidiendo los proyectos de vida de mayorías y minorías. La democracia se entiende en respetar a las minorías. Ahí veo una oportunidad de conversar y legislar para todos.
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En un momento bastante polarizado donde los políticos electos son conservadores, el discurso de “hay cosas más importantes” ha cobrado más fuerza, ¿qué hacer para que conozcan lo que pasa la comunidad y tener un debate más respetuoso?
Traten de aproximarse de qué estamos hablando. Dicen que queremos más derechos, más privilegios. Preguntas ‘cuáles más’ y no responden. El debate está lleno de etiquetas, donde las palabras se repiten. El Parlamento -en estos debates- cita a Hitler, que están mal del corazón, que es antinatural. Como Instituto, ahora de este libro, hacérselo llegar [el libro] e invitarlos a ir más allá desde los mitos porque somos personas. Se ataca al lobby, de una agenda mundial. Nuestro aporte es desnudar mito por mito. Estamos en obligación de pedirles que al menos se informen y ojalá que podamos tener el apoyo de congresistas. Es importante también que las entidades del Estado, llamadas a proteger a todos los ciudadanos por igual, tengan una aproximación o una formación en una cultura inclusiva. //
SEPA MÁS
Sobre el Instituto Político para la Libertad (IPL Perú): es una organización sin fines de lucro que promueve la filosofía de la libertad, los principios democráticos y el respeto por el Estado de derecho en Latinoamérica. Su esfuerzo está enfocado en la capacitación política, económica y ciudadana de jóvenes, así como en la defensa de las libertades individuales, los derechos humanos, los mercados libres, la propiedad privada, y el poder ciudadano como límite para los gobiernos.
Para obtener el libro, ingrese a https://www.elvirrey.com/libro/libertad-y-prejuicio_70127796